Reprivatización del Paraná, ¿la gran despedida de nuestra soberanía?

Con la llegada de Javier Milei a la Presidencia se prevé la privatización total de la mal llamada "Hidrovía", es decir, la nula intervención del Estado en las tareas que se hacen sobre nuestra principal ruta marítima-fluvial.

Durante el año pasado y también en este, desde Enfant Terrible hicimos un especial foco en el tema de la mal llamada “Hidrovía”, porque -sin ser economistas ni politólogos, pero sí periodistas comprometidos con el interés nacional- entendimos la importancia crucial que tiene esta vía fluvial, no sólo para Argentina, sino también para todo el continente.

Asimismo, abordamos la problemática desde una óptica soberanista, pues no amerita otra perspectiva, ya que por allí entran y salen el 80% de las exportaciones e importaciones realizadas en el país, y circula el 50% del comercio global de las proteínas vegetales y animales que se consumen en el mundo.

Además, en términos históricos, es en el Paraná -no en la “Hidrovía”- donde esta Nación forjó su proyecto de país independiente de los vestigios colonialistas, venciendo hace 177 años a los dos imperios más importantes de aquella época, recuperando para sí el control sobre sus dos ríos más importantes.

En otras palabras: sin Paraná en manos argentinas, no hay tal Argentina.

Sin embargo, esta situación se revierte cuando el Paraná pasa a estar manos privadas, con la decisión explícita de Carlos Menem, implicando, de esta manera, que lleguemos a ser una República única en su región, que dice:

  • Tener comercio exterior, pero sus puertos, vías navegables y ganancias pertenecen a las empresas trasnacionales que operan en su territorio: Dreyfuss, COFCO, Bunge, Cargill, Barrick Gold, Black Rock y muchas más.
  • Rener soberanía, pero contando con 4500 kilómetros de costa y siendo un país bicontinental, no tiene siquiera una salida soberana hacia su mar desde sus ríos más importantes.
  • Contar con el control y la administración, pero concesiona las tareas de dragado y balizamiento (teniendo dragas y balizadores propios), al tiempo que permite el contrabando ilegal de estupefacientes, minerales, armamento y granos (incluso trata de personas) estimados en más de 30 mil millones de dólares al año, según estimaba la investigadora Alcira Argumedo.

Dice, pero no

Argentina es un caso particular en el mundo. No cuenta con una flota mercante, cuando casi el 80% de sus exportaciones se transporta por vía marítima; y no apuesta al transporte ni a la industria fluvial de bandera, cuando le pertenecen 1400 kilómetros de una de las vías fluviales y comerciales más importantes del mundo.

En el último cuarto de siglo, ningún gobierno hizo algo al respecto para transformar esta realidad de entrega extrema a grandes capitales trasnacionales, más bien, todo lo contrario; siendo que la recuperación total de la Vía Troncal Navegable (VTN) es la única manera de avanzar en una proyecto de Nación que pueda desendeudarse, al tiempo que recupere su soberanía económica, política, social y comercial.

Ahora bien, dicho esto, seguimos con lo que pasó en el último tiempo respecto del Paraná, para luego avanzar sobre lo que podemos anticipar que pasará, según las inclinaciones y antecedentes del modelo que propone el nuevo presidente electo, Javier Milei, y cómo ello nos afectará el día a día.

Foto: AGP

Los pequeños avances de la AGP

Apenas asumió como Presidente, Alberto Fernández continuó con los planes de Mauricio Macri de llamar a concesionar (eufemismo de privatizar) la VTN, debido al vencimiento de la licitación que usufructuó “Hidrovía S.A” (compuesto por las empresas Jan de Nul - Emepa) durante los últimos 25 años. Esto, entendiendo que recuperar las tareas de dragado, balizamiento, control y administración de su río más importante no era algo que el Estado argentino pudiera garantizar. Es decir, cedió una oportunidad histórica para re-estatizar su comercio exterior, puertos y vías fluviales.

En este sentido, desde el 2020, el Gobierno Nacional intentó licitar (de nuevo, privatizar), a través del Decreto 949 el Paraná. Pero no pudo, y no porque quisiera, sino primero, por las constantes postergaciones a la publicación de los pliegos y segundo, por las impugnaciones de las empresas partícipes de la licitación a las reglas establecidas. De esta manera, el Estado -sin querer queriendo- tomó las riendas de la situación mediante la Administración General de Puertos (AGP), quien concesionó las tareas fluviales operativas a privados, estableció un peaje en la parte norte de la VTN, y empezó -de forma tímida pero eficiente- a recuperar el control del transporte trasnacional circulante, a medida que finalizaba la tarea de reescribir los pliegos licitatorios.

Aquella idea de Alberto Fernández de que el Estado no podía hacerse cargo de tareas que por décadas hizo de forma soberana y efectiva, le fue quedando contradictoria, al encontrarse con que la AGP no solo lo hizo -y hace- mejor que los privados, sino que además conseguía -y consigue- los dólares que el país necesita.

Pero ahora, esos avances están por verse. Con la llega de Javier Milei a la Presidencia de la Nación, no habría dudas en volver al esquema menemista y macrista de privatización total de la “Hidrovía”.

Foto: Juan Cristian Castro/Enfant Terrible

Neoliberalismo, ¡adeeentro!

Con los pliegos licitatorios ya confeccionados, el economista de extrema derecha no dudará en licitar las tareas de dragado y balizamiento, al tiempo que liberará de los escasos controles e impuestos, a quienes quieran sacar por nuestros puertos los bienes comunes naturales de exportación.

Una de las prioridades del Gobierno de Javier Milei consistirá en volver al esquema menemista y macrista de un Paraná internacionalizado, al cien por cien. El hombre encargado de esta tarea, será Guillermo Ferraro, el futuro superministro de Infraestructura, cartera que absorberá los ministerios y secretarías de Transporte y Obras Públicas, Energía, Minería y Comunicaciones.

Ferraro es Licenciado en Administración, Contador Público, Doctor en Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Fue Subsecretario de Infraestructura y Telecomunicaciones de la Provincia de Buenos Aires durante la gestión del ex gobernador Antonio Cafiero. Se desempeñó como subsecretario de Industria de la presidencia de Eduardo Duhalde, mismo cargo que volvió a ocupar durante la presidencia de Mauricio Macri. También bajo el mando de Macri, formó parte del Ministerio de Modernización de la Ciudad de Buenos Aires.

En sus primeras declaraciones como funcionario confirmado para Infraestructura, Ferraro se encargó de sentar posición sobre el Paraná:

«La Hidrovía Paraná-Paraguay es un enorme punto de dispersión, ya que la carga de Paraguay se pierde por la cantidad de trámites burocráticos y por los impuestos que se cobran en la Argentina. (...) La AGP está en la mira, para ver si tiene sentido o no sentido que exista».

¿Pero acaso, es el futuro Ministro de Infraestructura de Argentina o de Paraguay?, ¿por qué le interesa tanto la “carga” paraguaya?, ¿de qué trámites burocráticos e impuestos habla?, ¿es el fin de la AGP?

Paraguay exporta más de lo que su propios límites territoriales les permite, debido al contrabando argentino hacia tierra vecina. El país hermano tiene la tercera flota fluvial más grande del planeta luego de Estados Unidos y China, y exporta toda su producción por nuestro Paraná. Las mismas empresas nombradas más arriba trabajan en ambos países y sacan por el río toda la producción sin el más mínimo control que una declaración jurada falsificable. Sobrefacturación y subfacturación, a la orden del día. Los impuestos que pagan las empresas exportadoras son mínimos en comparación a lo que ganan.

El futuro Ministro se preocupa por la carga paraguaya porque responde a los mimos intereses trasnacionales que operan de uno y otro lado de la frontera.

Desde el último año, las aguas bajan turbias desde el Paraguay. Con su decisión de poner a trabajar en su parte correspondiente de la “Hidovía” al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, para el supuesto mejoramiento de los sistemas fluviales, y convocar con éxito a Brasil, Bolivia y Uruguay para que Argentina anule el cobro del peaje a las cargas sudamericanas que salen por el Paraná, el país hermano arremete contra la soberanía argentina en el Paraná.

Las rispideces entre Argentina y Paraguay por los temas antes nombrados, quedarían mágicamente saldadas con el inminente gobierno de Javier Milei. En este sentido, lo que se viene de la mano del Gobierno de la Libertad Avanza, sería lo siguiente:

  • La licitación a empresas occidentales de las tareas de dragado, balizamiento, control y administración de la Vía Troncal Navegable.
  • La aprobación argentina para que los países firmantes del Tratado de la Hidrovía concreten su deseo de establecer una Comisión Internacional para controlar el Paraná argentino.
  • La nulidad de los escasos controles y regulaciones estatales hacia las producciones que llegan a los puertos y posteriormente son exportadas.
  • El crecimiento del narcotráfico en la ciudad de Rosario debido a la liberación total de los puertos rosarinos y santafesinos.
  • La renovación de las concesiones portuarias a las empresas que actualmente tienen los puertos privados, definidos como semicolonias a la orilla del Paraná por el diputado de Santa Fe Carlos del Frade.
  • La destrucción total de la ya golpeada industria naval argentina.
  • La nulidad de la licitación del Canal Magdalena.
  • El vaciamiento de la AGP y de la Dirección Nacional de Control de Puertos y Vías Navegables.
  • La profundización y ensanchamiento del Paraná, en sequía histórica y ambientalmente en vías de extinción, lo que traerá consecuencias ambientales sin precedentes para los 10 millones de argentinos que viven en sus costas.
  • La posibilidad de poner a trabajar al Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos en el sistema fluvial argentino.
  • La construcción de vías terrestres en el interior del país con exclusividad para el transporte pesado que lleve la producción desde allí al Paraná de manera veloz y eficaz.

Foto de portada: AGP

Integrante del Consejo Editor de Enfant Terrible. Redactor. Consumidor problemático de soberanía nacional.

Te puede interesar

El aguante

Bancá el periodismo de base, cooperativo y autogestivo

Para hacer lo que hacemos, necesitamos gente como vos.
Asociate
Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Obispo Trejo 365, Córdoba.