La Salud Mental que se planta contra el Terrorismo de Estado

Volvió a realizarse la actividad Salud Mental Contra el Terrorismo de Estado que conmemora el golpe de Estado del 76' en el Paseo de lxs trabajadorxs de la Salud Mental, frente a la Manzana de la Salud Mental, en barrio Juniors. El acto simbólico de plantar una lagaña de perro por cada año que pasa de aquella triste fecha, es una excusa para reunir historias, relatos y abrazos. Una instancia para anexar generaciones y encontrar en los relatos importantes memorizaciones. El amor, una piedra angular

Plantar memoria, literal. En eso consiste Salud Mental contra el Terrorismo de Estado. Una actividad que año a año suma arbustos de lagañas de perro en el Paseo de lxs trabajadorxs de la Salud Mental, apropiado por artistas, estudiantes secundarios y universitarios, usuarixs y trabajadorxs de la Manzana de la Salud Mental, en barrio Juniors. Un retoño plantado por cada año que pasa desde el golpe cívico-militar del 76' -aunque un par más por si se secan, o los rompen- ya suman casi 50.

Ahí nos encontramos. De todas las edades, de diversas experiencias, quienes vivieron el golpe y quienes buscamos en los rincones para mantener vivos recuerdos que son parte de nuestra genética histórica. No lo vivimos, lo sentimos, lo resignificamos y hacemos propio: es nuestro.

"Llegará el día en que esto lo sostengan ustedes, esto también es de ustedes", dice Martín, psiquiatra del Neuro y viejo militante, mientras mira a lxs más jóvenes. El futuro llegó hace rato y las futuras generaciones son las presentes, no esperan a que les enseñen la historia, ya se la apropian, la escriben, la palpan y la transforman.

Simón Bilbao es presidente del Centro de Estudiantes Manuel Belgrano: "históricamente desde las juventudes se han movilizado y creemos que esas banderas que los jóvenes alzaban en aquel entonces siguen presentes y que también nos corresponde poder tenerlas como nuestras. Entendiendo que en su tiempo fueron muy significativas y que hoy hay otros reclamos que se pueden encaminar bajo las banderas de Memoria, Verdad y Justicia, con la consigna del Nunca Más como transversal a nuestras luchas".

“Hoy en día con la bandera de los feminismos, del Ni Una Menos, por Ni Un Pibe Menos Por Gatillo Fácil, por las luchas Originarias que tienen una relación muy presente con la Memoria, Verdad y Justicia, donde es importante poder acompañar y saldar una deuda histórica. Entender que, hoy en día como estudiantes, debemos velar por condiciones de crecimiento y no de desfinanciamiento de la educación pública. Viendo nuestro pasado también construimos el presente”

La actividad es breve pero está cargada de potencia. Los más grandes ya se cansan, no quieren tomar la palabra, pero no significa que no quieran hablar. Sebastián Caniso se presta, se presenta como "militante de muchos años, muchos años preso también, desde el gobierno de Isabel Martínez de Perón, más precisamente el día 9 de agosto de 1975 y salí en octubre de 1982".

"Yo creía que no iba a salir nunca más", comenta Sebastián riéndose, mientras está acompañado por su nieto, que lleva su mismo nombre y no se le despega. "Estuve en la cárcel de San Martín, en Sierras Chicas, en Rawson y La Plata, donde salí en libertad y al poco tiempo me integré a los talleres de arte y salud mental del Neuropsiquiátrico".

"La salud mental es un padecimiento que tienen los seres humanos y son Derechos Humanos. Uno tiene que defender lo que es uno y todos los que lo rodean".

Esta frase de Sebastián, contrasta notablemente con la situación actual los espacios públicos de atención y tratamiento de la salud mental -que coincide con el desfinanciamiento que padecen los Sitios de Memoria-. Caniso arremetió: "El gobernador que tenemos ha ido quitándole presupuesto a la salud, al trabajo".

Con la llegada de la pandemia, el Ministerio de Salud de la Provincia aprovechó para cerrar los espacios artístico-terapéuticos que son los talleres de salud mental Abracadabra Creatividad y blanquear los murales de la manzana, algunos pintados en la ocasión de rememorar el Taller Julio Cortázar, que funcionó después que la dictadura cayera, destinado a contener a hijxs de desaparecidxs y de donde surgió la organización H.I.J.O.S. Córdoba.

¿Qué vínculo existe entonces entre un pasado donde la salud mental era pisoteada mientras se vulneraban los Derechos Humanos, y un presente que nos alarma en sentidos similares cuando se disciplina, se desfinancia y se vacían los espacios de salud mental? La pregunta no es para responderse aquí, es una herramienta para leer la realidad.

"Quedamos medio chapita"

Para resaltar la importancia de los espacios de cuidado, atención, prevención y promoción de la salud mental, las experiencias junto a los testimonios son claves. El terrorismo de Estado ha dejado marcas en múltiples sentidos, históricos, económicos, culturales y sociales, por ende también subjetivos.

Leila tiene 80 años y el paso del tiempo, sumado a la pandemia que puso en mayor riesgo a las personas mayores, le hizo recluirse en su casa, moverse menos, pero igual decidió estar presente en la actividad. Su esposo, Guillermo Osvaldo Parise, continúa desaparecido al día de hoy.

Nos sentamos y prendimos un cigarrillo cada uno. Mientras fumábamos contaba que Parise era secretario de Audiencia del Ministerio de Trabajo de la Nación. "Él recibía a los demandantes y por ser honesto lo borraron del mapa, porque el entonces interventor, Coronel Amado le ofreció una casa con pileta, una coima, para que sacara a favor de la patronal un juicio de Benito Roggio y él le dijo que no, que le correspondía ganar a la clase obrera, porque Roggio les debía".

Abriendo un breve paréntesis: la constructora Benito Roggio e Hijos S.A. continúa operando hasta el día de hoy y de hecho es una de las empresas licitadas para hacer un tramo importante de la Autovía de Punilla, la gran obra faraónica del gobernador Schiaretti. Obra millonaria que es parte de un negocio donde las empresas se reparten a conveniencia los tramos viales, mismas prácticas que fueron favorecidas durante la dictadura.

Leila continúa contando que Guillermo se negó a la coima: "Entones, el hijo de puta de Amado le dice 'ay, no sea extremista', 'si no soy extremista, soy justo', le respondió. Y antes de los 15 días lo levantaron y se lo llevaron".

“Me recorrí todo, nada pude saber, ni dónde estuvo”.

En ese entonces, Leila estaba embarazada y salió a buscar al Coronel Amado. Como pasaba a quienes buscaban la verdad en aquel entonces, sólo recibió mentiras y ataques. En principio Amado le dijo que "los muchachos" habían ido a comer un asado al cerro. "Entonces yo salí y me fui donde sabía que Guillermo estacionaba el auto, yo tenía otro juego de llaves, me subí al auto y me volví. Le digo, 'oiga Amado, ¿Usted cree que un muchacho que se va a comer un asado al cerro deja el auto acá a dos cuadras?', me respondió '¡Ah!, ¿tenía auto?'. Se habían olvidado de llevarse el auto también".

Después de la acción rebelde de Leila, los represores la dejaron en la calle desalojándola a ella y sus hijos, después de hacer papeles truchos. Todo este combo, impactó directo en Leila, hablando en varios términos, incluyendo la salud mental, una relación que ella tomó su tiempo para pronunciar:

“Te queda... aparte de la angustia, del dolor... ves una persona de atrás y de pronto decís '¡Ahí esta!'. Osea, te quedan fallas... por eso creo que es necesario unir el Terrorismo de Estado con la salud Mental”.

De izquierda a derecha: Leila, Sebastián y su nieto.

Después de esta parte del relato apagué el grabador y ella lo vio como una oportunidad. No voy a repetir textual aquí lo que dijo, pero sí contar que siguió hablando del amor, sin dejar de hablar de salud mental. Siempre encuentran el hueco para hablar del amor. Aquí encontré una breve conclusión, un nexo, un puente entre las generaciones militantes de los 70's y las generaciones presentes que recuperan sus banderas, mientras levantan las propias, entre los Derechos Humanos, la Memoria, la Verdad y la Justicia, la salud mental. No me hizo falta crear una frase, ni un gran análisis para esta conclusión, sola vino a mi cabeza la estrofa de la canción para la 4ta Marcha por el Derecho a la Salud Mental en Córdoba:

“Salud mental es tener techo, trabajo, comida, educación y mucho amor”.

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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