En el día de la fecha, se derrumbó el techo del "cuarto acústico" que la empresa Caminos de las Sierras terminó de construir hace dos días en la casa de una de las familias afectadas por la construcción de la Autovía ilegal de Punilla.
Hace años, Solange, madre de cinco niñeces con distintos problemas de salud, denuncia al Gobierno Provincial, a la justicia y a la Municipalidad de Cosquín, por los daños a la salud mental y física que las detonaciones diarias provocan en sus hijxs, especialmente en Fran, quien sufre hidrocefalia adquirida y retraso mental.
A comienzos del año pasado la familia logró el aval de un amparo judicial para que se frenen las explosiones que abren paso al "progreso" en medio del bosque nativo, sin embargo la empresa contratista siguió con su accionar y posteriormente la propia justicia invalidó el documento y las detonaciones se profundizaron.
"Es muy triste todo esto, no tenemos palabras. Estábamos durmiendo y de repente escuchamos el grito de los niños. Ellos tienen mucha angustia, miedo y post trauma después que se les caiga el techo de placas y perfiles en sus cuerpos. Además se arruinaron sus pertenencias, tele, parlante de música y celular", expresó Solange a Enfant Terrible.
La construcción pactada entre la familia y la empresa había sido terminada hace dos días. Desde Caminos de las Sierras llamaron a la familia "pidiendo disculpas" y el arquitecto de la firma se acercó al lugar. A decir de la familia, el profesional habló de "negligencia" por parte de los albañiles, quienes -a su entender-, debían asegurar que esta obra se llevara a cabo de forma segura. Sin embargo, el arquitecto no contaba con el plano de la obra ni las garantías y seguros con los cuales debería contar para garantizar la seguridad de los menores en la construcción y post construcción.
La Autovía ilegal de Punilla se abre paso en medio de familias, flora, fauna, sitios ancestrales y fuentes de agua con el pleno aval del Gobierno y la Justicia provincial.
En una anterior entrevista, Solange manifestó: “Mis hijos aprenden en la escuela sobre los comechingones, árboles autóctonos. Son amantes de la naturaleza, la cuidan, la conservan. Van al Río y lo ven todo sucio. Ven liebres, zorritos, que escapan de arriba. Lo mismo que le pasa a Francisco le pasa a los animales. La autovía perjudica todas las formas de vida de este territorio”.