Lo que el éxodo transfeminista y plurinacional dejó

Una aproximación de lo que fue el 37° encuentro plurinacional feminista y transfeminista de mujeres, travesti, trans, no binaries, lesbianas e intersexualidades en San Salvador de Jujuy. Provincia con una historia local tan antigua como la colonización de sus tierras.

En octubre del 2023, en Furilofche (“gente de está tierra” en mapuzungun), más conocida como Bariloche), se tomó la decisión de que el 37° encuentro plurinacional feminista y transfeminista de mujeres, travestis, trans, no binaries, lesbianas, bisexuales e intersexuales, sea en San Salvador de Jujuy.

Los motivos sobraban. Las represiones a docentes por reclamar mejoras salariales y edilicias de las escuelas públicas, sumado a la persecución al Tercer Malón de la Paz en defensa del agua y del derecho a la propiedad histórica de las tierras, saqueadas por capitales extranjeros interesados en el litio, oro, cobre y otros minerales que cotizan en bolsa, hicieron de la ciudad histórica del éxodo jujeño, un laboratorio de prácticas represivas por parte del ex gobernador Gerardo Morales, que la gestión del Gobierno Nacional actual implementó meses después a nivel nacional.

“Nos resultaba quimérico e impensado a principio de año poder llegar hasta acá con todo lo que viene pasando”, comentó Micaela Pollock de SiPreBa (Sindicato de Prensa de Buenos Aires). No era para menos, si se tiene en cuenta que se creó un “Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado”, bajo la cartera de Federico Sturzeneger, uno de los responsable del endeudamiento a causa del préstamo de 45 mil millones de dólares otorgados por el FMI, durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri.

Foto: Paloma Cerna/Enfant Terrible.

Dichas prácticas de desregulación no hicieron más que “achicar” el Estado o más bien restringir políticas públicas en materias de derecho al desfinanciar y reducir ministerios y organismos (de mujeres y diversidades, trabajo, cultura, INADI, entre otros), destruyendo alrededor de 123 mil puestos de trabajo, de los cuales 32 mil corresponden al sector privado y 91 mil al público. Además de incrementar el número de pobreza del 40% al 52,9% siendo la población de mujeres-madres y disidencias la más afectadas.

Otro de los puntos donde se vieron perjudicadas mujeres y disidencias fue en la desregulación de normativas que aseguraba el acceso a obra social y a una jubilación, como el decreto que restringe la ley de trabajadoras de casas particulares (el 76% se dedica a alguna tarea de cuidado, en su mayoría dentro de la informalidad). Así mismo, en educación, los docentes pasaron a tener salarios por debajo de la línea de pobreza (40% atrás de la inflación), siendo 9 de cada 10 mujeres quienes ocupan cargos en el sector.

Mientras los salarios se estancaron, los despidos y los precios se acrecentaron. Por lo que la idea de viajar y realizar el encuentro se tornó una tarea titánica, ya que los costos de pasaje rondaban alrededor 80 mil pesos para arriba.

Foto: Paloma Cerna/Enfant Terrible.

¿Quiénes llegaron?

La mayoría llegó como pudo. Juntando la moneda, vendiendo rifas, comida, haciendo el mango en las marchas, en eventos públicos en defensa de la universidad pública, en contra del veto de jubilados, en el Ni Una Menos. Llegaron, ¿pero a qué costo?

“Años atrás había unas ansias de que llegue el momento del viaje, del encuentro, de la posibilidad de que además de los reclamos de siempre, también te podías distender. Ahora se siente una tristeza generalizada. Ya no contamos con la plata para repartir en las necesidades que nos conforman. Eso también nos afectó y se nota”, expresó Barbi Recanati entre mates, en el patio del sindicato de docentes de nivel medio y superior Cedems, a Enfant Terrible.

Es complejo divisar y ser crítico con respecto de lo que significa asistir a un encuentro plurinacional. Primero porque se siente como una bocanada de aire fresco que más allá de un presente que no ofrece más que miserias y mezquindades, alrededor de 80 mil personas ocuparon las calles desde el viernes 11 hasta el domingo 13. Segundo porque la crítica no es en sí hacía lo que se construye alrededor de los feminismos, sino sobre la romantización y mercantilización de sus prácticas. Es fina la línea entre creer que se está poniendo el cuerpo y realmente hacerlo:

“Es muy fácil hablar de lucha, mientras otra te cuida los hijos, el marido y vos escribís y hablas de nuestras realidades”, expresó Eugenia Aravena, defensora de los derechos de las trabajadoras sexuales.

En la misma línea, problematizar que nadie está exenta/o de ejercer prácticas machistas, de clase o de raza, es reconocer que en la coyuntura actual la mayoría implementa estrategias para sobrevivir, al existir una brecha salarial del 30% por debajo de lo que perciben los varones-cis en el mercado formal e informal del trabajo. Análisis que no contempla otras modalidades de ingresos como la explotación del trabajo sexual en la población travesti-trans o las comunidades indígenas que se vieron perjudicadas al ser desmantelada la Institución de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena.

Fue en esta simultaneidad de acontecimientos, que mujeres, travestis, trans, bisexuales, intersexuales, lesbianas llegaron al Encuentro Plurinacional. Por eso ante la pregunta "¿Dónde están las feministas?", se podría decir que estuvieron ahí, contando sus experiencias de pluriempleo, desempleo, trabajo informal y tareas de cuidado. De la desfinanciación de políticas públicas y restricción de derechos conquistados, como la interrupción voluntaria del embarazo o la ley de cupo laboral travesti-trans.

Foto: Paloma Cerna/Enfant Terrible.

Recuperar la memoria ancestral

“El colectivo de migrantes peruanos, bolivianos y paraguayos, prácticamente hemos levantado esté país porque las mujeres migrantes y empleadas domésticas, construimos las economías de países de orígenes y de destino”, expresó Natividad, en la marcha del día viernes. Ella migró de Perú hace 30 años al país y hace 21 forma parte de la asociación civil de mujeres migrantes y refugiadas en Argentina.

En el mismo relato comentó que más del 60% se encuentra en “negro” y que el gobierno actual las tiene de “cuarto intermedio en cuarto intermedio” al no reconocer los derechos de las trabajadoras de casas particulares estipuladas en la Ley 26.844.

Las condiciones de vidas de mujeres y disidencias que migran hacía el país o de provincia en provincia en busca de trabajo, por ejemplo, fue uno de los 16 ejes (movimiento de mujeres, disidencias, feminismos y transfeminismos; naciones y pueblos indígenas y sus territorios; trabajo y desocupación: desafíos actuales; trata de personas y sistemas prostituyentes; coyuntura geopolítica y económica, entre otros), dentro de los 103 talleres repartidos en escuelas y universidades públicas.

El sincretismo estuvo a la vista, entre un gobierno provincial que produjo representaciones alteradas sobre lo que "sucede" en un encuentro plurinacional, vallando iglesias, la casa de Gobierno en sí o el mástil, y los ritos que convergieron entre las comunidades allí presentes junto a los cantos de la marcha que se anunciaron sin pedir permiso: “Morales basura, vos sos la dictadura”; “señor, señora no sea indiferente, se matan a las travas en la cara de la gente”; “aborto legal en el hospital”.

Conviven tantos reclamos y sensaciones a flor a piel en un mismo tiempo-espacio, que de ratos parecía que la desigualdad de la intersección no existe. Mientras, los síntomas de época de saber cual es el enemigo, pero no saber cómo producir un sentido común potente para incomodar al poder y la desarticulación-desconexión entre las luchas debido a la fragmentación social, cultural y política, persistieron. Sin embargo, ¿De qué otra manera, quienes fueron partícipes del “pluri” sabrían lo que implica transformar la realidad si no es desde la incomodidad que el encuentro produce?

Foto: Paloma Cerna/Enfant Terrible.

Las calles hablan y marcan tu piel

“Somos todes parte de la misma manifestación desigual del patriarcado colonial extractivista que pretende sacrificar la vida, y por ello necesita eliminar a sus guardianas”, aseveró Lolita Chávez, sanadora y autoridad del pueblo Maya Quiché. En su argumento, buscó aglomerar lo complejo que es tomar dimensión de lo que implica aunar 80 mil personas provenientes de la Patagonia, el Centro, AMBA, Cuyo, el NOA Y NEA.

Cada instancia de encuentro y cada marcha es un punto de partida, más que de llegada. Una posibilidad de construir otra realidad en un momento histórico que agravó las condiciones concretas de existencia de mujeres, lesbianas, travesti, trans, no binaries e intersexualidades. Sean feministas o no, la desigualdad estructural propia del sistema capitalista, patriarcal y colonial no entiende de derechos sino de peones y esclavos.

“No queremos ser más está humanidad”, clama cada vez que puede Susy Shock. Para dejar de serlo habrá que desandar lo ya conocido, recuperar la historia local y politizar la vida cotidiana de nuevo. De lo contrario, seguiremos repitiendo viejas canciones.

*Foto de portada: Paloma Cerna/Enfant Terrible.

Profesora y licenciada en psicología (UNC). Me dicen Chora. Editora de Género y de lo que se presente.

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