En Boca se había convocado para que haya elecciones de autoridades del club el día sábado 2 de diciembre. Comenzó el proceso sin mayores inconvenientes. De todas las posibles listas, terminaron quedando solo dos. Por un lado, el oficialismo cambiando el orden de la dupla central. En este caso, se propone a Juan Román Riquelme de presidente y Jorge Amor Ameal de vicepresidente. Por el otro lado, como oposición quedó una lista con un desconocido Andrés Ibarra como candidato a presidente, pero que está acompañado por Mauricio Macri (nombre fuerte del espacio). También se sumó a último momento, Mario Pergolini quien fue parte del actual oficialismo, pero al poco tiempo de asumir fuera desplazado.

Todo parecía encaminarse a un proceso electoral clásico, con algunas cuestiones particulares. Por ejemplo, se instalaron carpas en el campo de “La Bombonera” con lo cual las personas que fueran a votar podían pisar el césped de la cancha. Esto representaba un sueño para mucha gente. Sin embargo, cuando ya estaba todo casi listo, comenzó el conflicto.

La primera intervención judicial con pedido de revisión de las elecciones fue “por cuestiones religiosas”. La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) solicitó el cambio de fecha, para que el evento no se realice un sábado como estaba planificado por la celebración religiosa de Shabat. La justicia ordenó este cambio argumentando posible discriminación. A los pocos días, 6 de las 8 personas que en teoría eran motivo de la solicitud se presentaron en el club afirmando que sus nombres y firmas habían sido usados sin su consentimiento. Hasta el momento no se ha investigado esta situación.

En un segundo momento, ya con la nueva fecha fijada para el domingo 03 de diciembre, se realizó una nueva presentación judicial. Esta vez, el planteo fue más profundo: irregularidades en el padrón. La lista de oposición denunció la presencia de 13.364 personas habilitadas para votar. En este conjunto de socios y socias, se contiene a más de 4000 que se incluyeron durante la gestión anterior de Daniel Angelici (parte del macrismo). La jueza Alejandra Débora Abrevaya (hermana de Sergio Abrevaya, concejal del PRO, quien fuera sumado irregularmente para votar en las elecciones anteriores) del juzgado civil N° 11 de la Ciudad de Buenos Aires dio lugar al planteo y resolvió suspender las elecciones.

La jueza Abrevaya dictaminó: “decretar la suspensión del acto de elecciones de autoridades de la Asociación Civil Club Atlético Boca Juniors, a celebrarse el próximo día 2 o 3 de diciembre de 2023 y ello hasta tanto se defina en su caso judicialmente la situación de irregularidades detectadas prima facie del padrón, mediante la acción correspondiente de depuración que manifiestan los accionantes como objeto, para lo cual deberán dar constancia de su inicio”. El club presentó un último escrito expresando que la suspensión “es un verdadero sin sentido y que vulnera todas las disposiciones legales vigentes”.

Un elemento a tener en cuenta es que en 2019 se dio un reclamo similar y la justicia ordenó que se hagan las elecciones igualmente. Por eso, en un comunicado oficial, el club ha planteado: “La Comisión Directiva cuenta con las facultades para incorporar socios, de hecho, la CD que integró Andrés Ibarra bajo la presidencia de Angelici incorporó 51.473 socios con el mismo procedimiento que hoy se cuestiona (…). En Diciembre de 2019 había 115.123 socios activos y les respetamos su derecho a voto, ahora hay 114.665. Es decir que el club tiene actualmente menos socios de los que había en 2019, no habiendo nada irregular, demostrando una vez más que lo único que quiere la oposición es que los hinchas no voten”.

En el día de hoy se confirmó que la jueza aceptó la recusación que presentó el oficialismo por lo cual la causa debe sortearse y ser resuelta por otro magistrado.

¿Nace el “riquelmismo”?

Boca es un club de grandes dimensiones como se ha reflejado en algunos datos que circularon durante el conflicto por las elecciones: alrededor de 315.000 personas socias (en todas sus categorías), 26 deportes y 63 disciplinas.

El peso de la institución en el país, tanto en cuestiones sociales como políticas, también puede notarse en cómo Macri utilizó la referencia que le otorgó sus presidencias en Boca (1995-2008) para ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y luego, Presidente de la Nación.

Otra expresión de esta realidad se vio el 4 de noviembre, cuando más de 10 mil personas viajaron a Río de Janeiro por la final de la Copa Libertadores, aún cuando solo unas 20 mil tenían entradas. Últimamente, y sobre todo, a raíz de esta migración particular se ha dicho que es un movimiento popular.

Los elementos mencionados reflejan la importancia del club en cuestión y por lo tanto, también de las disputas que en él se dan. Y esto es algo a tener en cuenta para entender que puede estar sucediendo con la figura de Juan Román Riquelme.

Para problematizar si efectivamente está comenzando a surgir un movimiento con centro en la figura de Riquelme, es necesario recuperar la continuidad histórica de “ídolos luchando contra el poder”: Diego Maradona–Román. Esto, entre otras personas, lo plantea Ingrid Beck en su artículo de Letra P. Más allá de los vaivenes entre ellos, ambos se han peleado fuertemente contra Macri.

Hay dos frases de los últimos días de Riquelme que pueden marcar las coordenadas básicas de un movimiento incipiente: “tener poder es que la gente te quiera” y “nunca voy a ser empleado de ellos”. Indudablemente ambas ideas tienen un fuerte carácter maradoniano. Y este enfoque riquelmista de la disputa en Boca puede ser una clave para entender el conflicto actual ,porque como viene afirmando en varias oportunidades la comunicadora Julia Mengolini: “Macri no tiene socios, solo empleados o enemigos”.

Frente a la intervención judicial y una presencia cada vez mayor del dirigente del PRO en los medios de comunicación afines a su persona, se comenzaron a gestar movilizaciones auto-convocadas. Las reivindicaciones centrales están siendo que se realicen las elecciones y en defensa del club frente al peligro de su privatización (idea que viene expresando el político-empresario hace años y que aún no ha logrado implementar, ni en Boca ni en ningún otro club de Argentina).

En la primera marcha espontanea del martes 28 de noviembre se expresó también un fuerte apoyo a Riquelme. Incluso, en la segunda, la de ayer, participó el ídolo quien cerró la marcha con algunas palabras. Los cálculos de esta última movilización oscilan entre las 20 y 35 mil personas.

Aún es difícil poder afirmar que del movimiento popular que es Boca nazca un movimiento riquelmista, pero hay señales y quizás estamos observando un posible germen. Ayer en redes se podía leer “Román era ídolo, ahora es Dios” o “este es un 17 de octubre bostero”. Si bien sería apresurado hablar de la existencia de un “riquelmismo”, sobre todo luego de estos días, tampoco podría descartarse.

¿Se vota o no se vota?

Esta es la pregunta del millón y es imposible ensayar una respuesta. Todo está cambiando día a día y a veces, momento a momento. Actualmente, existen elementos destacados a cuya dinámica hay que prestar especial atención: la intromisión judicial y la movilización popular.

La lista oficialista que lleva a Riquelme como candidato a presidente de Boca parece seguir cosechando apoyos. En estas semanas de conflicto se han expresado agrupaciones (además de la suya llamada “Soy bostero”) como “Pibas de La Boca”, “Boca es pueblo” y “Agrupación Córdoba Xeneize”, entre muchas otras. También personalidades como muchos ídolos del futbol como Blas Armando Giunta (emblema indiscutido de los 90s) que acompañó a Riquelme en la última movilización y de otros deportes del club como la “Chu” Cossar (del vóley femenino). Por último, igualmente se expresaron referentes de las redes como Davoo Xeneize (quien tiene millones de visualizaciones en cada video que publica) o la dupla Azzaro–Duka (quienes conducen un programa “El loco y el cuerdo” que se convirtió en una referencia del futbol actual).

En Boca se está viviendo momentos de incertidumbre y tensión. Todo parece indicar que Macri se juega a posponer las elecciones hasta poder intervenir el club con apoyo de Milei por medio de la Inspección General de Justicia porque perdería en las urnas.

Riquelme quiere que se vote cuanto antes. Una última posibilidad para que se vote antes de fin de año es el domingo 17. De no poder realizarse ese día el sufragio se abrirán mayores posibilidades a lo que parece ser el plan del político-empresario. Ayer Riquelme lo advirtió cerrando la movilización:

“El señor (sin nombrar a Macri) no quiere que haya elecciones; estemos atentos porque quieren la intervención y no podemos permitirlo”.

Foto de portada: @todosobreroman10