La futura Canciller de Javier Milei Diana Mondino confirmó -a priori- lo que se esperaba: Argentina no será parte de los BRICS+, congelando el ingreso decidido por el Gobierno saliente de Alberto Fernández, a fines de agosto del corriente año. Desde el bloque comercial y político emergente más relevante del corriente siglo, esperaban materializar el ingreso de Argentina el próximo 1 de enero. Pero ahora, con la victoria de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones presidenciales y la conformación de una gobierno de coalición con el macrismo, todo vuelve marcha atrás.
La semana pasada, Mondino ya había anticipado que no veía ventajas en unirse al espacio integrado desde un principio por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y ahora también por Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Etiopía, Irán y Egipto. Basta esperar el pronunciamiento oficial del entrante gobierno para confirmar la decisión anticipada por la canciller, pero todo indica que Argentina vuelve estar alienada a las órdenes de Washington, Tel Aviv, y Europa.
Las relaciones diplomáticas de la inminente gestión libertaria generaban incertidumbre debido a las declaraciones de Javier Milei, antes y luego de ser elegido el Presidente de Argentina, donde advertía problemas con los principales socios del país como China y Brasil.
Hace dos semanas atrás, el economista insultó a Luis Inácio Lula Da Silva, siendo Brasil un histórico socio comercial y político de Argentina. Por otra parte, en reiteradas oportunidades el libertario se dirigió a la República Popular de China (RPC) con comentarios despectivos por su característica de país con sistema político comunista. “Con comunistas nada” es el mantra que repite cada vez menos el libertario.
Sin embargo, ya una vez oficializada como la responsable de representar a Argentina ante el mundo, Mondino se encargó personalmente de subsanar las diferencias -y con la firma de Milei-, se enviaron las respectivas cartas de entendimiento y continuación de las relaciones diplomáticas con ambas naciones. Pues no es posible una Argentina sin China ni Brasil y la futura funcionaria lo sabe.
Asimismo, la economista graduada en la UNC tuvo una seguidilla de importantes reuniones en la última semana con el objetivo de distender las deliradas de Milei. Por un lado, Mondino se congregó con el Canciller de Brasil, Maurio Vieira; después con el embajador de la RPC en el país, Wang Wei; y finalmente con representantes de la Cámara del Comercio de Asia y el Pacífico formada por Japón, India, Bangladesh, Singapur, Filipinas, Malasia, Indonesia, Australia, Vietnam, Tailandia, Camboya, Laos y Pakistán, mercado con el que Argentina comercia cada vez en mayor volumen.
Entonces, se puede dilucidar que la alienación a Estados Unidos, Israel y la Unión Europea será más bien en el espectro político-ideológico, lo que no es menor, aunque ello no conllevará que el mercado latinoamericano y asiático dejen de ser una opción para el país. Es decir, Argentina seguirá las indicaciones del Norte occidental, por ejemplo, en lo que hace a los posicionamientos sobre conflictos geopolíticos, tales como Rusia y Ucrania, Israel y Palestina. Al tiempo, primarán las opciones yanquis o europeas antes que las no occidentales, sea en licitaciones de obras públicas estratégicas, como en la instalación de estructuras militares o científicas en el país.
A su vez, Mondino confirmó que respaldará el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, el cuál todavía no se firma debido a las diferencias entre mandatarios de ambos lados del “charco”. En su momento, Lula y Fernández frenaron las negociaciones tras los nuevos condicionamientos europeos donde se benefician esas empresas y se ponen al mismo tiempo “metas ambientales” para nuestra región. De no cumplirse, supondrían sanciones económicas. Ahora, Mondino inclinaría la balanza para la posición uruguaya-paraguaya de firmar el acuerdo cuanto antes, desfavoreciendo a la posición brasilera.
Los BRICS+ representan el 40% de la población mundial, tiene el 30% del territorio del planeta, 23 % del PIB y 18 % del comercio global. En este sentido, Argentina perdería la oportunidad de ser miembro de uno de los bloques comerciales y políticos más importantes de las últimas tres décadas.
Ser miembro de este bloque ofrecía la posibilidad de adquirir un estatus de potencia dinámica y emergente con creciente valor en los asuntos globales, en un mundo que se inclina cada vez más hacia el establecimiento de un nuevo orden global de carácter multipolar. Además, sentaba al país en una mejor posición a la hora de negociar con empresas multinacionales, bancos u organismos financieros incluso con otros bloques comerciales.
En un sentido material, Argentina dejaría atrás la ventaja de poder acceder a los créditos del Nuevo Banco de Desarrollo, clave para tener una alternativa de financiación distinta a la ofrecida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ahora estaría virtualmente caída. Por otra parte, gracias a los BRICS, el país estaba negociando dejar de comerciar con Brasil en dólares, para hacerlo en yuanes, ayudando a no gastar sus escasas reservas en divisas norteamericanas.
No caben dudas que el nuevo gobierno de Argentina representará un retroceso enorme en materia geopolítica, histórica y cultural. Cerrarse y limitarse al orden occidental, es un error que nos costará caro.
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