Ayer 26 de abril se cumplieron 7 años de la mañana en que la Policía Metropolitana, hoy Policía de la C.A.B.A., arremetió contra usuarixs y trabajadorxs del Hospital Borda que se oponían a la demolición ilegal del Taller Protegido N° 19

En el Taller Protegido N° 19 se dictaban clases de carpintería y herrería para las personas internadas, que luego hacían muebles de oficina, sillas, roperos y camas para otros hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. Aquella madrugaba de un día viernes, operarios listos para la demolición y 400 integrantes de las fuerzas de "la Metropolitana", ingresaron por la calle Perdriel sin ninguna orden judicial, cortando una cadena del portón trasero del edificio. Al principio, las personas que se oponían a la destrucción del lugar, fueron golpeadas con firmeza por los palos y escudos de los efectivos, sumándose después las balas de goma y los gases lacrimógenos. Mientras el conflicto duró, a la lista de heridxs se sumaron legisladorxs, periodistas y sindicalistas que se hacían presentes para tratar de frenar el arremetimieto, pero eso no ocurrió hasta que el Taller quedó completamente destruído. Fue la primera vez en la historia que en el marco de un gobierno democráctico se reprimía a un hospital neuropsiquiátrico.

El objetivo detrás de la operación avalada por el entonces Jefe de Gobierno y expresidente de la República Argentina, Mauricio Macri, era abrir espacio para construir el inmobiliario conocido como Centro Cívico de la Ciudad. Mario Hernández, testigo y protagonista de la la represión, contó para Rebelión que "teníamos información que afuera del hospital estaba María Eugenia Vidal dando órdenes; también el Ministro Montenegro". En aquel entonces, Vidal era vice jefa de Gobierno de la Ciudad y Guillermo Montenegro era ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad.

La represión que dejó 50 civiles heridxs, 20 internadxs y 8 detenidxs, fue considerada ilegal por parte de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad, debido a que se había violado una medida cautelar que prohíbía intervenir el lugar. Aún así, quienes aún están imputados son 6 trabajadores del hospital. Aunque se abrió una causa penal contra Macri, Vidal, Montenegro, Graciela Reybaud (ex ministra de salud de la Ciudad), Horacio Rodríguez Larreta (ex jefe de Gabinete) y Daniel Chaín (ex ministro de Desarrollo Urbano) quien dió la orden de demoler el taller, todxs fueron sobreseídxs en 2015. De los efectivos de las fuerzas policiales sólo fueron imputados Martín Roth, que fue fotografiado cuando disparaba contra internos y trabajadores, Horacio Gimenez, exjefe de la Policía Metropolitana y Ricardo Padece, subjefe de la fuerza, siendo luego sobreseído éste último.

Este hecho triste en la historia del Borda dejó ver las nociones sobre la salud y los derechos que sostenía la casta política, en ese entonces agrupada en la coalición PRO. Fue el mismo sector que en los últimos años, bajo la bandera de Juntos por el Cambio, profundizó el desmantelamiento y la vulnerabilidad del sistema de salud en nuestro país. Son lxs mismxs responsables que en el 2017 quisieron instalar el llamado “Polo de Neurociencia” entre el Hospital Moyano y el Borda, basándose en un tipo de política avalada por el modelo médico hegemónico que reproduce la lógica empresarial de las corporaciones psiquiátricas, viendo a la salud como un negocio y no como un derecho, pregonando por tratamientos basados en los psicofármacos y en la "atención especializada". A la vez son quienes se opusieron y se oponen hasta el día de hoy, a la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental (26.657) sancionada hace ya 10 años, la cual apunta a la desmanicomialización del sistema de atención en salud mental, haciendo foco en la comunidad, en los dispositivos de atención sustituvos al modelo manicomial (hospitales de día, casas de medio camino, casas de convivencia, entre otros), en la interdisciplina e intersectorialidad, así como en la ética de la autonomía que reconoce las potencialidades y los derechos de las personas.

Una vez más, haciendo memoria sobre la historia, vemos que aún quedan pendientes aquellas promesas y objetivos de poder hacer política la mirada, la escucha y el acompañamiento, antes que las balas y las patrullas. Pero no ha quedado pendiente la resistencia de trabajadorxs y usuarixs que no dejan que en el Borda haya cárceles y levantan sus voces a través de las radios comunitarias como La Colifata, diciendo que la salud mental está en los derechos.