Black Rock: ¿El pulpo que comerá a la Argentina de la mano de Milei?

Black Rock vendría en mayo a Argentina para comprar a precio vil las empresas estatales que Milei quiere privatizar. En este sentido, la caída de la "Ley Bases" fue también un golpe contra la mayor administradora de activos del mercado mundial.

A menos de tres meses de asumir, Javier Milei afirmó que recibirá en nuestro país dos visitas que, por su envergadura, no pasarán desapercibidas: el ceo de Black Rock y el portaviones yanqui "USS Washington". Pero ahora, con la caída de la ley ómnibus, donde uno de los principales objetivos era la privatización de no menos de 30 empresas estatales estratégicas, los planes libertarios comenzaron a tambalear.

Black Rock (BR), fundada en 1988, tiene su sede central en Nueva York. Cuenta con 22 centros y más de 70 oficinas distribuidas en 30 países, lo que la convierte en la administradora de activos más grande del mundo, con USD 10 billones en activos bajo gestión.

En una reciente videollamada con el CEO de BR, Javier Milei le habría prometido que para mayo le pondría a disposición un menú de empresas estatales a ser vendidas a precio irrisorio, entre las cuales se encuentran: Aerolíneas Argentinas, Arsat, Aysa, Banco Nación, YPF, entre algunas. El magnate estadounidense habría manifestado su interés por marcas de servicios, tecnología y minería.

La "piedra negra" en el zapato de 45 millones

La mega compañía estadounidense tiene sus antecedentes de "inversión" en Argentina durante los últimos gobiernos neoliberales. En la Presidencia de Menem, la firma se hizo con el 6% de las acciones de YPF, ingresando a la empresa de bandera cuando el riojano concretó su venta a la española Repsol. Años más tarde, volvería a la carga durante el gobierno de Mauricio Macri, haciéndose con casi 2 mil millones de dólares en deuda. En la actualidad, invirtió en acciones en la empresa "Newco" (Grupo Trasur) con el fin de ingresar en el mercado de la extracción de litio, el llamado “oro del siglo XXI”.

Actualmente, BR es un monstruo grande y pisa fuerte en la economía nacional, pues tiene importantes posiciones accionarias en empresas como Mercado Libre, Mc Donald's, Pampa Energía, Telecom, Tenaris, Banco Galicia, por mencionar algunas.

Su apuesta por Argentina esta vez, promete ser mayor a las anteriores incursiones, ya que pretende convertirse en el principal accionista privado de la petrolera argentina, al tiempo que intenta posicionarse como accionista minoritario en empresas como Edenor, Central Puerto y Transportadora de Gas del Sur, Loma Negra e IRSA.

Como una especie de súper pulpo, BR tiene tentáculos en casi todas las grandes firmas nacionales e internacionales que operan en Argentina.

Larry Fink, CEO de Black Rock. Foto: Damon Winter/The New York Times

“Argentina es la tercera economía más grande de América Latina y las reformas implementadas recientemente sobre los mercados de capital permiten una economía más abierta y el desarrollo de la industria de gestión de activos”, expresaba el titular de la compañía para Latinoamérica, Armando Senra, durante el gobierno de Mauricio Macri.

Durante el gobierno de Alberto Fernández, Larry Fink advirtió que no seguiría invirtiendo en el país hasta que no hubiera un "cambio" en el Gobierno. Ese cambio llegó, y lo hizo con un Mega DNU que vulnera la soberanía nacional en materia económica y también laboral, territorio fértil para esta megaempresa. La firma copropietaria de 17 mil empresas en todo el mundo, representante del 7,7 PIB mundial, ve ahora en Argentina una inmejorable oportunidad de saciar sus necesidades y las de sus socios antes nombrados.

Fink es integrante de la Junta Directiva del Foro Económico Mundial de Davos, donde hace un mes Javier Milei advirtió sobre el “debilitamiento de Occidente frente al fantasma del socialismo” al tiempo que posicionó al país como un territorio dispuesto a involucrarse de lleno en la batalla por el nuevo orden mundial (en creciente disputa entre las grandes potencias y los bloques económicos).

Javier Milei en Davos. Foto: AFP

Las consecuencias del arribo de Black Rock consisten en la compra de empresas estatales que son estratégicas para el desarrollo nacional en términos de soberanía (industrial, eléctrica, nuclear, portuaria, alimentaria), ya que estas pasarían de pertenecer al conjunto de la sociedad argentina, con todo lo que ello asegura y representa, a ser de un fondo de inversión extranjero que responde a intereses ajenos a la patria.

¿Es entonces Argentina el territorio de sacrificio elegido por las grandes élites capitalistas representadas en Davos para sustentar la disputa por los bienes comunes naturales codiciados por todos? ¿Es Milei el hombre que podría garantizarlo?

¿La ve o no la ve?

Los únicos tuits dónde Milei expresa cierta felicidad -y deja de lado su rabia y odio característicos-, es cuando se refiere a una reunión con algún empresario occidental de renombre. Sucede cada vez que el ceo de Tesla, Elon Musk, lo nombra o le pone un "like" en X, o cuando anuncia una próxima visita al país de, por ejemplo, el ceo de Tinder. Con orgullo, el Presidente dio a conocer que mantuvo un encuentro virtual con Larry Fink hace dos semanas atrás.

La algarabía del Presidente no es exagerada, pues pasó de rosquear con Eduardo Feinmann en La Nación+ en calidad de opinador serial, a tener una reunión con una de las personas más poderosas del mundo en calidad de Jefe de Estado del octavo país más grande de la Tierra.

Pero, ¿qué dejan ver y qué no, las alegrías de Milei?

Tipos como Fink y Musk son integrantes y representantes de la patronal trasnacional que se entiende como ceo de la revolución industrial 4.0, en la que el mundo se encuentra sumergido. Para Milei parece ser una prioridad cultivar estrechas relaciones con estas empresas y apellidos. Sin embargo, no sucede lo mismo al referirse a Jefes de Estado de otros países latinoamericanos, claves para la economía argentina. Al contrario, desde que asumió, se refirió a Lula Da Silva y a Gustavo Petro de manera peyorativa.

Milei negocia con Musk, en nombre de Argentina, y al mismo tiempo rechaza sumarse a los BRICS+: ¿La individualización y sobre ideologización de los intereses del Estado en su máxima expresión?

Empresas como Google, Amazon, Meta, Startlink, Black Rock, tienen tanto, igual o mayor poder que la gran mayoría de los Estados-Nación del planeta. Representantes de la "gobernanza mundial", estas marcas insignias del capitalismo financiero y digital ven con buenos ojos a Milei, pues es el modelo de presidente perfecto. Si lo pre diseñaban con sus altas tecnologías capaz no les salía tan títere.

Para estos megaricos, Milei puede ser su mejor y más eficiente empleado: gobierna una Nación bicontinental, con los bienes comunes naturales más deseados en la actual coyuntura de creciente conflicto comercial entre las potencias: agua, litio, tierras raras, combustibles, alimentos. Y por si fuera poco, empresas estatales con gran infraestructura, ganancias y mano de obra capacitada.

A su vez, también cabe decir otra cosa: ninguna empresa de renombre puede reemplazar a un Estado, ni mil Googles pueden desaparecer o reemplazar a países enteros, pero sí influir de manera directa en la vida de miles de millones de personas, afectando sus modos de estar, producir y vivir en el mundo. De allí a que un Presidente priorice estos encuentros antes que la urgencia y necesidad de millones de argentinos que solo tienen la "libertad" de elegir entre comer o mandar a sus hijos al colegio, comer o ir a visitar la familia a otra localidad, por ejemplo. Habla más de un Milei que solo "la ve" en términos mercantiles que en términos sociales y políticos. Nada nuevo bajo el sol.

La Argentina de Milei va a contramano de un mundo donde las naciones históricamente vulnerabilizadas por las grandes potencias occidentales, se encuentran en un constante avance intercontinental de integración y desarrollo en conjunto, tal como lo representan los BRICS+, o el G77+China, donde medidas como la desdolarización de las negociaciones bilaterales, el respeto a las soberanías nacionales y la cooperación en materia de desendeudamiento son prioridad.

Es muy probable que Javier Milei se sienta más como el ceo de una megaempresa llamada “Argentina ” que como Presidente de un país, representante de millones.

El pregonado anarcocapitalismo no es broma. Su odio al Estado fue -y es- su característica identitaria que mejor pudo hacer trascender en sus votantes y al mismo tiempo su peor enemigo, pues gobierna una estructura que odia, aunque no por ello no tienda a destruirla, desfinanciarla, privatizarla. Y para que la sociedad rija sin Estado, para que sus medios de producción y vidas individuales sean protegidos solo por la propiedad privada, necesita privatizar la vida, las relaciones sociales y el Estado. Son a su vez las herramientas del propio Estado para lograrlo, ¿vaya contradicción? Para ello cuenta con su mayor aliado multinacional: Black Rock.

Técnico y profesor en Comunicación Social (UNC). Periodista. Guevarista y peronista.

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