“Estamos en el fuego”: brigadas comunitarias y guardianas del monte

El fuego en Huerta Grande y Villa Giardino no da tregua desde hace casi tres días. A pesar del gran operativo de Nación y Provincia, la situación se volvió incontrolable por los fuertes vientos, sumado a la falta de un plan de prevención. Una vez más se busca señalar responsabilidades individuales, sin ninguna autocrítica por parte de las instituciones sobre una problemática que azota todos los años a Córdoba. En la primera línea de combate están las brigadas comunitarias que, con sus escasos recursos, defienden con su vida el poco monte nativo que queda.
Foto: Natalia Roca/Brigada Inchin.

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Después de tres días, el fuego en Punilla continúa activo. Lo que comenzó en Huerta Grande y luego se extendió a La Falda, entró a Casa Grande por la Reserva Vaquerías, llegó hasta La Cumbre y ahora continúa en Villa Giardino. También cruzó hacia la zona de Sierras Chicas, donde se descontroló. A pesar de un importante despligue de Provincia y Nación, con más de 150 efectivos, cuatro aviones y un helicóptero, debido a los fuertes vientos y los cambios de dirección, la situación se volvió impredecible e incontrolable.

Según se ha podido constatar, se han quemado 3.700 hectáreas, entre molles con grandes árboles de algarrobos y chañares. Ni pajonales, ni chacras, ni llanos. Monte nativo.

El tema marca la agenda en Córdoba, una vez más. "Lo mismo de todos los años", es lo que repiten varias personas consultadas que viven en la región afectada. Los medios hegemónicos difunden la típica versión que individuliza responsabilidades: "vieron dos adolescentes iniciando el fuego en el basural", o "buscan a un priomaníaco en moto". Nada dicen del inexistente Plan de Manejo de Fuego y la prevención, ni del escaso presupuesto para políticas ambientales, cada vez más reducido en los últimos 6 años.

Ante la emergencia, se puso en alerta la red de brigadas comunitarias de la región que conforman las brigadas Chavascate, Chiviquin, Colibrí, Inchin, Kamchira e Isquitipe, aunque cada vez son más y sobre todo desde el año 2020, cuando se quemaron más de 350.000 hectáreas en todo el territorio provincial.

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Brigadas comunitarias: un trabajo invaluable

En un informe difundido por audio desde el Cuartel de brigadas de Huerta Grande, brigadistas precisaron: “el Estado tiene los recusos materiales para que esto no avance de la manera en que está avanzando y siempre pasa lo mismo, se acusa a jóvenes, adolescentes que prenden focos, pero tiene la obligación y los recursos para defender la zona roja protegida por ley. Entonces, antes de acusar a adolescentes, empezar a mirar que quienes deberían progeterlo, están dejando que avance todos los años”, cuestionaron.

Desde Enfant Terrible nos comunicamos con Cinthia, integrante de Las Chilcas, una de las brigadas de Villa Giardino, junto a Caburé, que además conforman la red que está haciendo guardia de cenizas, a la espera de nuevos reportes para redefinir estrategias y accionar para defender el monte. Esta red, explica Cinthia, “existe hace aproximadamente dos años y siempre que nos encontramos en situaciones de conflicto como esta. Nos damos aviso y vamos reuniéndonos. Cuando surge la emergencia armamamos lo que le llamamos «base». Yo estoy en una de las tres bases que montamos en Villa Giardino”, contó la brigadista.

Consultada sobre cómo avanza la jornada después de dos intensos días y noches de combate, compartió que “hoy tenemos sólo dos puntos activos, uno en el lado sur y otro en el lado norte. Estamos esperando el resultado de los pájaros, los aviones hidrantes que ya están empezando a volar”.

“Nuestro trabajo de hoy es esperar si los aviones hidrantes resultan. Sólo nos quedaría cuidar las zonas que ya fueron quemadas y por las que estuvimos haciendo guardia de cenizas toda la noche, hasta hace algunas horas”.

El despliegue de las brigadas ha implicado entre 150 y 200 brigadistas de todo Córdoba, comenzando por las brigadas de Punilla, aunque llegan de más regiones. La particularidad de estos cuerpos es su sentido comunitario, con organización autogestiva y toma de decisiones a través de asambleas. Pero también, comenta Cinthia, “desde una mirada más política, entendemos que nuestra tarea es compleja por nuestras discusiones y acuerdos de qué vamos a defender y qué no. Nosotros salimos a custodiar y aguardianar el monte, mientras que las instituciones tienen otras prioridades”, explica. Esto, a las instituciones del manejo del fuego les genera incomodidad, ya que “entramos a territorios donde las diferentes instituciones no están llegando, entonces observamos cuáles son las negligencias, las carencias y las omisiones que tienen estas instituciones para no generar un verdadero proceso de cambio”.

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“Somos bastante resistidas dentro de las instituciones”

Esta resistencia hacia las brigadas no es algo que ocurra sólo en esta ocasión del incendio iniciado en Huerta Grande, sino que “sucede, sobre todo este año y estos últimos meses de incendios”, y esto se refleja en que “no nos adminten en las mesas operativas, no nos asignan lugares de trabajo, no nos dejan acceder a los territorios (...). En Huerta Grande, sobre todo el miércoles a la noche, la policía no nos dejaba entrar, teníamos compañeros adentro trabajando y no podíamos acercarles comida ni agua”, continuó contando la brigadista.

A pesar de esta resistencia, cada vez es más clara la importancia y la seriedad del trabajo de las brigadas, que han comenzado a generar respaldos legales, a su vez buscando una cooperación junto a los cuerpos institucionales, asistiendo a las mesas operativas y respetando las normativas: “Hemos logrado algunos acuerdos y trabajado colaborativamente con Bomberos, ETAC y Defensa Civil”. En relación a los inconvenientes y desacuerdos que puedan surgir, “siempre tratamos de resolverlo, de estar en buenos términos”, confesó Cinthia.

“En definitiva tenemos que cuidarnos entre nosotros, sobre todo cuando estamos en una actividad tan crítica. Garantizar el cuidado de la vida, básicamente”.

Al observar un escenario que se repite todos los años, le preguntamos a Cinthia no sólo por su trabajo como brigadas y al manejo del fuego -entendiendo que a las brigadistas también las conforman guardaparques-, sino también por el resto de cuidados que implica la defensa de monte nativo. Sobre esto, volvió a apuntar al Estado y los acuerdos que existen con los negocios en la región:

“Encontramos una directa relación entre el avance del modelo extractivista sobre Córdoba y los incendios sistemáticos y cada vez más prolongados. En 2020 nos encontramos con un incendio de 350.000 hectáreas que fue bestial, burdo, viendo cómo las herramientas del Estado no estaban a disposición, siempre al servicio de con quienes tienen sus acuerdos económicos e intereses. Lo vemos durante los incendios y lo vemos después, cuando las empresas inmobiliarias capitalizan esos territorios. Cómo las familias que son pequeños productores pierden todo ydespués es muy difícil remontar su economía, generalmente se quedan sin esas tierras”, cuestionó Cinthia.

En casi dos décadas, en las sierras se quemó una superficie equivalente a 12 ciudades de Córdoba. Fuente: UNCiencia.
“Encontramos una directa relación entre el avance del modelo extractivista sobre Córdoba y los incendios sistemáticos y cada vez más prolongados”.

Con el recambio del ex director de Defensa Civil, Diego Concha -actualmente detenido en la cárcel de Bouwer-, hubo un movimiento, “pero no es muy diferente lo que pasa hoy”, analizó la brigadista. “Si bien los incendios duran menos tiempo, el territorio quemado hasta el día de hoy es casi la misma cantidad que se quema todos los años a esta altura. Entonces estamos viendo que es un desmonte controlado, lo que está comprobado hasta por estadística, el 95% de los incendios son intencionales”, repasó.

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Por otro lado, algo que destacó en la conversación con Enfant Terrible, es que el incendio en Huerta Grande haya iniciado en un basural, “mientras que el día anterior, tuvimos dos días de incendio en Villa Giardino en un basural también”, revelando otra problemática que no sólo tiene que ver con el manejo y prevención del fuego, sino también de los residuos.

Por último, en referencia al manejo del brazo judicial del Estado, la brigadista destacó la participación de la Fiscalía de Cosquín que preside Paula Kelm e investiga los incendios: “es la misma que está cuestionada por un montón de otros hechos”. Kelm ha sido señalada por encubrir a la policía de Capilla del Monte en el femicidio de Cecilia Basaldúa y también por la constante criminalización hacia activistas que protestan de manera pacífica contra el avance de la autovía de montaña en Punilla, en el Río Yuspe. “De alguna manera se replican estas prácticas en los diferentes frentes. En 2020 hubo un incendio en Villa Giardino por el que está procesado un vecino al que encontraron con un bidón y un encendedor, ahora dicen que están buscando a dos adolescentes”, finalizó Cinthia en referencia a cómo se replica la criminalización individualizada de las responsabilidades, mientras hay una sistemática negligencia por parte del Gobierno.

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