El trabajo sexual sacude la moral

"La prostitución es solo una expresión particular de la prostitución universal de lx trabajadorx" Marx.*

Aunque a veces parece un debate cerrado, reaparece, y la gran división sobre trabajo sexual (TS) o abolicionismo, se acentúa. Aunque lxs trabajadorxs sexuales griten hasta el cansancio que TS NO es igual a trata, insisten en ponerlos como sinónimos. Pero no, el trabajo sexual no es igual a la trata de personas. Aunque trabajadorxs sexuales organizadxs alcen la voz ante la victimización, siguen insistiéndoles en que son víctimas de la opresión y la explotación. Pese a que vivimos en un sistema capitalista que nos obliga a vender nuestra fuerza de trabajo, y donde los trabajos están sexualizados, insisten en demonizar sólo uno: el trabajo sexual.

Una y otra vez el debate se repite. Colectivos de trabajadorxs sexuales van ganando terreno en un territorio donde predomina el abolicionismo. Tema complejo, claro que sí. Aunque quienes no ejercemos tal laburo no debería importarnos tanto qué está bien o que está mal, más bien, a quienes perjudicamos. El capitalismo obliga a una clase a vender su fuerza de trabajo básicamente para sobrevivir. La "elección" nunca es libre, porque en realidad hay una única opción para la mayoría de nosotrxs: es trabajar. En ese sentido es que el feminismo no debería luchar jamás para que haya trabajadorxs sin derechos. Al fin y al cabo el trabajo está sexualizado, ¿o es casualidad que los trabajos más precarizados estén a cargo de las mujeres? Hay una moral que interviene en las apreciaciones sobre la sexualidad misma, relacionándola con la intimidad. El TS "(...) planea una amenaza a la sociedad porque amenaza con difuminar esa distinción tajante [ público y privado] - sacando al sexo fuera de casa y llevándolo al mercado", plantea Helen Ward, en un importante texto "Marxismo vs. moralismo". Elemento que sirve para pensar por qué asociamos/romantizamos el sexo y la actividad sexual a la intimidad, y qué pasa cuando con eso se puede pagar, intercambiar, consumir.

Otro gran problema que presenta la afirmación de que "la prostitución" es denigrante y opresiva para las mujeres y poniendo a lxs clientes como cómplices, ignorando que el trabajo sexual también es ejercido por varones, personas trans y no binaries, y también consumido por mujeres, lesbianas, trans, no binaries.

A partir del "escándalo" mediático que desató la campaña publicitaria del nuevo tema de Jimena Barón, el debate sobre trabajo sexual se vuelve a instalar en nuestra agenda, y las divisiones entre un feminismo que lucha por derechos laborales y reconocimiento, y otro que trabaja por una supuesta abolición de "la prostitución", se hace contundente.

Jimena Barón sacude las redes sociales y genera calurosos debates. Llevó a lo masivo la discusión sobre trabajo sexual. Aunque varias posiciones parecen molestarse con la facilidad y la capacidad que alguien con alcance público hable de estos temas. Como pasó con la discusión pública del aborto, pareciera que cuando un debate sensible, que circula más que nada en círculos feministas, se instala en la masividad, causa tremendas reticencias. Cuando Malena Pichot se sentó en el programa de Rial, uno de los más vistos en nuestro país, a hablar sobre la despenalización del aborto, las reacciones fueron similares, ¿por qué una 'cheta' habla en la televisión sobre feminismo y aborto? ¿por qué hablar en un programa de chimentos sobre temas de género? Pareciera que cuando los debates se masifican, y en cierto sentido, se democratizan, a algunos sectores pareciera herirles que, de alguna manera, ya no les pertenece. La pregunta es, ¿si nuestros debates solo quedan entre nosotrxs, cómo generamos consensos a nivel social?

Se puede criticar a Jimena Barón por su posición económica, por ser blanca, por tener un cuerpo hegemónico, y muchos etc que salen a la hora de medir la validez de un reclamo feminista. Sin embargo, ¿se puede atacar con tanta saña por hacer una obra artística que la posiciona explícitamente a favor del trabajo sexual? Las acusaciones de ser cómplice o hacer apología a las redes de trata no tardaron en aparecer, ¿por qué, una vez más, el trabajo sexual queda igualado a la trata de personas? . Gran irresponsabilidad- aunque no sorprende- de los medios que reproducen tal afirmación. Pero tampoco tardaron en aparecer repudios de feministas a favor del trabajo sexual. ¿Por qué se deben cumplir tantos requisitos para hablar de reclamos sociales? ¿Por qué se deben pasar tantos filtros para dar aprobación?

Con suma gravedad se ha dicho muchas veces que lxs trabajadorxs sexuales sindicalizadxs son proxenetas, o que los sindicatos de trabajadorxs sexuales manejan redes de trata, entre otras barbaridades. Sin embargo, la insistente y legítima militancia de lxs trabajadorxs sexuales ha denunciado miles de veces redes de trata, ha demostrado que la prohibición del ejercicio del trabajo sexual sólo aporta a la criminalización y refuerza el mercado de la trata. Además se desconoce por completo el reclamo de lxs trabajadorxs sexuales organizadxs. Parece que la "sororidad" sólo existe cuando hay acuerdos, y cuando no, se ignora a un colectivo que tiene una larga trayectoria en la búsqueda de sus derechos.

Tampoco faltaron los ataques personales a Georgina Orellano, la Secretaria General de AMMAR, por hacer pública su reunión con Jimena Barón e ir a un programa de televisión. Luego le llovieron acusaciones tremendas como proxeneta y explotadora sexual, además de amenazas de todo tipo. Aunque, esos ataques salen fácilmente cada vez que un tema alcanza tal magnitud. No es la primera vez que sufre acusaciones por parte del "colectivo feminista", midiendo automáticamente su desempeño como sindicalista o trabajadora sexual.

Naturalmente habrá diferencias en la construcción de organizaciones, espacios, agrupaciones, pero de allí a acusar o hacer silencio ante acusaciones como proxenetismo y explotación sexual a cargo de una referenta en la lucha por derechos laborales, hay un largo largo trecho.

Un poquito más acá o más allá de Jimena Barón, la discusión sobre trabajo sexual es fundamental, y generar consciencia de que hay trabajadorxs luchando por derechos laborales, es urgente. Debemos deshacernos de moralismos y purismos, en nuestros debates, y en nuestras posiciones. Porque mientras algunxs deslegitiman voces de protagonistas, y apoyan o ignoran la criminalización, hay trabajadorxs que siguen sin acceder a sus derechos. Mientras tanto insisten en que sin trabajo sexual no hay trata. Como si existiera una contradicción para luchar por derechos laborales y el desmantelamiento de las redes de trata.

El feminismo no puede estar nunca del lado de la criminalización, y de la vulneración a los derechos. El trabajo sexual es un trabajo, y la historia nos demuestra que lxs trabajadorxs organizadxs pueden cambiar el mundo.

-Para más información sobre trabajo sexual pueden buscar en: http://www.ammar-cordoba.org/ http://www.ammar.org.ar/ -

*el término prostitución es utilizado de manera despectiva y negativa, por eso se utiliza "trabajo sexual". 
Licenciada en Comunicación Social, Universidad Nacional de Córdoba. Redactora en Enfant Terrible y autora de numerosos artículos publicados en distintos medios.

Te puede interesar

El aguante

Bancá el periodismo de base, cooperativo y autogestivo

Para hacer lo que hacemos, necesitamos gente como vos.
Asociate
Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Urquiza 1740 7A, Córdoba.