La primera cadena nacional del Presidente Javier Milei lució una escénica imitando la realizada en 1991 por Carlos Saúl Menem, cuando también anunció por aquél entonces la “desregulación de la economía”. Pero la imitiación performática no pasó sólo por un montaje estético, sino que allí se encontraban personajes que parecían no haberse movido de su sitio, hace más de 20 años.

A pesar de que el gabinete no iba a contar con integrantes de la “casta”, lo cierto es que la mayoría de los y las ministras son figuritas repetidas de la política, como el caso de Federico Sturzennegger, quién, en la mencionada cadena, se distinguió por usar un traje más claro, contrastando el negro opaco de la vestimenta de los demás acompañantes de Milei. Un “distinto” buscando mostrar aires renovadores.

Un argentino de bien

Nació en 1966 en la localidad de Rufino, Provincia de Santa Fé, a seis kilómetros del límite con Córdoba, famosa por ser la cuna de históricos jugadores de fútbol como Bernabé Ferreryra, Amadeo Carrizo y Ernestro Mastrángelo. A diferencia de estos últimos, “Fede” creía tener habilidades en la pintura y la literatura, pero sus magros resultados lo empujaron a seguir el camino de su padre Adolfo, reconocido economista ligado a Acción por la República, organización liderada por Domingo Cavallo.

Criado en una familia típica de la “casta” de la derecha conservadora, Sturzennegger hijo creció en los círculos rojos de empresarios y economistas sedientos por desregular toda intervención estatal que perjudicara al “libre mercado”. Luego de realizar la primaria en la Escuela Pública Nº36 y el secundario en el famoso Colegio Nacional de la Plata, decidió completar sus estudios en su otra patria: Estados Unidos. Allí se formó como economista en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Su regreso a la Argentina ocurre a finales del primer mandato del peronista Carlos Saúl Menem, más precisamente en 1994. Fue entonces invitado a oficiar como jefe en YPF entre 1995 y 1998, de la mano del por entonces Presidente de la estratégica empresa nacional, el ingeniero industrial José Alberto Estenssoro, quien gestó la privatización de la petrolera, siendo la mayor operación llevada a cabo hasta el momento sobre una empresa de su tipo en toda América Latina. Este sería su primer cargo en los 28 años que lleva trabajando en la administración pública.

A fines de la década de los 90', Sturzenegger renunció a YPF e ingresó como decano en la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, cargo que ocuparía hasta el 2000 y al que volvería en 2002, hasta el 2005. En el medio de su refugio académico, el economista cumplió funciones como Secretario de Política Económica en el gobierno de Fernando de la Rúa, donde se le adjudicó parte de la responsabilidad en históricas decisiones como el blindaje al Fondo Monetario Internacional y el megacanje, políticas destructivas para la estructura económica estatal que sobreendeudaron al país en casi 100 mil millones de dólares, generando una de las mayores crisis sociales de la historia modena.

Un poco de memoria: el “Mega Canje” consistió en una operación financiera, llevada a cabo durante los meses previos al estallido social de diciembre 2001, cuyo objetivo fue extender el plazo de la deuda pública, lo que generó un aumento de la misma en intereses del 63% llevándola a ser de un total de 98.400 millones de dólares. Por otra parte, el “blindaje del FMI” se trató de un feroz ajuste sobre la clase trabajadora y los jubilados a cambio de un préstamo del Fondo de 40 mil millones de dólares, en el marco del programa cavallista de “déficit cero”, el mantra que repite cada uno de los gobiernos neoliberales en Argentina y tiene hoy su mayor respaldo electoral de la historia.

De Macri a Milei, un viaje de ida

En el año 2008, Horacio Rodríguez Larreta le presentó a Mauricio Macri, quién decidó ubicarlo como Presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires, cargo que ocuparía hasta el 2013.

Entre el 2013 y el 2015, Sturzenegger decidió jugar a fondo por el PRO y entró como diputado nacional hasta el 2015, año donde el partido derechista lograría el hito del siglo para este espectro político: arribar al poder sin realizar un golpe de Estado.

En su corta carrera como legislador, fue autor de distintos y frustrados proyectos de ley, tal como el que tendía a modificar el derecho constitucional a la protesta, la obligatoriedad escolar a partir desde los 3 años y la ideoneidad para ingresar en la administración pública. El documento sobre la protesta planteaba una serie de condiciones para llevar adelante un corte de calle o de ruta, como ser que se garantizara la libre circulación en la mitad de los carriles, como también de dar aviso 24hs antes a la autoridad competente, entre otras condiciones.

Con Macri ya en la presidencia, Sturzenegger fue el elegido para encabezar el Banco Central de la República de Argentina (BCRA) donde creó los polémicos créditos hipotecarios Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) y las Letras del Banco Central (Lebaqs), origen de las Letras de Liquidez (Leliqs), política que logró en su momento la empatía del actual Presidente de la Nación, quien en la actualidad -paradójicamente- reconoce en estos títulos “uno de los mayores problemas de la economía argentina”.

La inflación tras su gestión en el BCRA fue del 47,6% cuando había proyectado una meta menor al 15%, consiguiendo finalmente la cifra más alta de los últimos 27 años, cuestión que Milei nunca criticó.

Luego de su distanciamiento con el PRO, el economista fue profesor en la Universidad de California en los Andes y profesor de Políticas Públicas de la Kennedy School of Government, en la Universidad de Harvard.

Es recién en la pasada disputa electoral donde su apellido comenzó nuevamente a copar los titulares de los principales diarios del país. Luego de que su dos veces compañera de gobierno, Patricia Bullrich, rechazara sumar a su plataforma el proyecto “Bases para la reconstrucción de la Argentina”, el economista fue con su otro conocido, Javier Milei, quien aceptó el documento de más de 3 mil hojas y supuestamente un año y medio de trabajo.

El “león” no solo lo eligió por sobre sus históricos asesores, tales como Carlos Rodríguez y Emilio Ocampo, sino además que colocó a su plan bajo un mega DNU y una “ley ómnibus”, que son hoy la columna vertebral del proyecto del oficialismo.

¿Podrá el hijo de Adolfo y el niño prodigió de Cavallo concluir con el sueño de los economistas, empresarios y políticos liberales de Argentina, de debilitar de una vez y para siempre con la intervención estatal en la vida económica del país?