Atentado a la soberanía industrial: Milei entregó IMPSA a firma financista de Trump

Milei vendió a precio ínfimo Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), empresa fundamental para la soberanía y tecnología industrial argentina.

El Estado traspasó la empresa mendocina a la multinacional estadounidense Arc Energy por 27 millones de dólares como parte de su “política de déficit cero”. Esta empresa aportó fondos a la campaña presidencial de Donald Trump.

La venta la concretó el ministro de Economía, Luis Caputo, tras llegar a un acuerdo con los norteamericanos, que adquirieron el 85% de las acciones de la fábrica encargada de producir turbinas hidroeléctricas, molinos eólicos, grúas y reactores para abastecer el mercado energético.

Fundada en 1907 en Mendoza por Enrique Epaminonda Pescarmona, IMPSA, estuvo vinculada -en un principio-, a la industria vinícola mendocina. En los años 80’ y una vez volcada en la producción metalúrgica y nuclear logra legitimidad en el mercado externo, exportando a Brasil, México y Chile; empleando a 1500 trabajadores y prestando servicios a 950 PyMES alrededor del mundo (100 argentinas).

En 2014 entró en bancarrota generando una deuda de casi 600 millones de dólares. En 2021, Alberto Fernández la nacionaliza y adquiere el 63,7% de las acciones para salvarla de la quiebra, apuntando a su potencial como motor de desarrollo tecnológico y exportador. Impsa fue clave para la producción de, por ejemplo, componentes para proyectos como el reactor nuclear CAREM. Sin embargo, nunca logró recuperarse y tenía pérdidas mensuales, a pesar de que éstas se redujeron en el 2023.

Todo esto, sumado a las pretensiones de mantener el déficit cero, el Presidente y el Ministro de Economía no dudaron en negociar por un monto ínfimo y solicitar hasta el 31 de enero para obtener el refinanciamiento de la deuda que guardan los acreedores de IMPSA, que alcanza la cifra de 576 millones de dólares. Es decir que los intereses impuestos en la deuda pueden aumentar, sin que los acreedores extranjeros de Arc Energy desembolsen más de lo negociado.

Esta decisión marca un giro drástico en la política industrial y ha generado críticas por su bajo precio y sus posibles consecuencias para el desarrollo económico. A su vez, la privatización podría llevar a la dependencia de equipos extranjeros, revirtiendo el rol productivo de IMPSA en el mercado interno.

Otra de las incógnitas que surgen, en caso de que la negociación cierre, es qué va a pasar con la producción interna que genera entre 750 a 1500 puestos de trabajo. Asimismo, la pérdida significativa en cuanto a los avances científicos y tecnológicos podría producir lo que sucede en circunstancias así: fuga de cerebros. Un ejemplo de esto: para la la entrega una nueva turbina para Yacyretá, trabajaron 50 ingenieros, 100 técnicos y 250 operarios.

La extranjerización de nuestros recursos estratégicos es punto de partida de toda colonización, al restringir las capcaidades soberanas de un país. Más cuando el Estado so pretexto de pago de deuda, des-financia las políticas públicas como industria, educación, trabajo, salud y refinancia deudas que pagan con su bicicleta financiera.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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