Prontuario de Mariano Cúneo Libarona, el abogado del poder
Abogado de poderosos, mediático y conservador, Mariano Cúneo Libarona no solo es el ministro de Justicia designado por Javier Milei, sino que es un jurista que carga con un prontuario más que interesante. ¿Y si revisamos sus antecedentes?
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, desató una nueva controversia al declarar que el gobierno de Javier Milei planea eliminar la figura del femicidio del Código Penal. A través de sus redes sociales, el funcionario justificó la propuesta al argumentar que la distinción entre femicidio y homicidio genera una división innecesaria y contraria al principio de igualdad ante la ley. Según su perspectiva, todas las vidas deben ser tratadas con el mismo valor, sin crear "privilegios" basados en el género.
La polémica actuación de ministro recuerda lo peor de los años 90, como la aparición de oportunistas conservadores que buscan, en medio de crisis generalizadas, frenar cualquier avance en derechos o peor aún, atacarlos. Veamos quién es Mariano Cúneo Libarona.
Un abogado de la casta derechista
Mariano Cúneo Libarona asumió como ministro de Justicia de la Nación en diciembre de 2023. Abogado penalista con una vasta trayectoria en Tribunales Federales y un estrecho vínculo con el mundo judicial, Cúneo Libarona es un hombre de experiencia, de discurso directo y como él mismo se define, un “servidor de las ideas libertarias”.
Nacido el 8 de junio de 1961 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Cúneo Libarona pertenece a una familia de abogados y fiscales que lo formaron en la disciplina del derecho desde joven. Su padre, Mariano Cúneo Libarona, fue fiscal ante la Cámara del Crimen durante dos décadas, y el legado de la familia ha sido clave en su inserción en el mundo judicial. Tras graduarse en Derecho en la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) a los 22 años, y con un doctorado en Derecho Penal, Cúneo Libarona ha recorrido un camino en el que la abogacía y la política se entrelazan.
Desde sus inicios en los tribunales en 1981, cuando con 20 años se insertó como empleado del Poder Judicial, hasta llegar a ser uno de los abogados polémicos y reconocidos de la década de los 90, su carrera estuvo marcada por momentos de un perfil alto. La defensa de figuras como Eduardo Eurnekián, Sergio Taselli y Guillermo Coppola, lo posicionó como un abogado clave en causas de resonancia nacional.
A su vez, su trayectoria no estuvo exenta de controversias, como su detención en 1997 en el marco de la causa AMIA, en la que, a pesar de ser sobreseído, su nombre se vio envuelto en un caso de gran trascendencia.
El 5 de diciembre de 1996, Mariano Cúneo Libarona saliendo de los Tribunales Federales de Retiro. Foto: Augusto Arturi
Del Menemismo a La Libertad Avanza
Mariano Cúneo Libarona ha mantenido una estrecha relación con figuras políticas argentinas desde los 90. Su vinculación con el entorno del expresidente Carlos Menem se consolidó al defender a su cuñado, Emir Yoma, en diversas causas por corrupción. Además, en 2001, fue contratado por el propio Menem para representarlo en cuatro causas penales, fortaleciendo así su conexión con el círculo menemista.
En cuanto a sus opiniones sobre Carlos Menem, quien es considerado por Javier Milei el "mejor presidente de los últimos 40 años", Cúneo Libarona ha expresado seguir esos pasos de admiración. En una entrevista, mencionó: "El poder político entró a la Justicia. Siempre estuvo. Nunca se fue. Llegó en épocas de mi querido Carlos Menem".
Su llegada al Ministerio de Justicia bajo el gobierno actual, vino acompañada de promesas de una “justicia de excelencia” y la lucha contra la corrupción. Sin embargo, la carta de presentación de su misión puede resumirse en esta frase: "El único designio de la ley es la libertad de mercado". En este sentido, Cúneo Libarona es uno de los férreos defensores del DNU 70/2023 que abre la puerta a un proceso de desmantelamiento de Estado, con los sectores más vulnerables pagando el precio de una economía desregulada.
El arte de la defensa y el poder
Como se dijo antes, Libarona estuvo involucrado en varios casos judiciales que generaron controversia. A lo largo de su carrera, se hizo famoso por defender a políticos, empresarios y personalidades bastante cuestionadas, lo que hizo que su nombre se asocie a las dudas sobre quiénes son realmente sus clientes y cuál es su relación con los poderosos. Algunos de los casos y hechos más polémicos que marcaron su trayectoria, y lo pusieron bajo la lupa, lo convirtieron en una figura de la historia judicial del país que siempre estuvo en el centro del debate.
"Yomagate" (1991): La sombra de la Casa Rosada
En 1991, un escándalo sacudió la Argentina y se metió de lleno en la esfera más íntima del poder de Carlos Menem. En pleno auge de su gobierno, las acusaciones de tráfico de cocaína contra Amira Yoma, cuñada del presidente, destaparon un escándalo político y judicial que involucraba tanto a las instituciones como a las estructuras del poder. La causa, conocida como "Yomagate", irrumpió en la agenda pública y, sin quererlo, proyectó una sombra sobre el círculo cercano a Menem.
La acusación señalaba a Amira Yoma como pieza clave en una red de narcotráfico internacional. La cocaína viajaba de Buenos Aires a Europa, en una operación sofisticada que alimentaba teorías sobre complicidades y encubrimientos. Los medios de comunicación, avivados por el morbo y las intrigas políticas, convirtieron el caso en un espectáculo.
La defensa estuvo a cargo de Mariano Cúneo Libarona, un abogado que ya tenía experiencia en casos complejos, pero cuya cercanía al menemismo levantó sospechas. Su relación con el gobierno de Menem no era un secreto, lo que alimentó las especulaciones: ¿Era simplemente un defensor legal o un jugador clave en el juego político? Enfrentado a un escenario de hostilidad mediática, el abogado desmontó las pruebas presentadas, sugiriendo que la causa era una persecución política disfrazada de justicia.
Tres años después, en 1994, el juicio terminó en un sobreseimiento. La Justicia, incapaz de probar los cargos, no encontró pruebas suficientes para sostener la acusación.Sin embargo, el fallo no despejó las dudas que seguían acechando el caso. Aunque legalmente se cerró, la imagen de Yoma y su vínculo con el poder seguían siendo un tema candente, dejando una sombra que nunca desapareció.
El sobreseimiento fue solo un cierre formal para un escándalo que dejó marcas profundas. La defensa de Cúneo Libarona, lejos de ser una intervención legal común, se convirtió en un símbolo de la conexión entre el poder y la Justicia. El "Yomagate" expuso una realidad donde las estructuras judiciales quedan atrapadas por los intereses del poder político.
En retrospectiva, el caso no fue solo un juicio sobre el narcotráfico, sino un reflejo de cómo, en Argentina, los entramados de poder pueden hacer que la justicia quede atrapada en su propia telaraña.
Foto de Adrían Pérez a Libarona en los años ´90 en los "Idolatrados".
Muerte de Lourdes Di Natale (2003): Un enigma sin resolver
La caída de Lourdes Di Natale desde el décimo piso de un edificio en 2003, sigue siendo de los casos más oscuros de la historia judicial argentina, con aristas políticas y judiciales que nunca se resolvieron por completo. Ex esposa de Mariano Cúneo Libarona, Di Natale estuvo involucrada en la denuncia contra Emir Yoma -también cuñado del expresidente Carlos Menem- y su implicación en una red de tráfico de armas a Croacia en los 90.
Ella, más allá de su relación con Cúneo Libarona, era una mujer que sabía demasiado, ya quera secretaria de Yoma. La denuncia que realizó, la colocó en el centro de una red internacional que comprometía a figuras poderosas, desde el menemismo hasta actores de la justicia y la policía. Antes de su muerte, había expresado su temor por represalias debido a la información que poseía sobre estos negocios. La presión sobre ella era constante y muchos sospechaban que había sido "silenciada".
El 26 de mayo de 2003, Lourdes Di Natale apareció muerta tras caer desde el décimo piso de un edificio en Buenos Aires. Aunque la policía inicialmente lo catalogó como «accidente» o «suicidio», las circunstancias rodearon el caso de irregularidades. Testigos hablaron de situaciones inusuales en la azotea del edificio, lo que abrió la puerta a la posibilidad de un empujón. La falta de pruebas suficientes, sumada a los errores en la investigación, dejó espacio para la especulación. Por su parte, Cúneo Libarona defendió a la familia Yoma en varias ocasiones.
La Justicia nunca logró aclarar la muerte. El expediente fue cerrado sin que se pudieran presentar pruebas que reabrieran el caso como un homicidio. A pesar de ello, voces en los medios de comunicación y expertos siguen señalando que el caso fue manejado con opacidad y poca transparencia.
Sin respuestas claras, su muerte se erige como un símbolo de impunidad y de las muchas sombras que rodearon a aquellos que se atrevieron a desafiar a los poderosos. La pregunta sigue allí: ¿accidente, suicidio o crimen? La justicia nunca lo aclaró, y el enigma sigue siendo una herida abierta en la historia judicial argentina.
Di Natale presentó ante la Justicia cuatro agendas que documentaban desde la interna peronista de 1988, hasta su despedida como secretaria de Yoma en agosto de 1998
Caso Guillermo Coppola: Entre la Farándula, la Justicia y el Poder
El 10 de agosto de 1996, el nombre de Guillermo Coppola saltó a los titulares de todo el país. Manager de Diego Maradona, conocido tanto en la farándula como en el fútbol, Coppola fue arrestado en un allanamiento en su casa de Villa Devoto, donde encontraron unos 6 gramos de cocaína. La noticia sacudió a la sociedad, que se dividió entre quienes pensaban que se trataba de un montaje mediático y quienes creían en su culpabilidad. Mientras tanto, el proceso judicial comenzaba a mostrar sus fisuras.
En medio del ruido mediático, Coppola fue defendido por Mariano Cúneo Libarona, quien ya era un experto en manejar casos mediáticos. Con su estilo directo, el abogado no dudó en centrar el debate en las irregularidades del proceso y en cuestionar la cantidad de droga encontrada, que para él no constituía un delito grave. Fue una defensa astuta: no atacó el caso en sí, sino el contexto en el que se había dado.
El proceso judicial estuvo lejos de ser limpio. El juez Hernán Bernasconi -quien ordenó la detención- fue condenado por mal desempeño judicial. Lo acusaron de haber ordenado la captura de Coppola sin pruebas suficientes. La sospecha de manipulación y filtración de información a los medios nunca desapareció, dejando muchas dudas sobre la imparcialidad del sistema judicial.
Tras haber sido detenido durante 97 días, Coppola fue finalmente sobreseído. Pero la sombra del narcotráfico ya pesaba sobre su nombre, alimentada por el circo mediático que se armó alrededor del caso. Al mismo tiempo, el juicio evidenció los vínculos entre la justicia, los medios y el poder político, entramado complejo como la farándula misma.
Con Coppola, Cúneo Libarona consolidó su imagen como el abogado de los más polémicos, siempre jugando a corriente de los medios. El caso Coppola no solo evidenció las grietas de la justicia, sino también cómo la imagen pública de las figuras se convierte en una herramienta de la defensa legal. Lo que empezó como un expediente judicial se transformó en un espectáculo mediático, donde la verdad se volvió tan volátil como las opiniones de los periodistas y las filtraciones a la prensa.
Mariano Cúneo Libarona y Guillermo Coppola, juntos tras la liberación, el 14 de enero de 1997. Foto: Alfredo Sánchez
La Causa AMIA (1997): El Video Perdido y la Detención de Cúneo Libarona
El atentado contra la AMIA, ocurrido el 18 de julio de 1994, dejó una marca imborrable en la historia argentina. 85 muertos, más de 300 heridos y un país sumido en el desconcierto y la impotencia ante un Poder Judicial que parecía no ofrecer respuestas. Lo que comenzó como un grito por justicia, terminó transformándose en un laberinto de corrupción, manipulaciones y encubrimientos. En medio de este caos, la figura de Mariano Cúneo Libarona se vio involucrada no solo como defensor de uno de los acusados, sino también como parte de un engranaje judicial que traicionó la memoria de las víctimas.
En 1997, Cúneo Libarona asumió la defensa de Juan José Ribelli, un ex comisario acusado de estar implicado en el atentado. En medio de la investigación, surgió un video en el que se veía al juez Juan José Galeano negociando con Carlos Telleldín, uno de los detenidos más relevantes del caso. La filtración de este video, fue un golpe bajo para el sistema judicial y mostró las costuras de un entramado de encubrimiento.
La filtración del video terminó por involucrar a Cúneo Libarona en un escándalo judicial. Fue detenido, acusado de coacción agravada y encubrimiento, tras ser señalado como responsable de ocultar el video para proteger los intereses de su defendido. La detención, que duró 32 días, marcó el punto más álgido de su carrera. Aunque fue sobreseído por falta de pruebas, la mancha en su imagen perduró. Finalmente libre, la figura del abogado quedó atrapada en un entramado de sospechas que la causa AMIA tejió alrededor de él.
Este episodio no solo destapó la corrupción en la causa, sino que reflejó el mal estado del sistema judicial argentino. En ese contexto, Cúneo Libarona no era solo defensor de Ribelli; su implicación en la ocultación de pruebas dejó al descubierto cómo muchos actores judiciales estaban más cerca de los intereses del poder que de la Justicia misma.
La justicia no solo falló en esclarecer el atentado, sino que también fue víctima de un entramado de corrupciones que sigue sin ser depurado. Y en este escenario, Cúneo Libarona jugó un papel crucial.
La captura de Mariano Cúneo Libarona, el 8 de abril de 1997. Foto: Alejando Kaminetzky
Defensa de José Alperovich (2018): Abuso sexual y poder político
En 2018, Libarona asumió la defensa del exgobernador de Tucumán José Alperovich, acusado por su sobrina de abuso sexual. Este caso no solo removió los cimientos de la política tucumana, sino que sacudió los pilares del peronismo, tanto en la provincia como a nivel nacional.
La denuncia formalizada en 2019 por la sobrina de Alperovich, revelaba una serie de abusos que se habrían extendido durante años. La acusación, que entrelazaba lo privado y lo público, exponía la compleja red de relaciones políticas que rodeaban al acusado. Frente a esta situación, Cúneo Libarona, acompañado por los abogados Augusto Garrido y Ariel Sosa, defendió a Alperovich, insistiendo en su inocencia.
En una entrevista con La Gaceta, en febrero de 2020, Cúneo Libarona expresó: "Yo soy abogado; no soy mago, aunque a veces hago magia, pero creo en la inocencia de José Alperovich. Creo que hay un armado y una saña fuera de lo común, y confío en que las pruebas van a demostrar la inocencia de él". Esta declaración resumió su estrategia de defensa, centrada en la deslegitimación de la denuncia y en la idea de una supuesta conspiración política en su contra -además de defender a abusadores y aprovechar cada centímetro para promover ideas conservadoras.
La defensa no solo se enfrentaba a la acusación de abuso sexual, sino también a las tensiones inherentes al poder político y judicial. El contexto de la denuncia profundizó las divisiones internas dentro del peronismo y dejó en evidencia las complejidades del sistema político tucumano, donde las relaciones de poder se entrelazan con la justicia y un alto nivel de connivencia para silenciar o cajonear las causas que dan cuenta de la violencia machista.
A medida que el caso avanzaba, Cúneo Libarona fue reemplazado en diciembre de 2023 por su hermano Matías, quien asumió la defensa, debido a la designación del primero como ministro de Justicia. Este cambio estratégico permitió que la defensa de Alperovich continuara sin la carga de las críticas que recaían sobre su figura en el ámbito político.
Finalmente, en junio de 2024, el juicio concluyó con la condena de Alperovich a 16 años de prisión por los abusos cometidos. La sentencia incluyó también la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que selló el fin de su carrera política. A pesar de la condena, la defensa continuó presentando recursos legales, aunque la Cámara de Casación rechazó los intentos de revocar la prisión preventiva alegando el riesgo de fuga del exgobernador.
Este caso, que comenzó como un litigio penal, se transformó en un espejo de las luchas de poder en Argentina.
José Alperovich tras la condena. Foto: Enrique García Medina
Mariano Cúneo Libarona se ha destacado como uno de los juristas más polémicos de Argentina, especialmente por su defensa de abusadores y su postura conservadora antiderechos. Su intervención en casos de violencia sexual ha puesto en el centro del debate su estrategia de defensa, que suele diluir la gravedad de los crímenes cometidos, lo que le ha valido el rechazo de sectores feministas y de derechos humanos.
También ha sido un férreo opositor de derechos fundamentales ganados por el movimiento feminista, como la interrupción voluntaria del embarazo y la igualdad en el matrimonio. Para él, las estructuras tradicionales de la sociedad deben prevalecer, aún a costa de revictimizar a quienes más sufren.
Su figura, rodeada de controversias, refleja un modelo de Justicia orientado a proteger los intereses de los poderosos, en lugar de garantizar los derechos de las víctimas. La influencia de Cúneo Libarona continúa alimentando discursos regresivos y patriarcales en una sociedad que aún lucha por la igualdad de género.
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