"Si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende" - Arturo Jauretche

En menos de cuatro meses el gobierno de Javier Milei permitió, con su silencio o con sus "chicanas", que el Reino Unido avance a paso agigantado sobre nuestra plataforma submarina en el Atlántico Sur.

La licitación para que avance la construcción de un mega puerto inglés en territorio argentino ocupado y la ampliación de "territorio inglés exclusivo" en cientos de miles de kilómetros, no generó ninguna queja ni presentación diplomática por parte de la administración nacional.

¿Es el Gobierno de Javier Milei la mejor oportunidad para que el imperio británico avance sobre nuestro mar argentino y territorio antártico? ¿Peligra como nunca antes la permanencia histórica argentina en el continente blanco?

¡Yes Sr!

La primera vez que Milei hizo contacto oficial con el Reino Unido fue tras su discurso en Davos, el pasado 17 de enero. En aquella oportunidad conoció en persona al actual Canciller y ex Premier británico, David Cameron. La problemática por las Islas Malvinas, según hicieron trascender las partes, se habló brevemente y al final. "Fijamos Malvinas como un punto en una agenda con Cancillería para avanzar en soluciones sobre el tema", expresó a la prensa el anarcocapitalista.

A su vez, a mediados de febrero, la vicepresidenta argentina también hizo lo suyo con Malvinas: nombró como titular de la Dirección Gesta de Malvinas en el Senado al periodista Nicolás Kasanzew, quien es recordado por los veteranos del Centro de ExCombatientes (CECIM) de La Plata como un "negacionista".

"Fue la cara visible de la dictadura a través de Argentina Televisora Color (ATC), donde fue uno de los que desinformaron afirmando que la Argentina iba ganando la guerra", acusaron los veteranos en un comunicado refiriéndose a Kasanzew. Además, le adjudican el armardo del set de entrevista con soldados hambreados y sumergidos en pozos lleno de agua, "mientras él comía torta y tomaba whisky en casas abrigadas en Puerto Argentino con la Junta Militar".

Casi un mes después de aquella primera reunión entre representantes de ambas naciones, más precisamente el 20 de febrero, David Cameron viajó a las Islas Malvinas y se convirtió en el primer canciller en visitar el archipiélago en las últimas tres décadas. "Las Islas serán británicas para siempre", expresó el inglés en tierra argentina ocupada. Además, también expresó ante la prensa local que su gobierno le había dejado "muy clara" la posición británica a la nueva administración local.

En este sentido, ante la visita oficial británica, el Gobierno de Milei solo expresó que Argentina "no debía meterse en la agenda de otro país", al tiempo que la Canciller Diana Mondino se dedicó a escribir un irónico tweet en clave "crítica" a la visita de su par inglés. Tras ser criticada en redes por no realizar una queja formal en su rol como defensora de los intereses nacionales, expresó que mejor que la diplomacia son las "chicanas", ya que hacen "doler más".

Duele más, cada día más

Al poco tiempo, en los primeros días de marzo, y a casi un mes de cumplirse un nuevo aniversario de la guerra, el Reino Unido (RU) decidió ampliar 166.000 km2 de territorio marítimo circundante a las Islas Malvinas -de manera ilegal y arbitraria-, que se agregan a los 283 mil km2 sobre los que ya regía la exclusión británica hacia la navegación y la pesca. El tamaño del nuevo territorio anexado es similar al de la Provincia de Córdoba (165,321 km2). Negocios concentrados al máximo por orden pirata, luego de que su economía entrara en recesión hace unas semanas atrás.

El accionar por parte del RU, viola el punto cuarto de la resolución 31/49 de la asamblea general de la ONU en la Cuestión Malvinas donde se insta a las partes a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales, al tiempo que viola los compromisos del Reino Unido en el marco de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marítimos Antárticos (CCRVMA). Sin embargo, el Gobierno Nacional aquí solo ofreció su conciliador silencio.

A su vez, la visita del Canciller británico David Cameron a nuestras islas dejó entrever el avance en la licitación para la construcción de un puerto comercial en el archipiélago, que no solo permitirá la edificación de instalaciones para el avance del extractivismo pesquero y petrolero en la región, sino en la infraestructura de acceso y la calzada hacia "La Puerta de la Antártida" , ya que hasta el momento, Argentina ostenta el puerto más idóneo desde donde salir con destino al continente blanco.

"Los ingleses necesitan los recursos como el agua, el krill (alimento similar al camarón) y el petróleo del continente blanco para salvaguardar a los intereses occidentales en decadencia. Y lo necesitan ahoran", expresó Tomás Migliore, combatiente (no se identifica como "ex) de la guerra de Malvinas, hace unas semanas atrás a Enfant Terrible.

Un antecedente similar a la pasividad conciliadora con el RU se dió en el año 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando se impulsó el nefasto acuerdo "Faradori-Duncan", a través de los vicecancilleres de Argentina y Gran Bretaña. “Remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos”, fue el objetivo del acuerdo. Ese convenio caducó con el recambio de gobierno de 2019, pero se convirtió en un símbolo de entrega de soberanía a favor de los intereses piratas.

En la actualidad, el alienamiento del Gobierno Nacional hacia los Estados Unidos, Israel y el Reino Unido es tal que no se necesitarán, a priori, nuevos convenios, pues el gobierno nacional tiene más de ocupante que de nacional.

Es preocupante de cara a los cuatro años que le quedan a la actual administración, el avance que los ingleses puedan seguir profundizando en nuestra plataforma submarina. La Ántártida argentina está en el mayor peligro de las últimas décadas.