El elegido de Dios: El mundo esotérico de Javier Milei y su transferencia a la política

¿De dónde surge esta confianza desmedida por imponer su poder a martillazos?, ¿bajo qué supuestos monta su imagen como “El elegido de Dios”?, ¿cómo influye el mundo esotérico y religioso del presidente en su programa de gobierno?

Por Agostina Polischuk para Enfant Terrible

El decreto sin necesidad ni urgencia que presentó Javier Milei, sumado a la extorsión y las amenazas que ejerce sobre el resto de los gobernadores de las provincias -en las que anticipa dejarlas “sin un peso” si no aceptan el paquete de medidas- y su reacción ante las protestas que se produjeron, no hacen más que confirmar lo que muchxs sospechábamos: el país está en manos de un presidente con aires de mesías.

De espaldas a las normas del Estado, el DNU busca derogar y modificar 367 leyes claves para la vida social, económica, cultural y política del país. En el mismo sentido se encuentra la Ley Ómnibus. A una semana de haber asumido, el presidente que se autopercibe como el “elegido de Dios”, justificó por redes el “ajuste hiper ortodoxo” que vino a imponer con la siguiente frase: “Jamás la noche pudo vencer al día, no maldigamos la oscuridad" y pidió a “las fuerzas del cielo” que nos acompañen en los tiempos difíciles que se vienen.

¿De dónde surge esta confianza desmedida por imponer su poder a martillazos?, ¿Bajo qué supuestos monta su imagen como “El elegido de Dios”?, ¿Cómo influye el mundo esotérico y religioso del presidente en su programa de gobierno?

Son numerosos los momentos en que Javier Milei coloca a la espiritualidad en su agenda política: durante su campaña electoral, en su discurso de asunción, en su viaje a Estados Unidos luego de ser elegido presidente y en su primer acto público como tal. Su combinación es multireligiosa, un hombre de mucha(s) fe. Tal es así que planificó a su medida la ceremonia del 10 de diciembre en la antigua catedral de Buenos Aires. La prédica interconfesional, contó con la participación del arzobispo Jorge García Cuerva, en su carácter principal como referencia al catolicismo como religión mayoritaria; y cinco representantes de los credos invitados por las nuevas autoridades: un rabino, un imán, un pastor evangélico, un arzobispo ortodoxo y un obispo anglicano.

El recorrido místico del presidente es complejo y sinuoso. En el combo, hay una suerte de mandato divino dictado por su perro Conan desde el más allá. Un brujo, una médium y su hermana menor Karina, alias "El Jefe", con un rol más que protagónico en su vida personal y en su proyecto político: “Es la pureza moral”, nos cuenta con absoluta devoción.

Karina es su Moisés, su Mesías, él tan solo un divulgador. Ya lo anunciaba en una entrevista en el 2018: “En el antiguo Egipto -dijo- Dios le dio una misión a Moshé. Tenía que liberar a su pueblo. Pero él no era un buen orador. Entonces, Moshé le pidió a Aarón que fuera quien divulgara sus ideas. Bueno… ella es Moshé. Yo soy Aarón”. A su misticismo también se le agrega su reciente acercamiento con el judaísmo instruido por el rabino Axel Shimon Wahnish, quien le enseñó la Torá y dispuso luego como embajador de Israel

En cada acto junto a sus seguidorxs, Javier Milei pregona una plegaria de culto a la meritocracia y a la propiedad privada. A su “padre” Adam Smith le reza y con el puño en alto, el ceño fruncido y al grito ronco de “¡Viva la libertad, carajo!”, culmina cada evento. Santificada sea la mano invisible del Mercado, amén.

Con las fuerzas del cielo: el plan divino encomendado desde el más allá

El 4 de enero del 2023, en pleno reportaje con su medio aliado A24, le coloca una foto vieja de un mastín inglés. Milei no quitó la mirada de la pantalla, tampoco pudo retomar la conversación. Con una expresión de alegría pocas veces vista y una voz agudizada, repite “Mirá, ahí está Conan. Ese es Conan”, mientras el conductor intenta retomar la charla anterior. “¿Cuántos años tiene Conan?”, le pregunta finalmente, “No saco la cuenta, tiene unos cuántos”, contesta Javier -excluyendo el hecho que murió a fines del 2017, un ocultamiento que se evidencia en más reportes-. El dolor que le provocó la enfermedad y la muerte del “amor de su vida” como él mismo lo llama, fue el puntapié que lo sumergió en el universo sobrenatural que hasta ese entonces le resultaba desconocido.  

En el podcast documental “Sin Control. El universo de Javier Milei”, con el relato de María O ́ Donnell, se encuentran testimonios del círculo íntimo del líder de La Libertad Avanza. Allí se exponen detalles sobre la profundidad del vínculo que tiene el presidente con el esoterismo. “Yo estoy identificado como el brujo y desde el punto de vista esotérico, tanto él como yo en otra línea temporal, somos personas muy importantes del Imperio Romano, entonces estamos muy acostumbrados a la lucha”, cuenta Gustavo, el brujo que conoció por Twitter, en la biografía sonora.

En el 2018, pleno auge televisivo del entonces panelista, el duelo de su perro se le hacía insostenible y Karina, con el único objetivo de aliviar la tristeza de su hermano, se perfeccionó en la técnica de “médium interespecies”. Fue discípula de Cecilia Melamed  quien le enseñó las herramientas necesarias para contactarlo -inicialmente- con su perro y transmitirle luego un mensaje de vital importancia para él y para el futuro del país. 

El Bastón de Mando de Javier Milei lleva el nombre de sus perros | CEDOC

Milei quedó encantado con la posibilidad que le abrió este mundo y no dudó en recomendarlo a colegas y amistades. “Te prohíbo contarlo, van a decir que estamos locos”, era su condición. Por ese motivo, tampoco revela públicamente las tres visitas de Cristo que dice haber recibido. “Yo lo vi, pero sé que si lo cuento van a decir que estoy loco”, adjetivo que lo acompaña desde la infancia.

En la biografía “El Loco” escrita por Juan Luis González -y no autorizada por el presidente-, revelan cómo Milei se empezó a convencer de que en verdad podía hablar con muertos a través de la telepatía que lo comunicaba. El escritor y periodista cuenta que, en ese “ida y vuelta con Dios” que Javier insiste mantener, le dijo que tiene la misión de meterse en política. Y le transmitió algo todavía más importante: que estaba destinado a ser presidente en el 2023.

Comenzó a difundir la tarea que le había sido encomendada entre su círculo íntimo. Es que según Javier, habían más personas requeridas en el plan del “Uno”, como le dice a Dios: “Vos sos parte de ‘la misión’. El Uno me dijo que tenés que venir conmigo”, cuenta. El plan divino tiene a sus aliados y también sus enemigos. ¿El principal? El socialismo o todo aquel o aquella que lo contradiga, que para Milei son dos caras de la misma moneda.

“El socialismo es una enfermedad del alma”

Entre las voces que lo asesoran, se encuentra Ayn Rand, filósofa y escritora rusa fallecida en 1982. Desarrolló, entre otras cuestiones que retoman las corrientes liberales, un sistema filosófico conocido como “objetivismo”. Desde esta perspectiva en la que pregona el “egoísmo ético”, sin ningún tipo de tapujo, refuerza la idea de un individualismo implacable que rechaza cualquier semejanza con el trabajo comunitario y de ayuda al prójimo. ¿Por qué? Según Rand, no hace otra cosa que obstaculizar el desarrollo de la propia libertad y éxito

El economista la retoma en una entrevista con el mismo orgullo con el que la filósofa se posiciona al respecto: “Para mí el egoísmo es una virtud. De hecho hay uno de los libros de Ayn Rand que se llama 'La virtud del egoísmo' y justamente explica cómo el egoísmo conduce a una situación de bienestar (..) negar eso es lo que hace el socialismo y genera los destrozos que generó”, concluye.

Para Milei, el socialismo “pone siempre al colectivo por sobre el individuo” y eso le resulta aberrante, incomprensible, decadente. Llegó a considerarlo una “enfermedad mental” para luego comprenderlo como una “enfermedad del alma”: “Pensé que el socialismo era una enfermedad mental (...) después me di cuenta que era algo mucho más profundo, era una enfermedad del alma. Y esa enfermedad del alma es la que contamina los valores morales”.

El socialismo es la palabra favorita del mandatario para usar como insulto y reforzar su idea de superioridad. Puede aparecer en cualquier persona y en cualquier parte: desde Nicolás del Caño, Lula Da Silva, Gustavo Petro, o en personas de espacios políticos más afines al suyo como Horacio Rodriguez Larreta, hasta el mismísimo Papa Francisco a quien acusó como el “representante maligno en la tierra”. Según sus teorías, lo que se pregona como justicia social, no es otra cosa más que la envidia a la propiedad privada, un “pecado capital”.

En colaboración con Vox, Javier Milei con su típico tono efusivo, alentaba a su público en España: “No tengan miedo, salgan y den la batalla contra el zurderío, que se la vamos a ganar. No tengan miedo, somos superiores productivamente, somos superiores moralmente. Esto no es para tibios, hay que ganar esta batalla”.

En el egoísmo ético hay una mutilación de la figura del otrx y una incapacidad de registrar, ni siquiera como necesaria para su propia existencia -que de hecho lo es-. En esta corriente de pensamiento, hay valores que sobran, que están de más y que lo único que hacen es entorpecer la llegada al éxito de la persona “más apta”. Si en lugar de escribir capitalismo, se leyera “nacionalsocialismo”, y donde dice “los más aptos, creativos e individualistas”, dijera “seres superiores”, el nombre de Rand provocaría cierto escozor.

¿Qué hay detrás del acercamiento de Milei con el Judaísmo?

En el año 2021 y luego de su impacto fogoneado por los medios masivos de comunicación y la excentricidad desplegada en cada evento público, Javier Milei se consolida como una figura política. En simultáneo de la fascinación que despertó en algunos sectores, también crecía el rechazo y la preocupación en gran parte de la sociedad por el contenido de sus discursos. Las comparaciones que recibía con el nazismo y con Adolfo Hitler, lo incentivó a reunirse con Julio Goldestein, un político conocido en la colectividad judía. Goldestein no sólo le brindó su apoyo, sino que fue quien lo presentó a su amigo Shimon Axel Wahnish, rabino jefe de la comunidad judeomarroquí argentina (Acilba). Milei repensaba su fe, su imagen y también su estrategia política.

Wahnish lo acompañó en sus estudios de Torá, que rápidamente se hicieron públicos por el propio líder de La Libertad Avanza. Tal es así, que además de recurrir a citas bíblicas judías, se comprometió a visitar a Israel y a mudar la embajada de Argentina de Tel Aviv en caso de llegar a ser presidente: “A Israel lo considero tan aliado que he dicho que voy a mudar la embajada desde Tel Aviv a Jerusalén. ¿Está claro, no? Como señales muy claras”. Un gesto de alianzas que ya se había visto en el expresidente estadounidense Donald Trump: “Mis aliados internacionales serían Estados Unidos e Israel”, ratificó en una entrevista con Eduardo Feinmann en La Nación+.

Donald Trump el primer presidente de Estados Unidos en visitar el Muro de las Lamentaciones, Jerusalén.

Con un clima ajetreado a nivel local con respecto a la figura presidencial, Milei fortalece relaciones con diferentes espacios de ultraderecha del mundo, como Bolsonaro en Brasil, Vox en España y Trump en Estados Unidos, sumado a los gestos con cierto sector del judaísmo, de a poco se va consolidando. En esta sintonía hizo su viaje a Estados Unidos para visitar la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, conocido como "el rebe de Lubavitch" a quien se lo considera con poderes milagrosos.

Fue, sobre todo, un viaje de negocios en el que lo acompañó Luis "Toto" Caputo, al que designaría luego como Ministro de Economía; Marc Stanley, embajador de Estados Unidos y Gerardo Werthein, importante empresario -junto a su familia-  de la comunidad judía local aportante de Jabad Lubavitch. En esa oportunidad por demás productiva, se presentó ante funcionarios del FMI, la Casa Blanca y el Tesoro estadounidense. 

¿Qué se esconde detrás del mundo esotérico y religioso del presidente?

El problema no es que pregone una o más religiones, ni que incursione en una corriente esotérica que le alivie la angustia por la pérdida de un ser querido. No lo es su adoración por su perro Conan o por su hermana Karina, quienes fueron y son su sostén en un camino bastante solitario y violento -como él mismo ha expuesto en torno a su infancia y adolescencia-. Tampoco el hecho de que lo llamen “loco”, entendiendo la estigmatización que recae sobre personas que no son neurotípicas. De hecho, son esas mismas fisuras con las que gran parte de la sociedad podría llegar a identificarse. 

El problema, en tal caso, es la supremacía con la cual ejerce su poder, su odio y su resentimiento a quienes lo contradicen o piensan distinto. Se trata de la visión de enemigos, de “enfermedad del alma” que alude a cualquier idea que se asemeje a la justicia social. De ahí su fijación con instituciones claves como las que conforman el Estado y políticas que apunten a reducir la brecha salarial o de género, por ejemplo.  

Él es el elegido de Dios. No tiene equipo firme de gestión porque considera que no lo necesita. Sin embargo no está solo y cada paso que da sobre nuestros derechos, está habilitado por los espacios políticos y empresariales que, por acción u omisión, les dividen las aguas para que Moisés avance. No nos olvidaremos de su complicidad.

Foto de portada: Juan Cristian Castro/Enfant Terrible

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