Los BRICS afuera, la OCDE adentro

La Canciller Diana Mondino afirmó que Argentina firmará la carta de solicitud a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo dominado por EE.UU que impone estándares y tutelajes extranjeros en las finanzas, políticas y normativas nacionales.

Ayer domingo, ya oficializada como Canciller, Diana Mondino anticipó en lo que es uno de los primeros anuncios que Javier Milei firmará a la brevedad la solicitud de ingreso de Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), proceso que se había iniciado en el gobierno de Menem y luego en el de Macri, frustrado en ambas oportunidades por la no continuidad de sus gestiones.

De esta manera es que, luego de anticipar que el país no ingresará a los BRICS, la funcionaria cordobesa preanunció la hoja de ruta de la política exterior argentina: Estados Unidos, Unión Europea e Israel. Sin embargo, acceder al organismo es una tarea ardua y duradera, ya que para la aprobación de ingreso al bloque se necesita de reformas estructurales en cuestiones impositivas, laborales, financieras y comerciales. ¿Podrá la motosierra cortar los tiempos?

El “Club de los ricos”

La OCDE es un organismo multilateral fundado en 1961 por potencias occidentales como Francia, Reino Unido, USA y Alemania, con el fin de “coordinar políticas económicas y sociales para maximizar su crecimiento y fomentar el desarrollo de los países miembros”. El apodado “Club de los ricos” con sede en París, es la continuación de la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), que había sido creada en 1949 para implementar el “Plan Marshall”.

En la actualidad el organismo está conformado por 38 estados miembros, que representan a más de 60% de la economía mundial, entre los cuáles se encuentran cuatro países latinoamericanas, tales como México, Chile, Colombia y Costa Rica.

El procedimiento para considerar la adhesión de los países es exigente, y puede llevar de 3 a 6 años, debido a que el proceso incluye evaluaciones realizadas por más de 200 comités técnicos sobre estándares económicos, como recomendaciones de reformas en la legislación nacional, políticas públicas y prácticas estatales.

En el caso de Colombia, su ingreso se dio en el 2020 luego de que el organismo le reclamara al Gobierno del derechista Iván Duque medidas en coherencia con su plan de ajuste: recortes en la seguridad social, elevación de la edad jubilatoria, aumento de los impuestos sobre el trabajo o consumo de las personas y un techo al salario mínimo.

Por otra parte, Chile, que firmó la carta que ahora firmaría Milei pero en 2007, oficializó su ingreso en el 2o10, tres años después. Para acceder al organismo, tuvo que realizar modificaciones tales como la reforma de leyes en lo que hace a la responsabilidad legal de las empresas por actos de sobornos de empleados públicos; la posibilidad de que el Servicio de Impuestos Internos pudiera intercambiar información sobre las cuentas corrientes bancarias con administraciones tributarias de países miembros del organismo; la modificación del gobierno corporativo de la Corporación Nacional del Cobre de Chile (empresa minera estatal); y la reforma de los gobiernos corporativos privados.

¿Make Argentina great again?

Argentina, por su lado, coqueteó con la OCDE a finales del gobierno de Menem y en los primeros años del Gobierno de Macri, el cuál fue apoyado por el organismo desde un principio. Sin embargo, la crisis financiera del 2018 los asustó y recién el año pasado invitaron nuevamente a Argentina a sumarse al bloque, solicitud rechazada por el Gobierno de Alberto Fernández, que apuntaba al BRICS.

En su momento, el director de relaciones exteriores de la OCDE Marcos Bonturi, había destacado los primeros seis meses del gobierno macrista. En una entrevista publicada en El País fechada en el año 2016, el funcionario expresaba: “Lo que se ha hecho en seis meses es muy sustancial. La comunidad internacional en general se sorprendió con la velocidad de cambios en Argentina. Desde la OCDE apoyamos enteramente el programa de reformas del Gobierno”. Al mismo tiempo, se animaba a proyectar las “buenas prácticas y recomendaciones” para brindar “autonomía” e “independencia” financiera al INDEC.

La reforma laboral, previsional y financiera que en mayor o menor medida realizó el macrismo entre 2016 y 2019, son las que vendría a terminar de pulir Milei. Organismos como INDEC, ANSES, PAMI, sufrirán reformas promercado, al igual que las políticas públicas en salud y educación. El ámbito laboral y financiero se verán seriamente afectados en sus marcos legales que sustentan los derechos laborales, jubilaciones y salarios.

Si bien Argentina ya se encuentra siendo tutelada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en lo que hace al acuerdo firmado con el país, solicitar ingresar a la OCDE no significa otra cuestión que profundizar a fondo el tutelaje extranjero sobre las finanzas, políticas y leyes nacionales, para favorecer al libre mercado dominado por EE.UU y Europa en un contexto de crisis de su hegemonía.

*Foto de portada: Diario Perfil

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