Balas, impunidad y violencia en la agenda política de la derecha

Hoy se cumple un año de aquella noche en que Cristina Fernández de Kirchner fue apuntada y gatillada dos veces con una pistola Bersa calibre 32 frente a los ojos de una multitud que la acompañaba, abajo de su casa, en el barrio porteño de Recoleta. La bala que no salió, pero igual terminó por romper uno de los consensos democráticos fundamentales que se venía sosteniendo desde la caída del régimen militar en los 80's. En este marco es que en Córdoba, la Casa Patria realizará un encuentro cultural abierto, hoy a las 17:00 horas en Caseros y Bolívar.
Foto: JCC/Enfant Terrible

El contexto que se vivía en aquel recién iniciado septiembre, giraba alrededor de Cristina. Atravesaba un juicio penal por la famosa “Causa Vialidad”. Los medios la apuntaban todo el tiempo y hasta hubo funcionarios que pidieron la pena de muerte. Las redes sociales, esas cloacas por donde circulan los más creativos y degradantes insultos, rebosaban junto al nombre de la vicepresidenta. Cada cual aportaba su grano de arena para deshumanizar a la dirigenta más convocante y popular de Argentina.

Pasadas las 21:30 llega la noticia. De no creer. Quisieron matar a Cristina. Al pelotón de fusilamiento mediático y el pelotón de fusilamiento judicial, se sumaba el intento de fusilamiento real. Las emociones se cruzaron, miedo, bronca, tristeza, estupor, ¿¡Quién fue!? Surcando 40 años de democracia, pretender asesinar a quien había sido electa dos veces por voto popular como presidenta. Desde aquel suceso, el riesgo por la integridad de Cristina hizo que la vicepresidenta tuviera una mayor distancia física con el público. En este sentido, para algunxs, hubo una bala que sí salió.

Impunidad garantizada

El “loco suelto” (como lo calificaron algunos medios) era Fernando Andrés Sabag Montiel, integrante de la banda “Los Copitos”. Él y su novia, Brenda Uliarte, fueron procesadxs por tentativa de homicidio calificado, en calidad de coautores, y otros delitos menores. La causa en el Juzgado Federal N° 5, a cargo de María Eugenia Capuchetti, avanza recién y después de un año, en dirección al juicio oral y público.

Pero las conexiones políticas e intelectuales no parecen de interés para jueza Capuchetti. Casualmente, según un testigo, el 30 de agosto de 2022 el diputado Gerardo Milman (PRO), mano derecha de la candidata a presidenta Patricia Bullrich, dijo a dos de sus colaboradoras la famosa frase: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”. Luego del intento de magnicidio, Ivana Bohdziewicz -una de las colaboradoras- testificó haber sido convocada por Milman a las oficinas de Bullrich para borrar información de su teléfono. Sin embargo, en ese momento Capuchetti se negó a secuestrar el teléfono de Milman argumentando que no estaba imputado y que tenía fueros parlamentarios. Al momento del fallido asesinato, Milman, efectivamente estaba en la costa bonaerense.

A pesar de tratarse de hecho de violencia política más grave desde el regreso de la democracia Capuchetti se toma su tiempo y no hay avances significativos en la causa. La querella pidió la recusación de la magistrada por estar vinculada al Ministerio de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero esto fue rechazado.

Por otro lado, el Juzgado Federal N° 8, a cargo del juez Marcelo Martínez de Giorgi investiga a la organización de ultraderecha “Revolución Federal”, conocida porque su referente, Jonathan Morel, hacía guillotinas en su taller de carpintería y las llevaba a actos donde, entre antorchas, circulaba la cara de Cristina. Su “emprendimiento” recibió cerca de $ 6,5 millones, transferidos por “Caputo Hermanos” entre enero y agosto de 2022. La firma pertenece a Flavio y Hugo Caputo, hermanos del ex ministro de Finanzas Luis Caputo (Cambiemos), quienes habrían financiado el operativo para el atentando.

El avance de la violencia por derecha

Ayer, desde Enfant Terrible hablamos con Nicolás Pohl del Equipo de Investigación Política (EdiPo), de la Revista Crisis. Desde el equipo buscan responder a la pregunta “¿Quiénes quisieron matar a CFK?”, investigando a su vez a la organización Revolución Federal y las que consideran las “derechas radicalizadas”. En este sentido, Nicolás compartía a este medio:

“El ataque (a CFK) de alguna manera también fue una invitación a dar un paso al frente, a pasar a la ofensiva, ya que estos sectores estuvieron durante mucho tiempo sintiéndose en resistencia frente al avance de derechos y conquistas de derechos sociales durante el kirchnerismo. Sí, lamentablemente hay una fuerte proliferación de estos sectores después del atentado”.

Desde EdiPo estrenaron hoy un informe cuyo principal objetivo es “sistematizar el cúmulo de datos dispersos que circularon a lo largo del último año para intentar reconstruir los sucesos que llevaron al intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, acontecido hace exactamente un año”.

Encuentro cultural abierto: “a un año del intento de femimagnicidio contra CFK”

En este marco es que en Córdoba, la Casa Patria realizará un encuentro cultural abierto, con música, poesía y pinturas urbanas. Este Viernes 1/09 a las 17:00 hs. en Caseros y Bolívar. Frente a Tribunales.

“A un año del intento de femimagnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner; momento en el cual el pacto democrático que venimos sosteniendo desde hace 40 años, se terminó de romper”.

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