El pasado sábado un joven de 17 años fue detenido y torturado con picana eléctrica el pasado sábado en la comisaría 6° del barrio Tolosa de La Plata. La Comisión Provincial de la Memoria presentó una denuncia penal tras entrevistar al joven que permanece encerrado en el centro para menores Almafuerte. En el marco del aislamiento social por la pandemia del Coronavirus los casos de abusos policiales, torturas y desaparición de personas se han incrementado exponencialmente
En la madrugada del sábado un joven menor de edad cuya identidad está reservada, fue perseguido por móviles de la Policía Bonaerense en el barrio Tolosa de la ciudad de La Plata. Tras ser detenido y brutalmente golpeado con las armas reglamentarias de los agentes fue trasladado a la comisaría 6° del mismo barrio, sin dar aviso a sus familiares ni a los abogados de oficio que corresponden.
Durante varias horas el joven, acusado de robo, fue torturado con picana eléctrica en los calabozos de la comisaría. Según se pudo saber fue obligado a autoincriminarse y a señalar a otros jóvenes del barrio como presuntos responsables de otros delitos.
Tras diez horas de "interrogatorio", que fue grabado por los mismos oficiales y difundido en redes sociales, intervino la Unidad Fiscal 3° de La Plata. Este organismo no denunció la irregularidad del proceso y la flagrante violación de los Derechos Universales del Niño y la Convención de Derechos Humanos, sino que avaló el "protocolo".
Al trascender los hechos, la Comisión Provincial de la Memoria entrevistó al joven que permanece encerrado en el establecimiento para menores Almafuerte, y presentó una denuncia penal ante la Auditoría General de Asuntos Internos con el objetivo de que los agentes sean apartados y juzgados por sus crímenes.
El caso de este joven menor de edad se suma a una escalada represiva en todo el territorio nacional, en el marco del aislamiento social por la pandemia de Coronavirus. La bonaerense parece tener carta blanca para torturar y asesinar y desaparecer. Mientras continúan los operativos para cuidarnos, seguimos buscando a Facundo Astudillo Castro, desaparecido hace un mes por la misma institución.
¿Hasta dónde las élites revolucionarias estuvieron dispuestas, exigidas por las circunstancias, a modificar las jerarquías sociales y plasmar un igualitarismo difundido a partir de la retórica revolucionaria?
¿Qué se discute cuando se habla de una EPEC como posible Sociedad Anónima? ¿En dónde se pone el foco del tema energético frente a la actual coyuntura? ¿Qué nos dicen la historia y la experiencia de otras SA?