Las cárceles como centros de tortura en la Provincia de Córdoba

Familiares de personas privadas de su libertad en distintas unidades penitenciarias se acercaron al Ministerio de Justicia y DDHH de la Provincia de Córdoba para denunciar que en los contextos de encierro ocurren vulneraciones a los derechos humanos. El hacinamiento, el consumo problemático, la insalubridad y la pobreza son ingredientes de un potencial principio activo de violencias, donde el personal penitenciario “siempre cae bien parado”, relataron a este medio familiares de detenidxs.
Foto: Lautaro Palacios

A pesar de que los muros y los alambres impiden la salida de las personas, no impiden la entrada de la situación crítica que atraviesa tanto la provincia como el país, en relación a la educación, la salud, los alimentos, los salarios, y que de hecho, intramuros se profundiza.

El día de ayer, una vez más, familiares de personas privadas de libertad en distintas unidades penitenciarias se acercaron al Ministerio de Justicia y DDHH de la Provincia de Córdoba para denunciar que en los contextos de encierro ocurren vulneraciones a los derechos humanos, como en ningún otro lado, como hace mucho tiempo.

“Las muertes de Alejandro Baigorria en Bouwer sección varones, la de Celeste Rodríguez en Bouwer sección mujeres, y el de Bruno Nazareno Llanos de 33 años asesinado a golpes en la cárcel de Cruz del Eje, pone de nuevo a los contextos de encierro en Córdoba al descubierto”, explica el Frente Antirrepresivo en Lucha (FAL).

El hacinamiento, el consumo problemático de sustancias y la sobre medicación, la insalubridad y la pobreza, son ingredientes de un potencial principio activo de violencias, donde el personal penitenciario y responsable de las personas “siempre cae bien parado”, cuenta una madre a este medio.

Todos estos puntos son constatadas con cifras, tanto oficiales como no oficiales, registradas por las propias oficinas del Gobierno y las organizaciones antirrepresivas deben elaborar sus propios datos. Además, tanto la Comisión Nacional para la Prevención de la Tortura (CNPT) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos también encendieron las alarmas debido a la situación local.

“Lo que hay principalmente es hacinamiento”

Así lo explicó a este medio el abogado Jorge Cardozo, especialista en Derecho Internacional de Derechos Humanos, quien a su vez plantea que el problema del hacinamiento está relacionado con el abuso de la prisión preventiva. “Es un problema del sistema de justicia de Córdoba, porque tenemos el 60% de la población con prisión preventiva, es decir que no se ha demostrado que sean culpables de los delitos que se les acusa. Hay quienes llegan a permanecer hasta 3 años en prisión preventiva. Eso no es más que una tortura, porque en definitiva, cuando estás teniendo a una persona detenida en esas condiciones la estás torturando. La privación de la libertad es uno de los delitos más graves que puede sufrir una persona”.

Cardozo continúa refiriéndose a la situación de la UCA (Unidad de Contención de Aprehendidos), donde a fines de marzo pasó el CNPT y registró que había una población carcelaria de 900 personas, en lugar diseñado para 500.

“Si vos vivís en una celda con cuatro personas, cuando es para dos, o con ocho, cuando es para cuatro, claramente vas a tener problemas de salud, porque lo único que se agranda o lo único que se agrega es cantidad de camas, pero no servicio médico. No se agrega esparcimiento, no se agrega trabajo, solo capacidad de camas. Entonces el sistema está quebrado. Y acá tiene su responsabilidad la Justicia, el Ministerio Público Fiscal, porque Córdoba sigue siendo la única provincia en que en este tipo de delitos, el que ordena la prisión preventiva es el fiscal. Entonces hay un problema grave en la justicia”.

Foto: Lautaro Palacios

“Por la forma que nos tratan, también estamos detenidos”

Karina tiene a su hijo desde antes de cumplir la mayoría de edad y a su marido privados de la libertad, ambos en la cárcel de Río Cuarto. “Yo mañana tengo visita de mi hijo, tengo que viajar a la noche por tres horas de visita. Y lo mismo con mi marido, cuando ellos por un acercamiento a familia tendrían que estar en Bouwer y tendrían que estar cerca del domicilio, más o menos de donde somos nosotros”, cuenta.

De unos 40 años, la mujer se pone al hombro no sólo la situación de su familia, sino que comprende el contexto general de violaciones en los contextos de encierro a partir de su experiencia personal. “Nosotros también estamos detenidos por la forma que nos tratan y todo eso. Nosotros la visita para entrar al mediodía, vamos a las 3 y media, 4 de la mañana. Hay mujeres con niños, con todo, y recién entramos al mediodía. Y lo que más nos está preocupando es el tema de las muertes”.

-¿Cómo es eso de las muertes?

-Y bueno, porque después siempre queda en la nada, ¿no es cierto? Que se ahorcaron, que se mataron, que todo eso, cuando en realidad sabemos y todos saben que no es así. Pero es como que nunca podés ir contra el servicio, ni contra la policía, ¿no? La policía siempre sale triunfante ante todo esto. Es eso lo que queremos plantear en primer lugar, ¿no? Que basta de muertes.

-Si hicieras una caracterización general de la cárcel y la situación de los familiares, ¿Cuál sería?

-Para mí la cárcel es un centro de tortura, ¿no? Porque ahí nadie se puede reinsertar en la sociedad ni nada. Es un centro de tortura, realmente eso es. Igual que dicen que las camas de sujeción que no, que no existen, que todo eso, y cuando no es la realidad, no es la realidad esa, si existe la cama de sujeción. Como un montón de cosas, ¿no? Que los atan, lo ponen cabeza para abajo y les pegan y todo eso. Nosotros va a ser nueve meses atrás pudimos hablar con el Juzgado de Ejecución número 1, 2 y 3, quisimos que nos atendieran y les pudimos mostrar imágenes que ellos se quedaron boqueados, porque dijeron ¿de dónde consiguieron eso ustedes? Nosotros conseguimos vídeos, fotos y todo que ellos se quedaron como diciendo no puede ser esto. El mismo juzgado nos dijo que nosotros tenemos que hacer una denuncia correspondiente por todo eso que teníamos ahí.

Decimos que basta de muerte. Si bien alguien está pagando un delito, bueno ya con el hecho de estar encerrado lejos de la familia, de privarlo de un montón de cosas, de compartir con la familia, porque hay un montón de chicos que se les ha muerto la madre, el hermano, han pasado un montón de cosas y han estado encerrados y no han podido estar en su último momento con las personas amadas y queridas, ¿no? Si ya están pagando un delito ya con el encierro, que basta, que basta de muerte y basta, o sea, ya se acabó la represión, el tiempo de la dictadura, estamos igual, estamos igual que el tiempo de la dictadura.

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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