Entre rollos, temporadas y una amistad que no claudica

Conversamos con Gabriel Michi, periodista que acompañaba a José Luis Cabezas en el verano de 1997 cuando lo asesinan, sobre lo difícil y violento que puede ser el oficio de fotografiar cuando se echa luz a los enigmas que hay detrás del poder.

Las frases o las consignas han servido de referencia para las personas. Fragmentos de canciones han pasado de las partituras a ser parte de la piel de alguien, otras se han convertido en un pedazo de memoria: “No nos olvidemos de Cabezas” es una de ellas. Frase que se torna imborrable para quienes tienen la costumbre y el ejercicio de recordarlo año tras año.

Esa consigna llegó al ámbito público de la mano de la primera carta de familiares de José Luis Cabezas posterior a su asesinato. Al mes de ese hecho, el 25 de febrero de 1997, Gabriel Michi, periodista que trabajaba junto a él, la retoma como estandarte en su discurso ante las 35.000 personas que se habían convocado a la redacción de la Revista Noticias, donde ambos trabajaban.

Gabriel recuerda que ese día fue tan grande el acompañamiento, que incluso sectores como el de Camioneros "paraban los camiones donde estuvieran y tocaban bocina por más de un minuto para recordarlo".

Crímenes y persecuciones a periodistas se cometen en todo el mundo. Desde el Comité para proteger a los periodistas mencionan que sólo en 2023 fueron asesinadas 96 personas, entre periodistas y trabajadores de los medios; y que desde el año 1992 suman 2.285 decesos.

Antecedentes de un pedido de justicia y movilizaciones como las que sucedieron por este fotógrafo parece no haber registro o no han sucedido. Michi cuenta que para él “no hay antecedentes en todo el mundo” y se tomó el trabajo de hacer un relevamiento de todos los lugares donde se encuentra una referencia a su colega:

“Busqué en todos lados, calles de barrios, aulas y salones... hasta ahora me di con al menos 75 monumentos y homenajes que llevan su nombre o su rostro”, destaca.
Foto: ARGRA

"Porque te extrañamos"

Con la frase de "porque te extrañamos a cada momento", Gabriel Michi compartía en sus redes apenas 13 motivos del por qué no se debe olvidar a Cabezas. Entre esos puntos, pone dos seguidos, uno sobre el otro:

- Porque el periodismo nunca será el mismo desde aquel 25 de enero.
- Porque quienes conocimos a José Luis sabemos de su calidad como persona y su compromiso con su trabajo y con la vida.

El periodismo en la vida de Gabriel apareció tiempo antes de encontrarse. Pasó por "la primera radio alternativa que se llamaba FM En Tránsito, cooperativa que hoy sigue en el conurbano bonaerense. Fue movilero, estuvo en FM La Tribu, hasta que ingreso a Revista Noticias, donde estuvo "más de una década trabajando codo a codo con fotógrafos". Este último medio tenía mucho trabajo sobre farándula, pero también una pata política, que es el motivo por el que se buscó la foto de Yabrán.

Pinamar fue el lugar donde le quitaron la vida a José Luis, pero también en el que ellos se habían conocido tiempo antes por hacer temporada y ser dupla a la hora de salir a buscar las noticias del momento. "Nuestro primer encuentro se dio en ese lugar un tiempo antes", cuenta sobre ese primer cruce que se da cuando tuvieron que estar "dos o tres días haciendo guardias en la casa de la familia Menem (presidente en ese entonces)".

-¿Cómo eran esos trabajos en conjunto?

-Nos tocaban guardias rotativas, eran tiempos donde si tenías que correr por la noticia, corrías. Era así entre los que nos tocaban esas coberturas.

-Menem era una de las noticias que buscaban, ¿dieron con él?

-Había corrido la versión que iba a comer un asado a la casa de Fangio, en Balcarce, entonces nos dicen que vayamos para allá en auto antes que él llegue. Menem iba a ir en helicóptero y ya corríamos en desventaja, pero cuando llegamos nos enteramos de que había cambiado de planes y se volvía a Buenos Aires.

-Se quedaron sin la noticia, y ¿qué paso?

-Fue un viaje al divino botón, pero el viaje de regreso estuvo bueno ya que pudimos charlar y conocernos un poco más con José.

Gabriel tiene fresco esos momentos compartidos de hace casi 30 años, como si el tiempo no hubiera pasado. Cuenta que José Luis no quería manejar, que estaba temeroso de tomar el volante ya que había tenido un accidente en la ruta hacia un tiempo, pero que le dijo "vamos por una ruta semi vacía en el medio del campo y me dice 'voy a probar a ver si ánimo', y se animó".

El descenso de la temperatura afuera hizo que encendieran la calefacción del vehículo y no saben porque, tal vez por la diferencia térmica, "estalló el parabrisas". Lo que hizo que frenaran en la banquina para sacar los restos de vidrio y continuar los kilómetros que le quedaban hasta Pinamar, sin protección adelante, lo que se tornó muy difícil ya que "una lluvia universal caía que nos empapo todo. En ese momento conocí al José Luis enojado, era bravo también".

Conociendo el carisma y el temperamento de él desde ese entonces, remarca que fue el puntapié para "entablar una amistad entrañable hasta los últimos días".

José Luis junto a Gabriel, en enero de 1997.

Con el tiempo fue conociendo sus facetas más profesionales, tal vez pasionales también, ¿por qué no? "Él tenía la inmediatez del reportero gráfico", pero también sabía que la urgencia de la noticia demandaba otros tiempos "porque hay fotos que si no las haces en el momento la perdés. También tenía un lado muy artístico", señala.

En el archivo de sus fotos se encuentran grandes trabajos, no solo relacionados a la política y la actualidad de los 90's, sino también relacionados a la moda, eventos sociales y la búsqueda de artistas que lo atrapaban. "Él tenía el poder de darse cuenta cuando una foto valía la pena, en una época donde las cámaras funcionaban de otra forma, tenías que andar con rollos y era más complejo que ahora", menciona mientras rememora su laburo.

Algunas imágenes tomadas por él, tal vez eran impensadas dentro de su colección por los personajes en cuestión, como es el caso de Ernesto Sábato ya que "todos sabían de su mal carácter, pero con la labia José lo supo convencer de que posara con el fondo de una pintura muy naif en medio de una plaza". Esas cosas que pocos lograban, era las que hacia Cabezas.

Algo impensado para Michi, es que haya echo posar a Oscar Andreani, empresario multimillonario, con el uniforme de sus empleados: "como sólo José Luis lo podía lograr, con su carisma". Pero remarca que a la vez, tiene un trabajo tal vez poco conocido, pero que "hacer fotos sobre ballet era algo que el disfrutaba mucho" y que incluso la viuda de José admira muchísimo. Esas imágenes "son increíbles, tiene un movimiento y una precisión impresionantes", dice destacando el trabajo de su excolega.

Libertad

La tarea pendiente es de todo el tiempo, en todo un momento, que podamos aprovechar para recordar que el 25 de enero de 1997 "asesinaron a un reportero gráfico, un periodista, por el simple hecho de su trabajo" y fue, sin duda, "el peor crimen contra la libertad de expresión desde que volvió la democracia", remarca Gabriel.

En defensa del ejercicio periodístico hace mención de "que hubo una gran unidad entre colegas en los años 90 y más con lo que le paso a José", remarca. Y si bien, hoy tiene sus dudas e inquietudes en relación a como el sector de la prensa podría organizarse en el caso de suceder un trágico hecho como el de Cabezas, se pregunta cómo la gente podrá acompañar el reclamo.

A lo que no escapa, es a dar su mirada sobre la gestión actual, que manipula en sus discursos la palabra "libertad", en donde "se fue generando una intolerancia por parte de Javier Milei hacia la prensa y en particular a quien tenga una posición crítica". En este sentido, tanto el Decreto de Necesidad de Urgencia 70/2023 como la Ley Ómnibus, que se están tratando en el Congreso de la Nación, le preocupan:

“Habilitan las posibilidades infinitas de represión contra la protesta social, donde también tiene su pata que puede condicionar la libertad de expresión y el periodismo en particular. Es peligroso para la democracia”, advierte.

Señala que el gobierno debería "desistir, incluso desde Milei hacia abajo, con sus permanentes ataques contra periodistas". Cuestiona que de alguna manera también limiten la posibilidad de acceder a otros funcionarios a la hora de dar a conocer que están haciendo en gestión, ya que "sólo de forma oficial habla el vocero presidencial".

Parafraseando la "libertad" de los liberales contemporáneos y la libertad que pregonaba Rodolfo Walsh en los años 70, Michi recupera esta última idea para afirmar que el periodismo para el "es una forma de vida, no concibo ni me imagino haciendo otra cosa". Y finaliza diciendo que este oficio "cumple una función social fundamental de servicio para la sociedad y que, si no es libre, como decía Rodolfo, no es periodismo sino más bien es propaganda, hay que recuperar esos valores y estar comprometidos con la democracia".

Comunicador popular. Vecino de Barrio Yapeyú. Me dedico a la fotografía, la redacción y a hacer muchas preguntas.

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