Un nuevo narcoescándalo cordobés

La detención de la jefa de la brigada en Villa María se produjo luego de una tarea de investigación llevada a cabo por la Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico de Villa María, a cargo de Walter Gesino. La misma está enmarcada en la ampliación de una investigación interna en la que participó la Fuerza Policial Antinarcotráfico y fue dirigida por el Ministerio Público Fiscal.

Jésica Peña tiene 33 años y es jefa de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA). Está sospechada de tener participación en una organización que producía y vendía estupefacientes. Por otra parte se encuentra Luciano Andrada, su pareja y padre de su hijo. El también es policía de la FPA y es denominado como el supuesto cabecilla de la organización.

"La investigación interna se dio a posterior de detectar que un inmueble en el que se había secuestrado droga estaba a nombre de un efectivo", indicó la FPA.

Las hipótesis estiman que Peña utilizaba su jerarquía para permitir que la comercialización de drogas que dirigía su pareja pueda seguir operando. En un departamento que está a nombre de Andrada se encontró un laboratorio que producía la droga para luego distribuirla y venderla. Tras denuncias anónimas de vecinos de la zona los efectivos policiales allanaron la vivienda, y cuando ingresaron se toparon con estupefacientes y varias pruebas fácticas.

Por su rango, Peña tenía acceso a todas las comunicaciones que ingresaban por denuncias de tráfico de drogas y contaba con información sobre el avance de casos. Esto dio el puntapié inicial para que a mediados de mayo, luego de que sea detenido Andrada, la Justicia detenga a la ex jefa de la FPA, ya que el evidente funcionamiento de la banda narcotraficante estaba garantizada por Peña.

En el marco de la causa, también estaría en investigación un faltante de drogas incautadas a partir de los operativos en Villa María, donde advierten que la pareja de fuerza se quedarían con lo secuestrado para luego reingresarlo al circuito.