Alberdi atestiguará un festival para celebrar la labor que realizan distintas trabajadoras comunitarias en barrios populares de la provincia de Córdoba, con el objetivo de compartir una tarde de música, danza, feria y encuentro. “Un festival cultural para celebrarlas a ellas”, reza la invitación.

La música y la danza estará a cargo de la Orquesta Popular de Villa Páez , el grupo de danza y música “Paganas”, el taller de danzas folclóricas Inti Raymi, así como las bandas Barrio Limbo y Chochi y la Improvisada. Además, participarán durante la jornada los diversos talleres de oficios y artísticos que se realizan en el Centro Vecinal Alberdi.

El encuentro tendrá lugar mañana sábado en la ex Cervecería Córdoba de barrio Alberdi (La Tablada esq. Arturo Orgaz) desde las 19 hasta las 22 hs.

“Es una propuesta cultural para cerrar el año y reconocer el trabajo de quienes cuidan la vida de los barrios, de las organizaciones y de los territorios” señalan desde la organización del evento.

La propuesta es organizada por CISCSA Ciudades Feministas, el Centro Vecinal Alberdi y Casa Comunidad del EO (Encuentro de Organizaciones). Además, adhieren a la convocatoria el Área de Feminismo, Género y Sexualidades (FemGeS) del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CIFFyH) y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (FCS-UNC).

Por su parte, CISCSA es una ONG de impronta feminista que trabaja en la provincia de Córdoba desde 1985, en el “fortalecimiento de las voces y acciones de las organizaciones de mujeres en sus diversidades”. En otras palabras, su trabajo consiste en el impulso de la agenda feminista y de hábitat con trabajo en territorio, proyectos de investigación, co-formación, capacitación y sensibilización a distintos actores.

Desde una perspectiva latinoamericana, a la que entienden como “crítica, feminista, interseccional, diversa y multicultural”, CISCSA articula con organizaciones socioterritoriales en la ciudad de Córdoba, Río Cuarto y Villa María.

Por la trayectoria del trabajo, desde la ONG cuentan que “el festival surge como propuesta de celebrar y reconocer en el cierre del año, el proceso de trabajo que venimos haciendo, tratando de profundizar los debates y construir demandas en torno a los derechos de mujeres y disidencias sexuales, interpelando a la ciudades y los territorios, especialmente sobre el trabajo de cuidados y los cuidados comunitarios no reconocidos”.

Además, el encuentro es una excusa para reunir a las trabajadoras comunitarias de distintas localidades de Córdoba y celebrar la comunidad, pero al mismo tiempo “armarse y fortalecer esas redes para los difíciles tiempos que estamos pasando”, admiten.

“Es un festival pero sin dudas un hecho político para gritar todas juntas que 'acá estamos, somos un montón y estamos unidas' frente a un contexto que se va a llevar a muchas personas puestas por lo que debemos redoblar los vínculos”, advierten.

Reconocer para dignificar

En Argentina, hay un aproximado de 135 mil cocineras comunitarias que trabajan en los 35 mil comedores y merenderos, alimentando a un estimado de 10 millones de personas en los barrios populares de todo el país. Estas trabajadoras llevan una triple jornada laboral, es decir, en sus propios hogares como jefas de familia, en el mercado laboral y en el trabajo comunitario. Sin embargo, su labor no está regulado por las leyes nacionales, lo que deja a esta importante cantidad de personas en la informalidad plena.

En este sentido, en junio de este año, la organización social La Garganta Poderosa presentó al Congreso de la Nación el proyecto de Ley Reconocimiento Salarial para Cocineras Comunitarias, buscando ampliar derechos al reconocer, a través de una remuneración, el trabajo que realizan día a día las cocineras.

En el marco del festival y de la disputa porque se reconozcan estos derechos, Enfant dialogó con María Heredia, Presidenta de la Cooperativa Güemes y del Comedor Nube Traviesa - Integrante de Comisión Directiva de SERVIPROH (Servicio en Promoción Humana). Ella junto a otras compañeras mantienen un comedor que les garantiza el almuerzo a casi 50 niñeces del barrio. Además sostienen un espacio socioeducativo y una guardería.

“Nuestro trabajo lo debería hacer el Estado”, expresa María al comienzo de la charla. La trabajadora comunitaria advierte que si no fuera por la ayuda de una ONG, no se podría sostener el espacio, ya que las políticas de Nación y Provincia son irrisorias. “No sé hasta cuándo podremos bancar esta situación de crisis”, advierte.

Entre las preocupaciones urgentes, tanto María como las integrantes de CISCSA advierten sobre el reciente recorte del Ministerio de Mujeres de la Provincia y su degradación a Secretaría: “Esta decisión da cuenta de una subvaloración a los problemas que abordaba el ministerio, aún con todas las críticas, pero sabemos que fue un logro que impulsó el movimiento feminista y hoy lo dan de baja”, cuestionaron desde la ONG.

“Nosotras vamos a seguir exigiendo el reconocimiento de los derechos laborales de las trabajadoras comunitarias ante provincia y Nación, cuyo gobierno también está ajustando y está por verse el resultado de esas decisiones”, concluyeron en diálogo con Enfant.

Por su parte, María hizo un llamado al nuevo Gobernador de Córdoba, Martín Llaryora: “Tiene que caminar los lugares donde nosotras hacemos de comer. Nos tiene que garantizar ayudas económicas para todos los comedores donde trabajamos nosotras de forma gratuita, sin recibir un peso”. En este sentido, también finalizó planteando que “es lamentable el cambio de Ministerio de Mujeres a Secretaría, pero nosotras las mujeres estamos acostumbradas a luchar realmente solas, y todo lo conseguido es por nosotras, tras años y años”.

Foto de portada: CISCSA