Reconocimiento salarial para las cocineras comunitarias ¡Que sea ley!

Este miércoles 8 de marzo se realizará un nuevo el Paro Internacional de Mujeres. En este contexto es que La Poderosa presentará en el Congreso un proyecto de ley que busca el reconocimiento salarial para las cocineras comunitarias de los comedores populares de Argentina, que abastecen de alimento a 10 millones de compatriotas todos los días. Hablamos con Cintia Ávila, referenta de La Poderosa en barrio Alberdi, de Río Cuarto.

Por Julio Pereyra para Enfant Terrible

Foto: La Poderosa

La realidad de nuestro país, casi tres años después del inicio de la pandemia, se recrudece en los barrios empobrecidos: las changas escasean, quienes podían pagar un alquiler pasaron a uno más chico o dejaron de pagar, y quienes no podían cubrir la canasta básica siguen sin poder hacerlo. Hoy por hoy, la asistencia alimentaria en el territorio nacional alcanza a las 10 millones de personas que no pueden cubrir la canasta alimentaria.

De manera autogestiva y como un paliativo que nunca tuvo fin, la organización barrial busca dar soluciones a esas urgencias, mientras las soluciones estructurales nunca llegan. Un bastión de esa resistencia en los barrios populares fueron los comedores comunitarios, donde en general son vecinas las que bancan la parada.

Años de brindar ese sostén sin ser reconocidas, es que este 8M frente al Congreso de la Nación, cientas de cocineras harán la presentación de un proyecto que pueda garantizarles un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías.

Este proyecto es impulsado por La Poderosa, pero es bancado por diversas organizaciones del campo popular, con el cual buscan alcanzar a aproximadamente 70.000 personas y advierten que la inversión social requerida equivale un presupuesto a menos del 0,07% del PBI nacional, el 10% de lo destinado a servicios de inteligencia o el 0,14% de los servicios de deuda previstos en el presupuesto 2023.

Foto: La Poderosa

Detrás de los datos y al frente de los comedores

La realidad de los barrios empobrecidos no suelen tener buena prensa, ya que sólo aparecen los micrófonos o las cámaras cuando algo alimenta al morbo de sus dueños. Las estadísticas suelen quedarse en números y porcentajes, y no muestran rostros, no cuentan historias. Poder dejar que esa voz fluya, y saque a flote su realidad es una necesidad común hoy. Poder decir que Cintia Ávila nació en el barrio de Alberdi de Río Cuarto, hoy tiene 24 años y es referenta de su asamblea, es imponer la realidad del barrio y su agenda en cualquier lado. Ella junto a otras vecinas se organizan y sostienen dos espacios alimentarios: Un comedor y un merendero, entre los talleres culturales y de educación popular que brinda la asamblea a la comunidad.

-¿Qué significa para la organización, y ustedes vecinas de barrios empobrecidos, estar presentando este proyecto de ley?

¡Orgullo! Nosotras buscamos el reconocimiento salarial para todas las cocineras comunitarias, ya que son vecinas que históricamente se ponen en la espalda este gran trabajo. Cuando lo debatimos en asamblea no podíamos dimensionar todo lo que hacemos, porque muchas veces en el día a día se van naturalizando todas estas tareas, y nos damos cuenta de cómo nos envejece el cuerpo, cómo dejamos de lado cuestiones personales, porque entendemos que la necesidad de nuestros vecinos y vecinas es urgente.

-El proyecto de ley se presentará el 8M en el Congreso, ¿Porque definieron ese día y ese lugar?

-Porque justamente es el día de la mujer trabajadora, vamos en busca de ese reconocimiento y la visibilidad de ese enorme trabajo que no se ve de los barrios. Y creo que el lugar se explica un poco solo, ¿No? Es donde se materializan las leyes y en lo simbólico también tiene un gran peso ya que las empobrecidas nunca fuimos escuchadas, siempre hablaron por nosotras. Ahora nos representa una diputada cartonera, como Naty Zaracho, y eso también generó una ruptura allí dentro, pero también acá adentro.

-A muchos funcionarios que les llegará el proyecto, desconocen esta realidad. Para tratarlo, ¿Qué crees que tendrían que hacer?

-Que se acerquen aunque sea a uno de nuestro espacios alimentarios y que vean y sientan en carne propia lo que implica estar al frente. Que puedan ver nuestro trabajo, que vean cómo nos ingeniamos para cocinar con falta de materiales, de herramientas, de insumos. Que vean las largas filas, que son familias enteras que comen de nuestros comedores.

“Que vean que cada cocinera no es solo una cocinera, es contención, es escucha, es abrazo”.

El panic show en medios masivos, las consultoras privadas y las intenciones de la derecha, comienzan a especular con los porcentajes de la pobreza del antes y después del Covid, buscando generar desde temprano especulaciones políticas en un año electoral. Lo cierto es que hoy la Argentina tiene al 36,5 % de su población bajo la línea de la pobreza. 

Desde siempre en las barriadas populares, ante la falta de un derecho, siempre hubo organización comunitaria y autogestiva, y el acceso a la comida se garantiza desde comedores comunitarios. Bancados principalmente por vecinas que sostienen, no sólo este trabajo, sino que una triple jornada laboral: trabajo de cuidado en sus casas, trabajo remunerado fuera de ellas y trabajo comunitario en el barrio.

Empapada desde su nacimiento hasta hoy, Cintia sentencia esta nota de esta forma:

“Pedimos que sea ley, porque es urgente que cada trabajadora tenga su salario por todo el trabajo que históricamente realizó. Está, es una pelea por nuestra dignidad”.
Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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