A pesar del confinamiento obligatorio se realizó en Capilla del Monte una movilización para exigir justicia por el femicidio de Cecilia Basaldúa. Familiares de la víctima encabezaron la marcha junto al Movimiento Plurinacional de Mujeres de Capilla del Monte que recaló en la Municipalidad y denunciaron que la versión de la fiscalía "no cierra". Cecilia era una consumada karateka y llevaba recorridos doce países en cuatro años por lo que dudan de la versión oficial

Las medidas de confinamiento sanitario por la pandemia de Coronavirus no han sido obstáculo para que decenas de vecinxs de la localidad de Capilla del Monte se movilicen esta mañana, exigiendo justicia por el femicidio de Cecilia Basaldúa.

Familiares de la turista oriunda del barrio porteño de Núñez encabezaron la movilización que marchó frente a la comisaría, el servicio local de la mujer y finalmente recaló en la Municipalidad. Allí, junto al Movimiento Plurinacional de Mujeres de Capilla del Monte se leyó un documento exigiendo "toda la verdad" y "toda la justicia" para Cecilia.

En diálogo con La Nueva Mañana Guillermo Basaldúa declaró que la versión de la fiscalía a cargo de Paula Kleim emitida 72hs después del hallazgo del cuerpo de su hermana, "no cierra" y añadió: "La fiscal solamente nos informó que había una persona y había confesado pero no tenemos más información que eso, no sabemos qué pruebas tienen". 

Y las sospechas no se quedan ahí, ya que Cecilia llevaba cuatro años viajando sola a lo largo y ancho de doce países de toda latinoamérica, tenía conocimientos avanzados de defensa personal, era una consumada karateka -cinturón negro- y participó a nivel profesional del Campeonato Panamericano de Hockey sobre Hielo. Soledad Basaldúa resplada las dudas de su hermano Guillermo: "Cuesta creer que el femicida actuara solo" declaró.

Hasta el momento el único acusado es Lucas Bustos de 23 años, conocido en la zona por alquilar caballos, y que se presentó en la comisaría de Capilla del Monte y declaró: "yo la maté". Según fuentes extraoficiales se encontraron fotografías en el celular de Basaldúa donde se la ve montada en uno de los caballos que alquilaba Bustos.

Las sospechas también apuntan a Mario Gabriel Mainardi, el hombre en cuyo patio Basaldúa había montado su carpa. "Nos llamó recién tres días después de la desaparición y nos dijo que ella tenía como un brote psicótico, que decían que la querían matar" declaró su hermana Soledad.