El pasado 17 de octubre, Carla Gascon (38) falleció en el Establecimiento Penitenciario Nº 3 de
Mujeres del Complejo Carcelario Nº 1 "Reverendo Francisco Luchesse" debido a la "falta de atención médica adecuada", según aseveraron otras mujeres privadas de su libertad y también desde el Movimiento Anticarcelario de Córdoba. Luego de solicitar el servicio de salud durante 10 días, Carla solo habría recibido atención de la ginecóloga -y médica a cargo de la cárcel de mujeres - de apellido Salas, quien según la fuente antes mencionada, le habría suministrado una medicación errónea, lo que emperoró la situación y desembocó en el fallecimiento de la mujer oriunda de Santa Fe.
Apenas unos dias más tarde, precisamente el 23 de octubre, falleció en la cárcel de Río Cuarto, Kevin Nicolás Godoy (24), como consecuencia de las múltiples quemaduras sufridas, que habían alcanzado el 85% de su cuerpo, incluyendo sus vías respiratorias. Según indica el comunicado publicado por la Red, el joven -condenado desde marzo- estaba detenido hace más de un año en Córdoba Capital. Había sido trasladado 4 días antes de su fallecimiento a la cárcel de Río Cuarto, a la que según sus familiares, éste describió como un "infierno".
El infierno tiene nombre y apellido
Días antes de su fatal descenlace, el joven se comunicó dos veces con su pareja, con quien compartía dos hijos y otro por nacer. En la primera comunicación la conversación fue "normal", según constató el sitio web "Rebelión" (a cargo del periodista Adolfo Ruiz), pero en la segunda llamada, Kevin le habría pedido que lo saquen de ahí por temor a ser asesinado, ya que habría sido torturado la noche del domingo 20 de octubre, llegando a denunciar a varios funcionarios del Servicio Penitenciario de Córdoba por fractura de costillas, tortura y amenazas de muerte.
"En esa llamada, que su mujer llegó a grabar, Kevin dio nombres de estos oficiales. Al día siguiente, llaman a Silvia, la mamá de Kevin del servicio social de la institución penitenciaria, diciéndole que su hijo estaba internado en terapia intensiva, con casi todo el cuerpo quemado. Falleció ese mismo miércoles", expresa la Red en el documento.
Según Adolfo Ruiz, funcionarios estatales habrían dejado trascender en "off" la típica narrativa del "suicidio", aduciendo que Godoy se habría quitado la vida.
Sin embargo, el periodista se pregunta: "¿Y la llamada a su mujer sólo unas horas antes de ese episodio, avisando que lo habían torturado? ¿Y las costillas quebradas? ¿Y los nombres que dio sólo un rato antes de que su box se volviera un infierno, y que quedaron grabados en un audio que atesora su viuda?; Además, si estaba en un box de tránsito ¿cómo hizo para prender fuego su propio colchón? ¿Alguien lo "ayudó"? ¿Alguien le pasó un encendedor? ¿O directamente le prendieron fuego?".
Para las organizaciones y familiares nucleados en la Red, las versiones oficiales en este caso son contradictorias en cuanto a la fecha de ingreso, estado de conciencia, horario de fallecimiento, entre otras cuestiones.
"Sabemos que estas muertes rara vez se investigan, sin embargo corresponde destacar que según el Protocolo de Minnesota, son considerados homicidios hasta que el Estado provincial demuestra lo contrario (...) Queremos denunciar también como, desde hace tiempo, se utiliza el traslado a otras cárceles, lejos de sus familiares, como castigo y esta decisión los exponen a mayor vulnerabilidad frente a estas situaciones", acusan las organizaciones de DDHH.
Según una fuente consultada por Enfant, Godoy estuvo alojado en el pabellón MX2 de Bouwer, pero por un "conflicto" luego fue trasladado unas semanas a Villa María y finalmente a Río Cuarto, donde estuvo apenas pocos días antes de su fallecimiento. Desde esos traslados, advierten, los malos tratos y torturas contra su persona se convirtieron en permanentes.
El pronunciamiento, firmado por Adriana Revol, Inés Barreto y Magdalena Broca, finaliza insistiendo en la demanda "urgente" de la creación de un mecanismo local que "podria colaborar en prevenir estas situaciones e intervenir activamente en estos casos; con la espera de meses desde el anuncio oficial que se hizo de un tratamiento de ley local que facilite su creación".
Las muertes de Gascon y Godoy se suman a las otras seis ocurridas intramuros bajo la gestión de Llaryora, quien apenas asumió intervino el Servicio Penitenciario con la promesa de mejorarlo. En casi un año de gestión, las cárceles en la provincia siguen sobrepobladas con personas a las que se les violan sistemáticamente sus derechos humanos.
*Foto de portada: GCBA