El pasado 17 de octubre falleció en la cárcel, Carla Gascon (38), oriunda de la Ciudad de Bel Ville, quién había llegado a Bouwer desde la cárcel de Río Cuarto, hace poco tiempo atrás.
El Servicio Penitenciario no emitió comunicado al respeto ni tampoco dió las justas explicaciones a sus familiares, denunciaron desde el movimiento anticarcelario de Córdoba.
"Sus compañeras de prisión aseguran que murió por falta de atención de salud. Luego de demandar precisión en su diagnóstico por más de diez días, falleció por no recibir atención médica adecuada", sostiene un comunicado del Movimiento Anticarcelario (M.A).
La familia de Carla se vio obligada a organizar una colecta para poder trasladar el cuerpo a su ciudad natal.
"No es el primer caso de muerte en contexto de encierro en Córdoba por falta de atención médica adecuada. La mayoría de las muertes se generan por negligencia en la atención médica agravada por la mala alimentación, la excesiva medicalización psiquiátrica, el hacinamiento, entre otros. Ante esto, el Estado y la justicia son responsables", acusan desde el M.A.
Es por este motivo que las internas de los pabellones B1 y B2 del EP3, decidieron iniciar una huelga de hambre que arrancó el pasado miércoles.
Las mujeres privadas de su libertad se niegan a recibir alimento y tratamiento psiquiátrico en clave de protesta. Además, presentaron masivamente recursos de Hábeas Corpus ante los juzgados de ejecución 1, 2 y 3.
Rechazan el tiempo de retraso en los informes, pericias y pronósticos criminológicos de parte del SPC, además de la falta de asistencia del área social, psicológica y del servicio médico. Denuncian que le dan el mismo vademécum ante cualquier situación: tafirol, paracetamol y diclofenac, como único tratamiento para todo, sin que reciban asistencia médica profesional.
En algunos casos, demandan que se concreten cirugías que revisten calidad de urgencia y que no se ejecutan.
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