Un plan de ambiente para casi todxs

El Gobierno Nacional presentó ayer por la tarde el Plan de Políticas Ambientales con un discurso que cuestionó el accionar ilegal y descuidado de las lógicas corporativas. Si bien este hecho representa un avance en materia de políticas ambientales, la megaminería, el fracking, el acuerdo porcino con China, o las fumigaciones con agrotóxicos, aún no aparecen en el horizonte de lo erradicable para procurar un ambiente saludable en la región

Ayer 21 de septiembre, el jefe de Estado junto al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, lanzaron el Plan de Políticas Ambientales, con un discurso reflexivo sobre la responsabilidad de la humanidad en la destrucción del ambiente y llamó a "poneros firmes" frente las corporaciones que "se vuelven más poderosas que los países y que las decisiones de la gente". "Ningún negocio puede ser más rentable que cuidar el lugar donde vivimos. Si no, estaríamos privilegiando la rentabilidad de unos pocos en perjuicio de inmensas mayorías" afirmó el mandatario.

La primer medida anunciada es el Plan Nacional Casa Común, la cual busca favorecer la producción agroecológica en todas las provincias y municipios.

En segundo lugar, el Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto, que busca impulsar la creación de plantas de tratamientos de residuos para eliminar los 5000 basurales que hay en todo el país.

Con respecto a la Ley Nacional de Educación Ambiental, se trata de un proyecto de ley para incluir contenido ambiental en las currículas escolares de todos los niveles educativos, donde incluye también la jura

Último en ser mencionado por el ministro de Ambiente, el Plan Nacional del Manejo del Fuego, que hace unos días pasó a la dirección del Ministerio de Ambiente, consiste en la incorporación de nuevxs brigadistas, así como sistemas de alertas temprana en puntos estratégicos funtamentales, tanto en Córdoba como en el sur de Misiones.

Ahora bien, estas medidas son el reflejo de un contexto que de manera obligada debe interpelar la agenda de los gobiernos en todo el mundo, y puede resultar innovador que el Estado Nacional en nuestro país las lleve adelante. Sin embargo, los hechos concretos inmediatamente llevan al discurso del Gobierno y, peor aún, a sus medidas, a un fuertes contradicciones.

Si hay algo que amenaza a la lucha contra la crisis climática (no hablamos de cambios climáticos, porque eso siempre hubo) producto del capitalismo globalizado de carácter neoextractivista, es que el plan para revertirla sea maniobrado por las mismas fuentes que la promueven.

El llamado "discurso verde" o "sustentable" es el que viene de la mano de las estrategias propagandísticas que promueven estas mismas corporaciones que Fernández denuncia, el mismo discurso que se inmiscuye en sus anuncios. No es ingenua la decisión de apuntar a la responsabilidad individual, desde separar la basura en secos y orgánicos, a "educar" a niñxs y adolescentes para que cuiden mejor la tierra.

Inmediatamente desde que comenzó la cuarentena, el Gobierno Nacional decretó como "esencial" a la actividad megaminera, la misma que viene de la mano de las empresas transnacionales que seca ríos en Catamarca y produce derrames en San Juan. La misma que no tuvo luz verde ante la inmensa movilización en Mendoza, "la hija del Agua", en defensa de la 7722.

La actividad fungicida no se nos escapa ni un poco, porque como dice Patricio Eleisegui, estamos en una "patria fumigada". Cabandié habló de un tal "cambio de paradigma" en cuanto a la relación humanx-naturaleza, entonces cabe preguntarse ¿de qué cambio de paradigma hablamos cuando Felipé Solá continúa ocupando cargos que habilitan el ingreso cada vez más irrestricto y barato de herbicidas mortíferos para toda la biodiversidad? Esos mismos herbicidas que degradan los suelos atravesando sus capas y se concentran en los cursos de agua que alimentan al Río Paraná, la cuenca de agua considerada como la segunda más importante de Latinoamérica.

¿Desde cuál paradigma se posiciona el ministro de Ambiente, cuando el ministro de Relaciones Exteriores no deja de defender el acuerdo pocino con China para conseguir más ganancias a costa del sacrificio de más territorios?

La costumbre de los gobiernos progresistas de "ponerse al hombro" las luchas que tantas organizaciones vienen dando hace décadas en defensa de la biodiversidad, el agua y en contra del lucro corporativo de los bienes comunes, siempre deja ver algo más allá: no hay política ambiental estatal esperable que vaya al fondo del asunto. Es por eso que, si bien las políticas ambientales representan un avance necesario en este contexto de crisis inminente, no podemos esperar a que los gobiernos recapaciten sobre los cambios urgenes que hay que dar, pues de la crisis económica se sale, pero de la crisis ambiental no hay tantas certezas.

Fuentes:

Agrotóxicos: Argentina como laboratorio a cielo abierto para el control de la alimentación mundial. Patricio Eleisegui. Editorial Sudestada. 2019

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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