Maristella Svampa: entre la urgencia de una transición ecosocial o la vuelta al capitalismo del caos

En su cumpleaños número diez, el medio libre Revista Cítrica conversó con la socióloga, escritora e investigadora Maristella Svampa con eje en su último libro titulado "El copalso ecológico ya llegó: Una brújula para salir del (mal)desarrollo" escrito en coautoría con Enrique Viale. Se tocaron temas referidos a la pandemia, el Pacto Ecosocial del Sur y las posibles alternativas al capitalismo del caos que nos atraviesa en los capítulos actuales
Foto: La Izquierda Diario

En el primer vivo en Instagram en toda su vida, Maristella Svampa fue invitada por Revista Crítica para compartir algunas líneas generales sobre el contenido de su libro "El colapso ecológico ya llegó: Una brújula para salir del (mal)desarrollo". En su trabajo describe diversas dinámicas de conducciones políticas y movimientos sociales en las últimas décadas en nuestro continente. Su perspectiva se sostiene sobre lecturas sociales, culturales, políticas, económicas y ambientales, categorías leídas e integradas entre sí. En principio le preguntaron acerca de cómo impactó la pandemia mundial en el modo de sentipensarse y realizar lecturas sobre el escenario regional latinoamericano actual.

"La pandemia puso de manifiesto la desigualdad y colocó en el centro algunas problemáticas que estaban en la periferia. Además mostró la crisis socioecológica que vivimos porque estamos en una pandemia que está ligada a un virus zoonótico cuyo origen es la devastación ambiental".

Frente a este panorama, Svampa describe dos modos posibles de atravesar y transicionar para afrontar esta crisis aún esperando la llegada de una vacuna. Por un lado se encuentra la brújula como herramienta hacia una transición, el llamado "Nuevo Pacto Ecosocial y Económico". Por otro lado, para seguir caminando la aceleración del colapso ecológico y civilizatorio, se encuentra el capitalismo del caos.

"Además de las grandes desigualdades, además de la aceleración del colapso ecológico, una de las características de la sociedad contemporánea es el capitalismo del caos con la expansión de las extremas derechas que éste posibilita y que se han expandido en Europa, en Estados Unidos y en América Latina como corrientes sociales subterráneas que aguardan momentos para expresarse en términos políticos. El escenario actual está planteando una tendencia hacia un colapso más generalizado, no sólo ecológico sino sistémico, porque la pandemia ha generado una crisis y una recesión económica sin precedentes, con millones de desempleados. Ante el miedo y la incertidumbre la respuesta de las sociedades es distinto, las demandas son ambivalentes y contradictorias. Pueden ser de solidaridad y transformación, pero también de clausura, de retorno a la normalidad y al capitalismo del caos".

Foto: German Romeo Pena

En cuanto al Pacto Ecosocial o Plurinacional del Sur, Svampa contó que mientras escribía el libro junto a Viale pensaban que hay que apostar a una transición socioecológica integral: "sobre todo en un contexto de crisis radical, las salidas tienen que ser radicales. A nivel global hay mucha discusión sobre la transición ecosocial y de hecho en los países del Norte se viene hablando de un Green New Deal con diferentes características. Algunas de las propuestas vienen de la mano de Bernie Sanders o Naomi Klein".

"La crisis existe también en la medida en que haya una oportunidad de transformación significativa de la mano de movimientos sociales y desde abajo, la oportunidad para pensar una transición ecosocial".

"En Argentina lo lanzamos con Enrique Viale en el mes de mayo y tuvo mucha repercusión a nivel latinoamericano. Decidimos incorporar la dimensión intercultural con diferentes colegas de Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, entre otros, y activistas provenientes de distintos movimientos sociales, ambientales, campesinos, indígenas, feministas, urbanos, rurales".

El pacto se divide en tres ejes y siempre se puede ampliar. El primero es paradigma de los cuidados: "muy ligado al rol que los feminismos populares y la economía feminista tienen en América Latina, que promueve el desplazamiento de un paradigma antropocentríco externo a la naturaleza, hacia un paradgima relacional. Que coloque la interdependencia leída como ecodependecia en el centro, apuntando a la sostenibilidad de la vida".

Foto: Diario de Cuyo

El segundo eje es la necesidad de articular justicia social con justicia ambiental: "demoler la falsa oposición entre lo social y lo ambiental que se buscó intalar en América Latina en los últimos 15 años al calor de los Commodities. Pese a que se justificó el extractivismo con la idea de reducir las desigualdades sociales, estamos en la región más desigual del planeta, donde hay mayor concentración de tierra y donde se asesinan más activistas de derechos humanos y ambientales. Se redujo la pobreza pero no la desigualdad".

"Todos los estudios marcan que la riqueza producida por el mundo de los Commodities fue capturada por los sectores más ricos que entre 2012 y 2015 aumentaron el 21% anual su riqueza comparado al 3,5% del creimiento del PBI de los países latinoamericanos".

El tercer eje es la transición socioecológica integral, que incluye la transición energética, productiva alimentaria y urbana, aunque pueden integrarse algunos más, sobre todo en relación a la autonomía y la democracia pensando en pueblos originarios".

Desde esta posición, no es posible plantear simplemente un "pacto verde", sino que apuntan a una agenda redistributiva a través de tres ejes: "El primero es el Ingreso Universal Ciudadano o la Renta Básica. El segundo tiene que ver con la Reforma Tributaria, ya que los que más pagan son los que menos tienen y los que más tienen no pagan. Rita Segato dice que en nuestra sociedad es tan obscena la brecha de la desigualdad que es necesario hablar de un Mundo de Dueños". Por último, menciona: "la deuda social y ambiental que arrastran los países del Norte en relación al Sur. No podemos depender más de la Organización Mundial de Comercio que es la responsable de este modelo de globalización neoliberal".

En el reparto internacional del trabajo, a Sudamérica le toca la parte de la primarización de la economía ligada a las Commodities. ¿Qué pasa con los liderazgos políticos en relación a una integración regional? ¿Actualmente se puede pensar esta transción ecosocial sin esa integración?

"A la hegemonía progresista del escenario lationamericano le sucedió una suerte de fragmentación. Hubo una reconfiguración en los últimos meses que no sabemos muy bien cómo caracterizar, aunque sabemos que el giro conservador reaccionario no se consolida. Durante la pandemia, organismos multilaterales como la UNASUR han estado muy poco activos y cada país ha hecho su propia política con los límites que esto implica, no sólo en términos geopolíticos sino también en cuanto a las capacidades del Estado" (...) "no se ha configurado un polo regional. El riesgo es que se haga en los términos del Primer Mundo, que apueste a una transición energética mientras que en América Latina sigamos destruyendo ecosistemas frágiles como los salares, para la extracción de litio. El Ministro Kulfas piensa que el Green New Deal se hace con Vaca Muerta adentro, entonces, los progresismos latinoamericanos siguen siendo productivistas y pensando en falsas soluciones".

Foto: Agustina Byrne

Un ejemplo de estas falsas soluciones es el acuerdo porcino con China, potencia que viene desplazando a Estados Unidos de la hegemonía mundial. Maristella considera que para nuestra región se perdió una gran oportunidad al no haberse conformado un bloque que pudiera posicionarse ante China desde una relación de fuerzas distinta.

"A partir del 2007-2009 China comienza a ser un actor económico importante a nivel de intercambio en América Latina. Diferentes países como Argentina y Ecuador fueron firmando convenios bilaterales con China. Se fueron multiplicando los intercambios cada vez más desiguales con la exportación de Commodities sin valor agregado e importación de productos con valor agregado. Se fue configurando lo que denominamos con Ariel Slipak, el Consenso de Beijing, una nueva dependencia en relación a China.

Lo que estamos viendo son los efectos de esta dependencia, porque China ha ingresado a todos los países latinoamericanos poniendo condiciones. En Argentina son las centrales nucleares, las mega represas en Santa Cruz, la compra de Syngenta, el petróleo, la megaminería y ahora las megafactorías de cerdos. Esto último viene para acá al calor de la otra pandemia que es la Peste Porcina Africana, que afecta al ganado porcino y por la que debieron sacrificar entre 180 y 250 millones de cerdos. Estamos abriendo las puertas a un doble peligro de la mano de Felipe Solá, quien de la soja en adelante ha sido responsable de muchas cosas que ocurren en este país; y aunque el Gobierno Nacional ha retrocedido en cuanto a la cantidad de cerdos que se exportarían, vio que puede avanzar en las provincias donde hay menos articulación de las resistencias. De hecho ya se ha buscado avanzar en el Chaco".

Se insiste por parte de los gobiernos en buscar estrategias para saltearse las resistencias ecosocioterritoriales y populares que se han venido configurando en los últimos años a raíz del arrasamiento de los ecosistemas. Si bien al día de hoy esas resistencias son muchas, Svampa comenta que hace falta una mayor articulación de carácter interseccional, sobre todo en articulación con las luchas feministas, las juventudes y los sindicatos: "Es necesario también interpelar cada vez más al llamado campo progresista, porque no se puede ser progresista o feminista si no se es ecologista también. Hay que integrar todas esas narrativas a las que se suman aportes de la cultura, la literaria. Pero esto no es una cuestión de vanguardias, sino que debe involucrar a toda la sociedad porque está en juego nada más que la posibilidad de reproducción de la vida. Los sindicatos son los más renuentes al pensar que un mundo post-fósil amenace los puestos de trabajo, cuando en realidad también se augura la posibilidad de creación de numerosos empleos y servicios ligados al cuidado".

Al día de hoy el movimiento originario y popular de Chubut que en 2003 logró que se firme el Plesbicito que impide la megaminería a cielo abierto hasta el día de hoy, debe mantenerse alerta ya que nuevamente el Estado busca pasar por encima de los acuerdos. Sobre esto Maristella comenta que: "actuamente el Gobernador Arcioni intenta avanzar instalando megafactorías en la zona de la Meseta para despejar el campo a la actividad minera". Coherente con sus convicciones el pueblo chubutense promueve una la Segunda Iniciatica Popular con la cual juntaron más de 30.000 firmas en época de pandemia: "se la ha dicho cuantas veces al Gobierno Provincial que no tiene licencia social para la megaminería, y damos cuenta de la enorme paciencia que tiene la población apelando a dispositivos institucionales, mientras la clase política le da la espalda. Tenemos que apoyar la lucha de Chubut que apunta a la protección de los bienes comunes".

¿Cuáles son hoy en Argentina las prioridades para avanzar en la transición ecosocial? ¿Qué debemos cuidar y defender?

"Hay que mejorar la Ley de Bosques que no está dando muchos resultados, proteger a la Ley de Glaciares que está siendo atacada, avanzar con la Ley de Humedales. Generar herramientas en los estados provinciales porque tampoco hay responsabilidad por parte de la clase política para tomar estas decisiones".

"En cuanto al régimen alimentario, sabemos en Argentina el modelo del agronegocio es dominante con más de 25 millones de hectáreas. Un modelo de agricultura sin agricultores que se ha instalado en los últimos 30 años. El impacto del Glifosato ha sido evidenciado por diferentes científicos y sobre todo denunciado primero por las Madres de Barrio Ituzaingó, y aún así es incalculable el daño que está realizando. En este sentido, debemos avanzar con el modelo agroecológico que no sólo responde a una ciencia en términos de paradigma, es también un movimiento social, cultural y político que se extiende por toda América Latina. Esto no es impulsado sólo por movimientos territoriales, sino también por sectores de la economía convencional que lo ven rentable y ven que es posible producir sano. Por ejemplo, está la Red de Municipios Agroecológicos de Argentina (RENAMA). Para eso necesitamos un Estado que promueva políticas públicas y no deje frizado el nombramiento del Director Nacional de Agroecología".

El escenario es complejo y se ve atravesado por múltiples dinámicas mientras la hegemonía institucional reaccionaria que intento consolidarse en latinoamérica se va desplomando. Chile mantiene despierto el fuego en ese rincón recóndito detrás de la Cordillera. Bolivia recuperó hace muy poco la democracia aunque debe manterse alerta ya que el litio sigue siendo la tentación de los golpes de Estado. En Brasil la imagen del fascista Bolsonaro responsable de la devastación amazónica se desploma cada vez más. Mientras tanto, Argentina se convierte de granero del mundo, a chiquero del mundo. Nadie dice que sea fácil, pero como dice la autora: "es la única realidad, es nuestra Casa Común". Para todo este proceso: "no tenemos un manual de preguntas y respuestas, pero sí tenemos una brújula, sabemos que queremos una sociedad solidaria, democráctica, resiliente y para ello tenemos que transicionar. Debemos cuestionar el atropoceno que es un urbanoceno, nuestro modelo de consumo, de distribución y circulación de bienes".

Maristella Svampa es Licenciada en Filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba y doctorada en sociología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Francia. Además es investigadora principal en el Conicet y profesora titular de Teoría Social Latinoamericana en la Universidad Nacional de La Plata, entre otros varios reconocimientos en su ámbito.

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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