En el Festival del Poncho de Catamarca, una acción por el agua

El sábado 22 de junio se conmemora a nivel global el Día contra la Minería Contaminante. En ese marco, un grupo de artistas y asambleístas hicieron audible la importancia del agua mediante una intervención performática en el 52 Festival del Poncho en la localidad de San Fernando del Valle de Catamarca.

Vestidos de negro, veinte cuerpos caminan por el cemento. Parecen perdidos, desorbitados. Hay dos personas-cuervos, dos personas-ratas. Con trajes, saco y corbata, muestran dinero al resto de las transeúntes. Los cuervos y las ratas, con billetes como anzuelos, ponen en marcha a la veintena de seres cuyos gesto es de indiferencia. Ni alegría, ni tristeza, ni rabia en las expresiones de sus rostros. La caminata en un momento se detiene. Gritos, aullidos de dolor. 

En menos de cinco segundos, veinte cuerpos se desvanecen. Parece que no respiran. Parece que no se mueven. Los cuervos se ríen, las ratas celebran, mientras empiezan a pasear por entre los cuerpos caídos, y les arrojan billetes. Quienes allí aparecen como espectadores, pasan a ser los próximos protagonistas de la escena: ahora los cuervos y las ratas se dirigen a ellxs, y les entregan billetes cortados. El sonar de unas cajas empieza a escucharse. Viene de lejos, pero se acerca. Cinco mujeres golpean fuerte el cuero y  cantan. 

“Voy a beber el agua bendita,

agua que viene del Aconquija

Somos Jujuy y Andalgalá, 

el Aconquija y Fiambalá,

toda la Puna Despierta está”

Los cuerpos en el suelo se mueven. Se levantan. Se sacan las máscaras. Se miran reviviendo entre coplas. En un llamado a despertar y ser parte de la lucha por el agua. A cantar y empequeñecer a los cuervos y las ratas.

Al mejor estilo de la Fuerza Artística de Choque Comunicativo (FACC), un grupo de artistas y asambleístas autoconvocades, realizó esta acción performativa en el Festival del Poncho, que reúne a miles de personas por año en la provincia de Catamarca y que este año se celebró entre el 14 y el  23 de julio en el sector noreste de la ciudad capital de San Fernando del Valle de Catamarca. 

Como parte de las actividades en el marco del Día Mundial Contra la Minería a Cielo Abierto, se produjo esta acción performática que también buscó visibilizar la lucha del pueblo jujeño  y reclamar  por el uso del agua en los lugares donde hoy, la minería de litio está instalándose. Una acción comunicativa clara y contundente que duró unos siete minutos y que se prolongó con folletería que fue repartida entre las personas que paseaban de distintas provincias, de visita por el Festival:

"Con la intervención, queríamos marcar esa masa anónima de gente que es gobernada y dirigida por estos cuerpos o ratas que representan a los funcionarios de las mineras y los gobiernos”, manifestó Manuel Fontanla miembro de la Asamblea Pucará. 

La performance nació desde un deseo de intervenir en un sitio muy popular y festivo del pueblo catamarqueño. Donde también, las mineras llenan con su cartelería los pasillos del predio ferial. Allí fingir demencia respecto a las denuncias de daños que provoca la minería en territorio catamarqueño, es la mejor fichita que juegan políticos de turnos y empresarios:

“La experiencia fue fuerte, en la medida en que la copla se escuchaba, la gente se detenía a mirar y a preguntar. Queríamos intervenir con el público.Se entregaban folletos respecto de lo que está pasando con el agua y mucha gente aplaudía. Se acercó gente de Jujuy para que nos sacáramos fotos y así enviarle a gente que está hoy sosteniendo cortes de ruta en esa provincia”, afirma Manuel. 

No tardaron en sumar su voz de protesta ante los hechos que están sucediendo en Jujuy, algunos grupos musicales que se manifestaron en el escenario principal del Festival del Poncho, como la Delio Valdéz que hizo un llamado a solidarse y acompañar la lucha del pueblo jujeño contra la reforma constitucional. 

Las coplas nombran a los pueblos de Andalgalá y Fiambalá, acechados por la minería y al Aconquija, cerro sagrado y fuente de agua de los pueblos del oeste catamarqueño. Nombres resonantes, que no agotan la larga lista de territorios que se han visto expuestos a los daños y violencias de la minería a cielo abierto, tanto metalífera como litífera.  

Y es que las luchas de los pueblos que hoy son considerados partes del “triángulo del litio”, vienen conectadas desde hace rato. Vale recordar el último gran evento que se realizó en la capital de Catamarca en mayo del año pasado, el Contra Seminario del litio: el Seminario de los Pueblos donde organizaciones y comunidades llegaron desde Salta, Jujuy y distintos puntos de Catamarca, atravesaron cerros, valles y salares, recorrieron kilómetros a pie, en camionetas o colectivos para nuclearse bajo una frase: “El agua es la ancestra común que nos hermana”. Y esa agua que desde hace rato despabiló, es la que hace que los pueblos de la Puna, como dice la canción, despiertos estén. 

Investigadora posdoctoral de CONICET. Fotoperiodista feminista. Sus trabajo se tejen en torno a los extractivismos, la injusticia ambiental y las luchas territoriales por el agua.

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