Américo Balbuena se hizo pasar por periodista en una de los primeros espacios de comunicación popular. Desde 2003 a 2013, este agente del Cuerpo de Informaciones de la Federal espió a los integrantes de la Agencia Rodolfo Walsh y acumuló informes de las organizaciones sociales, sindicatos, activistas, militantes, organizaciones políticas, estudiantes y colectivos relacionados con la Agencia, valiéndose de su falsa identidad como periodista de un medio comunitario. Una década tarde, habrá juicio contra el servicio que infiltró un medio en plena democracia.