Crítica

La cruz caída: cuando la poesía enterrada ve la luz

En la inauguración de un cementerio se desarrolla una profunda conversación entre un trabajador pueblerino y un empresario. La charla prometía ser breve, pero desencadena en un intercambio de enunciaciones impostergables. Allí se manifiesta lo vital en la muerte y la mortandad en la vida; se descubre la ignorancia en los vivos y la sabiduría en los sepultados; se aprecia la oscuridad de la luz y la luminosidad de lo oscuro. La verdad no es patrimonio de los seres vivos con consciencia. Los guardianes de lo verdadero son los muertos. Pueden acercarse a esta experiencia escénica en La Balsa Teatro

Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Obispo Trejo 365, Córdoba.