Victoria progresista en Uruguay: ¿qué deja la derecha y qué promete Orsi?

El Frente Amplio regresa al Poder Ejecutivo oriental tras derrotar al candidato de un gobierno que se despide tras cinco años de una gestión marcada por el retroceso en derechos sociales, casos de corrupción y avance del narcotráfico.

El candidato frenteamplista caracterizado como el "heredero de Mujica", superó con el 52,1% de los votos al candidato derechista Álvaro Delgado, quien obtuvo un 47,9% en un balotaje con 89% de participación ciudadana.

A contramano del discurso que abona al auge de las ultraderechas en la región y el mundo, la victoria de Orsi representa la llegada de un nuevo gobierno de centro-izquierda a Latinoamérica. Uno más que se suma a una mayoría de gobiernos de similar espectro ideológico: Brasil, México, Chile, Bolivia, Colombia, Honduras, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Cuba. Sin embargo, es justo decir que cada país, gobierno y líder tiene sus propios límites, contradicciones y ambigüedades, especialmente cuando se trata de coaliciones las que co-gobiernan.

En lo que a la derecha uruguaya respecta, el candidato Delgado, ex funcionario de Lacalle Pou, reconoció su derrota a pocas horas de la publicación de los primeros resultados. Y le anticipó a su contrincante que tendrá que "encontrar acuerdos", ya que el Frente Amplio recuperó el control en el Senado, tras obtener la mayoría absoluta (16 de 30), algo que no pudo replicar en Diputados, donde obtuvo 48 bancas de un total de 99.

El diálogo entre el nuevo oficialismo y la nueva oposición resultará clave para el avance o el truncamiento de los proyectos de ley que el Ejecutivo envíe al Parlamento.

A sus 57 años, Yamandú Orsi es el nuevo Presidente electo de la República Oriental de Uruguay. Foto: Frente Amplio

Orsi, ¿la renovación progresista?

"Voy a ser un presidente que construya una sociedad más integrada", expresó el candidato en su alocución de la victoria.

Hijo de un trabajador rural y una trabajadora costurera, devenidos en almacenero citadinos, Yamandú transitó su escolaridad entre el campo y la ciudad. Se integró desde joven a la política como militante del centro de estudiante de su colegio secundario, desde donde se acercó a los comités de base del FA.

La Vertiente Artiguista fue su primer espacio dentro del histórico frente nacido en 1971, pero su admiración por Mujica lo hizo mudarse al Movimiento de Participación Popular (MPP) liderado por el referente de la izquierda uruguaya, a quién considera su mentor.

Orsi y Mujica. Créditos de la foto a quién corresponda

Estudió y se recibió de profesor de Historia en el Instituto de Profesores Artigas, mientras trabajaba en el comercio. Ejerció la docencia en diferentes departamentos uruguayos, pero luego se dedicó plenamente a su carrera política.

Para el año 2005 fue elegido como secretario general de la Intendencia de Canelones, departamento que define elecciones por sus 500 mil habitantes, siendo el más numeroso de Uruguay, cuya población no supera los 3,4 millones de habitantes.

En el año 2015 fue elegido como Intendente de Canelones, cargo que volvería a ocupar tras obtener su reelección en 2019 y en el que se desenvolvería hasta marzo del corriente año, tras decidir participar de la interna del FA en las elecciones de primer término, donde derrotó por amplio margen a quién luego invitaría a ser su compañera de fórmula.

Político tradicional, llega al poder con consignas tales como "la revolución de las cosas simples", "unidad nacional", entre otras, lo que deja ver que es un "izquierdista a lo uruguayo", es decir, rozando la social democracia de los "buenos valores".

Con una diplomacia moderada con respecto a temas que impone la agenda mediática derechista en la región, tal como la política venezolana, país al que define en "dictadura", o en lo que respecta al genocidio palestino, al que identifica como "conflicto", habiendo visitado Israel un mes antes del ataque de Hamas.

Habrá que ver cuál es su posicionamiento en el MERCOSUR, donde Uruguay en el último tiempo tensionó su estadía por querer romper el estatuto y firmar con China un tratado de "libre comercio" de manera unilateral.

Las relaciones con Estados Unidos continuarán igual pese a la victoria del ultraderechista Donald Trump. Con respecto al Reino Unido, con quién Uruguay sostiene un lazo histórico que no cambia pese a las distintas gestiones, seguirá el mismo curso de "buenas" relaciones diplomáticas, más aún cuando en Argentina gobierna un presidente pro británico como Milei.

El 1º de marzo del 2025, asumirá oficialmente como Presidente de Uruguay.

Orsi y Carolina Cosse, ex intendenta de Montevideo. Foto: Frente Amplio.

"El protector", entre la herencia y las promesas

"Yamandú" significa en la lengua de la etnia charrúa "el que da vida" y/o "el protector". Significado que tendrá que traducir en realidad para cambiar el rumbo neoliberal tomado por POU. Recibe un Uruguay con mayor pobreza, menor distribución del ingreso y un gran retroceso en materia de derechos, a diferencia del último gobierno del FA, por allá en el 2019 pre pandémico, situación que prometió revertir con mayor intervención del Estado en las diferentes áreas de lo social.

Según el Centro de Investigación en Economía y Política, la desigualdad de ingresos en el país aumentó durante el gobierno de Lacalle Pou:

"Mientras los más ricos experimentaron un incremento en sus ingresos reales, el 50% más pobre vio caer sus ingresos reales en un 16%", advirtieron en un informe publicado hace poco tiempo atrás.

En materia social, la actual administración restringió el crecimiento salarial, limitó las protecciones laborales y el derecho a huelga. Desde el inicio de su gestión, los salarios reales aumentaron solo un 3% y el salario mínimo real un 1,7%.

"El gasto social se redujo en más de 3 puntos porcentuales del PIB, pasando de casi el 28% en 2020 al 24,5% en 2023", expresa el documento firmado por el economista uruguayo Guillermo Bervejillo y sus colegas norteamericanos Joe Sammut y Jake Johnston.

En lo que respecta a la deuda externa uruguaya, según un informe publicado por el mimso Banco Central del Uruguay, aumentó un 6% respecto al último cuatrimestre del 2023. Mientras que la deuda bruta ya representa el 72% del PIB, cuando en 2019 representaba el 45%, según la Unidad de Gestión de Deuda (UGD - Ministerio de Economía y Finanzas).

Orsi prometió que buscará reducir la edad jubilatoria de 65 a 60 años, y realizar cambios en las AFAP (similares a las ex AFJP en Argentina), señaladas por la central de trabajadores de Uruguay por buscar fines de lucro sobre un derecho básico.

En materia de salud y educación, el gasto social se redujo durante la administracion de Lacalle Pou, lo que necesariamente se traduce en el emporamiento del acceso a los derechos humanos básicos.

Orsi prometió un aumento de escuelas públicas de tiempo completo, la elaboración de un "Plan de Salud Mental" para el próximo quinquenio, plan primera vivienda para jóvenes y la creación de "empleo joven" para 12 mil uruguayos cuya edad se enmarque entre los 18 y 24 años (el desempleo en el sector juvenil es del 26%), entre otras medidas.

La creación de un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos tendrá la responsabilidad del sistema carcelario y el Instituto Nacional de Rehabilitación, responsabilizado por tratos crueles e inhumanos en los contextos de encierro del vecino país, cuya población privada de su libertad ronda las 16 mil personas.

Votante del FA celebra la victoria de su espacio. Foto: Frente Amplio.

A su vez, la gestión del Partido Nacional junto a sus socios (Partido Colorado, Cabildo Abierto y Partido Independiente) deja una imagen peculiar de su estadía por el palacio de gobierno, debido a las crisis políticas que atravesó ante los casos de corrupción, vínculos con el narcotráfico y espionaje ilegal.

El periodista Federico Fasano Mertens indetificó no menos de 20 "éscandalos críticos" durante el gobierno de Lacalle Pou, entre los que se encuentran implicados senadores, diputados, intendentes, asesores, directores, ediles, autoridades del PN y fiscales, exhibiendo la relación entre el poder político y el sistema judicial uruguayo en los últimos años.

Durante su campaña, Yamandú Orsi hizo hincapié en la "transparencia" con la promesa de limpiar la imagen de la política tradicional, desgastada duante el último lustro. "Mis enemigos son el narcotráfico, la delincuencia y la corrupción”, expresó respecto a las problemáticas que mayor trascendencia tuvieron en los discursos de campaña de ambos candidatos.

El presidenciable prometió enfrentar con penas duras, 2.000 policías más, mayor cámaras de videovigilancia, comisarías móviles y mayor patrullaje en las fronteras el problema de la inseguridad y el narcotráfico.

Con una tasa de 10,7 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2023, casi el doble que en el 2005, el "hijo de Mujica" tendrá la díficil tarea de reducir porcentajes detrás de los cuáles están uruguayos y uruguayas asesinadas violentamente, en hechos relacionados en su mayoría al narco y al crimen organizado.

Según su propia plataforma de campaña, el combate al narcotráfico se realizará mediante el Sistema Integral de Lucha Contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico, que se creará para "disminuir la capacidad operativa de los delincuentes involucrando sus operaciones financieras". La política apuntará a la desarticuación de las 50 bandas narcotraficantes identificadas que operan en la nación oriental.

El narcotráfico es entendido como problemática regional por todos los partidos políticos que en campaña prometieron diferentes soluciones. El Rio de la Plata, territorio compartido con Argentina, por la cuál salen toneladas de estupefacientes cada año, es un punto nodal en el asunto.

Sin embargo, Orsi solo nombró a este territorio estratégico para agradecer -de cierta manera- al gobierno argentino que firmó y cedió su soberanía al dragarle a Uruguay el Puerto de Montevideo, donde -a diferencia de los puertos argentinos- se están realizando cada vez más controles por parte de las autoridades uruguayas, lo que podría continuar con la llegada del profesor de historia al poder.

El nuevo gobierno tiene la tarea de continuar las relaciones diplomáticas que el gobierno de Pou pudo sortear a pesar de sus diferencias ideológicas, especialmente con Argentina y Brasil, sus principales socios estratégicos, con los cuáles también deberá pensar una solución abarcativa a un problema que es regional y que tiene a la población uruguaya preocupada como es el avance del narcotráfico.

Puntano. Licenciado en Comunicación Social. Consumidor problemático de soberanía nacional.

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