¿Quién fue Osvaldo Bayer, el libertario que incomoda al gobierno?

La reciente demolición de un monumento en honor a Osvaldo Bayer en Santa Cruz, ordenada por el Gobierno Nacional, generó una ola de indignación y debate. Sin embargo, sabemos que una máquina no puede destruir el legado y la figura de una de las personalidades más influyentes de la historia argentina reciente.

Nacido en Santa Fe en 1927, Osvaldo Bayer tuvo un marcado compromiso con la defensa de los derechos humanos y de los pueblos originarios. Un antiprócer que dedicó su vida a recuperar historias condenadas al olvido, que luego supo tejer en para la memoria colectiva. Una figura condenada por la oligarquía nacional y el imperialismo inglés.

Un verdadero libertario

Tras estudiar Historia en Alemania, regresó a Argentina y desarrolló una prolífica carrera como periodista, sindicalista, investigador, escritor y guionista de cine.

En 1958, fundó “La Chispa”, al que denominó como el “primer periódico independiente de la Patagonia”. Su labor periodística le valió la persecución y la censura a lo largo de toda su vida. En 1958, la Gendarmería Nacional lo obligó a abandonar Esquel a punta de pistola, tras acusarlo de difundir información estratégica en territorio de frontera.

Lejos de amedrentarse, Bayer continuó con su identitaria rebeldía. En 1959, asumió como secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPREBA), desde donde defendió los derechos de los trabajadores de la comunicación ante un complejo contexto de dictadura militar.

Al contrario de gran parte de los historiadores argentinos, Bayer dio vuelta la historia oficial y no dudó en denunciar a figuras históricas que consideraba responsables de genocidio y represión. En ese sentido, intentó cambiar el nombre de la ciudad de Rauch, lo que le valió la prisión política durante unos meses. Luego regresó con su insistencia por la verdad, y promovió el traslado del monumento a Julio Roca en Buenos Aires, proponiendo en su lugar un homenaje a la mujer originaria.

Su activismo, ligado al anarquismo, se centró en la defensa de los pueblos originarios y la clase trabajadora. Rescató del olvido las historias de personajes como Simón Radowitzky, Severino Di Giovanni y América Scarfó, cuyas vidas fueron marcadas por la lucha contra la explotación capitalista.

Su obra "Los vengadores de la Patagonia trágica" reveló la brutal represión de los trabajadores rurales en la Patagonia argentina a principios del siglo XX. Esta investigación sirvió de base para la película "La Patagonia rebelde" (1974), un crudo retrato de la violencia estatal. Estos escritos serían el motivo de una persecución hacia su persona por parte de la última dictadura cívico militar, por lo que tuvo que exiliarse.

En 2008, escribió el guion de "Awka Liwen", un film que narra el despojo de tierras a los pueblos originarios y al gaucho. Esta película le valió una denuncia por parte de la familia Martínez de Hoz, cuyo "honor" se sintió agraviado por la exposición de su innegable responsabilidad en el genocidio indígena.

Monumental cobardía

La demolición de su monumento en Santa Cruz, un día después del 24 de marzo, aniversario del golpe de Estado de 1976 que tuvo al mencionado Martínez de Hoz como su jefe civi, no es más que un cobarde y burdo intento de borrar su memoria. Es probable, incluso, que Bayer hubiera exhibido una pícara y orgullosa sonrisa ante esta acción de revancha que habla de quiénes están en la Rosada hoy en día: los históricos enemigos del historiador y del pueblo argentino.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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