Milagro Sala, 9 años presa política en democracia
Se realizarán distintas actividades en el país para exigir la liberación de la dirigente política privada de su libertad desde el 2016.
Las tomas de facultades y las masivas marchas federales de los últimos días, avivaron la discusión por la crisis presupuestaria. Esta vez, para tratar de torcer la opinión en su favor, Milei apuntó contra el “curro de los delincuentes” y los partidos políticos que “utilizan las universidades para financiar la mugre”. Guillermo Francos, fue aún más lejos y responsabilizó a las tomas universitarias en los setenta para justificar la represión.
Pero no es la primera vez que un gobierno acusa en estos términos al movimiento estudiantil, para justificar recortes de presupuesto y políticas en contra de la educación pública. Sí, Menem lo hizo. Cuando una masiva marcha bloqueó el Congreso y el tratamiento de la LES (Ley de Educación Superior) se tuvo que postergar, Menem tildó de “sediciosa y antidemocrática” a la protesta. Y yendo más allá, acusó: “pretenden la violencia para crear algún tipo de mártir”. Así, en medio de la campaña electoral por su segundo mandato, abrió una etapa de enfrentamiento estudiantil hasta el final de su presidencia.
Con los primeros vientos a favor de las privatizaciones neoliberales, los primeros pasos menemistas con este objetivo fueron la Ley de Transferencia Educativa de 1992 y la Ley Federal de Educación (1993), que originalmente incluía el arancel de la educación no obligatoria, que finalmente no prosperó. Pero de esta forma, se consolidó el desfinanciamiento, el congelamiento del salario docente y el deterioro del sistema escolar. Faltaba ahora el arancelamiento universitario.
Entre varias de las cuestiones que propiciaba la LES, era la autonomía de cada universidad para definir arancelamientos estudiantiles en carreras de grado, limitaciones y cupos al ingreso irrestricto, la creación de organismos de regulación y mecanismos de accountability. Así, se introduce la evaluación y aseguramiento de “calidad” en función de nuevos estándares de competencia en el mercado laboral, a cargo de la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria).
Respecto a la creación de organismos de regulación y mecanismos de accountability -uno de los ejes centrales de la política universitaria- introduce cambios en la distribución de poder y autoridad entre el Estado y las universidades, a partir de organismos de evaluación, regulación y coordinación sistémica. La CONEAU surge como la agencia estatal a cargo de la evaluación y acreditación de carreras universitarias de grado y posgrado. Entre otras variantes, que atentaban contra las principales características de la universidad en Argentina: masividad, ingreso irrestricto y gratuidad.
Esta reforma mercantil despertó la reacción del movimiento estudiantil, que de abril a junio del ’95, ocupó 25 de las 33 universidad nacionales. Al momento del primer tratamiento de la ley, una movilización bloqueó el ingreso de los diputados al Congreso y forzó a quedar sin quórum la sesión. Sin embargo, luego de varias idas y vueltas, negociaciones y lobby parlamentario, con un Congreso blindado ante las manifestaciones, el 20 de julio de ese año se aprobó la LES en el Senado, con los votos del Partido Justicialista, el MPN (Neuquino) y el Movimiento Popular Fueguino.
Si bien la LES finalmente se aprobó, significando un retroceso histórico para la educación pública, es indudable que las movilizaciones estudiantiles significaron un freno, ya que varios puntos la ley promulgada no pudieron implementarse. Por otra parte, el enfrentamiento educativo caracterizó a todo el período del segundo mandato generando costos políticos altos para el menemismo.
Siguiendo en este juego de analogías, hay palabras que quizás resuenan y llaman la atención con la actualidad. En un contexto de ajuste fiscal, en 1997 se desataron nuevas tomas de facultades en la UBA, por mayor presupuesto y contra el Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Educativa (FOMEC), que promovía la asignación de partidas presupuestarias dirigidas según el proyecto individual por institución.
Ya para 1999, el conflicto presupuestario se profundizó ante el anuncio de un recorte de 280 millones de pesos para educación. “La UBA cerrará en Octubre” declaró Shuberoff, quien era el rector de la UBA en aquel momento. Con cortes de calle, tomas de facultades y una masiva movilización a Plaza de Mayo, la discusión por el recorte se transformó en un eje de agenda nacional. El gobierno finalmente tuvo que retroceder, lo que le significó una derrota en su último año de mandato, ya deteriorado por el fracaso de su plan económico.
A pesar de que ya se había votado en el Congreso una ley para derogar el recorte, la deliberación estudiantil y la protesta siguió, demostrando las características convulsivas de las jornadas de lucha en defensa de las universidades y la educación pública durante el menemismo, que expresaron una nueva radicalización política.
Es en esta época donde surgen asambleas estudiantiles contrarias a Franja Morada, conformando una nueva fisionomía interna al interior del movimiento estudiantil. Y también, reflejaron la crisis de representación política que sacudiría al país en el 2001.
Bibliografía:
Se realizarán distintas actividades en el país para exigir la liberación de la dirigente política privada de su libertad desde el 2016.
Miles de palestinos celebran el acuerdo firmado en Qatar entre Hamas y el gobierno de Netanyahu. Una promesa de un alto al fuego que costo más de 60 mil vidas palestinas.
Enfant entrevistó al abogado ambientalista, Enrique Viale, para conversar acerca de cómo los fenómenos climáticos como "La Niña", "El Domo", "Dana", son nombres propios de una crisis climática aguda que acrecienta la desigualdad social.