“Jujeñazo” con el fuego en las manos

La “Marcha de Antorchas” ilumina la capital de Jujuy. Miles de personas se amuchan para exigir la nulidad de la reforma y la renuncia de Morales, una consigna que no para de crecer en medio del estallido social, en una provincia signada por la represión policial y un despertar ciudadano que nadie sabe cómo concluirá. ¿Cómo sigue el jujeñazo? ¿Cuál es la articulación entre la lucha urbana y la campesina? ¿Qué opinan las docentes, comuneras y gauchas que desafiaron una vez más al Gobierno?

Fotos Juan Cristian Castro para Enfant Terrible

Es domingo en San Salvador y todo parece normal, calmo, aburrido. En la plaza Belgrano, la más importante de la capital, ubicada frente a la Casa de Gobierno y la catedral de la Ciudad, las niñeces aprovechan el clima caluroso y corren por el escaso verde no invadido por el cemento. Mientras algunas familias toman mates en el espacio público y otras comparten charlas matutinas en los bares aledaños -con buena concurrencia para ser fin de mes-, las palomas aprovechan y copan las veredas ante la tranquilidad imperante.

Hoy hay convocatoria para una nueva “Marcha de Antorchas”. Desde hace unas dos semanas estas movilizaciones han copado en más de una oportunidad el centro de la capital, demostrando que los sectores movilizados, ejercen su derecho a la protesta de manera pacífica, organizada y genuina.

Contra operaciones de Whatsapp que circulan través de audios engañosos advirtiendo posibles represiones, pronósticos desmovilizadores de los medios hegemónicos, flyers de convocatorias reeditados con un “cancelado” en rojo que intentan dar de baja la concurrencia, las personas comienzan a amucharse con el caer del sol y en forma circular, como si algún artista estuviera dando un llamativo show.

Llegadas las 19:00, al menos 200 personas presentes organizan una especie de asamblea popular espontánea. A diferencia de otras marchas en cualquier punto del país, en donde uno simplemente cae, se encolumna y moviliza, aquí uno llega, se saluda con los vecinos que ya no son tan desconocidos y se da comienzo al debate colectivo antes de marchar.

“¿Cómo seguimos? ¿Qué gremio arregló con el Gobierno? ¿Van a seguir en pie de lucha? ¿Qué se sabe de los cortes? ¿Es verdad que Morales será vicepresidente? ¿La reforma ya está en vigencia? ¿Los presos ya están libres? ¿Se supo de quienes eran las chatas blancas que usó la Policía?” son algunos de los interrogantes que surgen. Mientras, la noche se adueña de la jornada y se acerca cade vez más gente.

El dolor y trauma colectivo por la represión vivida, el sentimiento de engaño debido al tratamiento express de una nueva constitución de espaldas al pueblo, el enojo por el viaje de Morales a la ciudad donde atiende Dios para hacer videos de tik tok con candidatos porteños mientras la provincia arde, son caldo de cultivo que transforma a la plaza en un gran refugio comunitario. Unos se emocionan, otros gritan, algunos cuantos bailan al son de los sicuris, y todos y todas escuchan, ponen en común, rompen el cerco mediático con algo tan simple como el voz a voz.

Con la luna naciendo a sus espaldas, las y los manifestantes comienzan a debatir sobre cómo se llegó hasta aquí. Las docentes presentes admiten que nunca pensaron este presente, pues lo que empezó como un reclamo salarial y político, que se puede sintetizar en la consigna “arriba los salarios, abajo la reforma”, ahora es un reclamo transversal a todos los pueblos que habitan Jujuy.

Si hace dos meses, el 50% del padrón electoral votó al oficialismo, hoy parte de ese porcentaje exige la renuncia de Morales.

Luego, vecinos autoconvocados dan a conocer qué noticias hay con respecto a las otras marchas que también se llevan a cabo simultáneamente en San Pedro y Alto Comedero. Charlan sobre la situación con los más de 15 cortes de rutas provinciales realizados por más de 200 comunidades originarias, organizadas en el Tercer Malón de la Paz, y se pone en común cuál es el plan a seguir, impulsado especialmente por el único gremio que no levantó paro ni cerró paritarias, ADEP (Asociación de Educadores Provinciales).

Aulas, entre plazas y rutas

Luego de debatir la propuesta en las asambleas de base, tanto el CEDEMS (Centro de Docentes de Enseñanza Media y Superior de la Provincia de Jujuy) como el SADOP (Sindicato Argentino de Docentes Privados) aceptaron la suba del básico a $65.000 con un aumento al total que se promedió arriba de los $200.000. En cambio ADEP, que nuclea docentes de nivel inicial y primario, rechazó la propuesta y continuó con la medida de fuerza. Sin embargo, los tres gremios advirtieron que seguirán generando acciones en contra de la reforma y prometieron seguir la articulación con los pueblos del norte de Jujuy.

Claudia Suárez, docente primaria y delegada de ADEP, una de las principales voces de la Marcha de las Antorchas, expresó a Enfant que el paro continuará por tiempo indeterminado hasta lograr una verdadera recomposición salarial, ya que la oferta oficialista no apunta a aumentar “dignamente” el básico, ubicado hoy en $30 mil pesos, uno de los más bajos de todo el país.

“Ver a todas estas familias apoyándonos hoy y también manifestándose en contra de la reforma nos da mucha fuerza para seguir la lucha. Hemos convertido la calle en una gran aula y eso Morales nunca se lo imaginó. Mucho menos pensó que a través de nuestra lucha gran parte de la población se acercaría a informarse sobre la verdad de la reforma” afirmó la delegada.

Acerca de la solidaridad y articulación permanente con las comunidades originarias, afirmó: “somos los dos sectores más perjudicados. Nosotros como ellos nos estamos enterando ahora de todos los artilugios de la reforma, y cada vez es peor porque encontramos más y más vulneraciones a nuestros derechos”. Y agregó: “El gobierno quiere monopolizar la educación y la salud a su manera, quiere formar alumnos para la precarización laboral. Y acompañar a los pueblos originarios justamente tiene que ver con la unidad, porque la fuerza está en el pueblo, entonces vamos a salir todos a la calle porque sabemos que es la única manera”.

A su vez, distintas comunidades originarias se hacen presente en la movilización, como también agrupaciones gauchas. Se respira una unidad de diversos sectores jujeños que muchos reconocen como histórica e inédita en el útimo tiempo, signado, claro, por una grieta entre peronistas y radicales que gobernaron Jujuy durante las últimas dos décadas. Hoy, ambos partidos junto a sus referentes, son señalados como repsonsables del doloroso y complejo presente.

Gabriela Torres, de la Comunidad originaria Rumi Cruz, cerca de Abra Pampa, nos relata la importancia de seguir cortando las rutas: “hay mucha gente llorando, angustiada, golpeada, la Puna está siendo saqueada, los cortes van a seguir porque nos cansamos de esto y la reforma viene a profundizar la violencia, queremos hacernos escuchar”.

-¿Cuál es la importancia Graciela de la unidad de los sectores originarios entre las mismas comunidades que se volvieron a reunir para hacer el Tercer Malón?

-La única arma que tenemos nosotros es juntarnos, unirnos todos, porque todos sufrimos lo mismo, la carencia del agua, los animales, las aves, se mueren por falta de agua y pasto. Hay que recorrer enormes distancias para buscar agua y mantener a las ovejas con vida, por ejemplo, ya nos quedan pocas lamentablemente. No es algo que nos guste dejar nuestras tierras para venir a marchar, es mucho esfuerzo, pero es la única manera que conocemos de pelear por lo nuestro.

-Y con respecto a la unidad que se ve entre los docentes y los pueblos originarios ¿Qué nos puede comentar sobre ello?

-Nosotros tenemos familiares docentes. Están sufriendo mucho los traslados arbitrarios a otras escuelas, el sueldo es muy bajo y no les alcanza para nada, entonces venimos a apoyarlos. Nos estamos uniendo tanto comunidades como docentes y salud, la salud también es mínima, no hay medicamentos, hay mucha gente enferma y pocos médicos, nos vemos todos mal y eso hace que nos juntemos y peliemos contra la reforma. Nosotros no fuimos consultados para esta reforma y eso es un engaño total.

“Morales es un mentiroso, se rié en nuestra cara, nos mandó a reprmir, hay muchas familias llorando en los cortes, durmiendo en cartones al lado de un fuego, solo la solidaridad de la gente nos ayuda a seguir, pero eso estamos pasando, realmente muy tristes, muy mal” contó Grabriela.

Por otra parte, Romina Ríos, gaucha organizada en la Agrupación Juan Bautista Cruz de la localidad de Guerrero, coincidió con la comunera: “Nosotros venimos a apoyarlos a ellos y a los docentes. A nosotros también nos están quitando las tierras. Morales está robando a Jujuy y a toda la Argentina con el tema del litio. La reforma tiene que caer, el 'gato' nos ha querido imponer miedo, pero la verdad que el miedo es más suyo que nuestro”.

Brillar en la oscuridad

La marcha pone primera. Las gauchas montadas en sus caballos con la bandera argentina en sus manos izquierdas encabezan la única y masiva columna. Luego de que todas y todos prendan sus velas sobre botellas cortadas, tapitas de gaseosas, antorchas caseras, latas y diversos objetos útiles, el fuego ilumina un centro urbano que días atrás fue manchado de sangre y balas.

Al ritmo del carnavalito, las ahora más de 10 mil personas se unen en el canto popular que expresa bronca, pero también reclamo y sonrisas colectivas. “Morales gato” suena y los puños de miles se alzan en alto. Hacía un buen tiempo que el pueblo jujeño no se veía la cara entre sí, habitando la vía pública, señalando un mismo enemigo, despertando -casi de un día al otro- de un falso sueño que de arriba prometían para rato.

El centro está nuevamente tomado. Los semáforos no sirven, los autos tampoco, de a pie, de a montones, los y las jujeñas marcan el paso, se abrazan como cuando no ves a un familiar querido por mucho tiempo y aparece de la nada para sacarte una alegría. Los sicuris, bombos legüeros, quenas y guitarras, le ponen ritmo al paso frenético que le cambia la cara al domingo ya alborotado, divertido y anormal.

El sistema político “democrático” de Jujuy está quebrado. La confianza a la institucionalidad cayó a un pozo ciego. Hay más practicas verdaderamente democráticas en las calles ocupadas, que en el Congreso y el Poder Judicial. Una muestra de que el pueblo te puede votar y en un mes te puede marcar un límite, e inclusive, arrepentirse de haberte elegido y exigir tu renuncia. La legitimidad se otorga y se quita, si así la conciencia popular lo considera oportuno.

La subestimación de las castas políticas, judiciales y empresariales de Jujuy pecaron de soberbias. El tiro salió por la culata y nada indica que la desmovilización con la que sueñan se haga realidad, ni aún así, generando la represión y el estado de autoritarismo que profundizaron en este último mes.

El engaño ha sido descubierto. El emperador está al desnudo. Las calles, las rutas, la ciudad y el campo dicen “no ” a un proyecto político que vino a exiliar a los pueblos jujeños de su propia casa. A pesar de la represión, de las amenazas a todas las comuneras indígenas y a los referentes docentes, el pueblo jujeño demuestra una entereza y dignidad que será difícil de volver a minimizar. El fuego está en sus manos.

Técnico y profesor en Comunicación Social (UNC). Periodista. Guevarista y peronista.

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