Tras 12 años de dictadura Xiomara Castro de Zelaya es la primera presidenta electa de Honduras. Castro, que se autodenomina “feminista, antipatriarcal, revolucionaria e incluyente” fue arropada durante el acto de asunción por lo más granado de la dirección política progresista de Latinoamérica, entre quienes estaban la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Con todo, la asunción se da en medio de una fuerte crisis parlamentaria que rompió la legislatura en dos. Esta división está motivada por que 22 diputados del riñón de Xiomara, el partido Refundación y Libertad, no respetaron el pacto pre electoral firmado con el conservador Partido Salvador de Honduras y decidieron votar a un candidato propio y aliarse con el ultraconservador Partido Nacional con el objetivo de retener la presidencia de la Cámara.

Esta ruptura expresa el frágil equilibrio sobre el que deberá gobernar el ejecutivo de Xiomara, cuyo poder legislativo se muestra balcanizado y poco decidido al diálogo. La oposición, tanto en su versión golpista (Partido Nacional) como en su versión populista por derecha (PSH) se encuentra desgastada tras haber apoyado el golpe contra Zelaya y gobernado 12 años y decidida a quebrar en dos el parlamento con tal de retener su dirección. Todo un augurio.

El sueño de la Patria Grande

A pesar de los desafíos internos, el hecho de haber derrotado electoralmente la alianza entre militares y ultraconservadores no es menor, y en gran medida la gesta fue ensalzada durante el discurso que brindó Cristina Kirchner en el auditorio de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, titulado "Los pueblos siempre vuelven". En un tono firme Cristina apuntó insistentemente contra el narco como problema latinoamericano:

"Los que impulsan en toda la región el achique del Estado y las políticas de ajuste son los mismos que después hablan de combatir a los narcos. Como si a los narcos solo se lo pudiera combatir desde el Ministerio de Seguridad y no desde el acceso al trabajo, a la salud, a la educación, al progreso"

Y continuó:

"¿Qué pasa cuando el Estado reduce su presencia en educación, salud y la explotación que impacta en el cambio climático? ¿Hay un vacío que nadie ocupa? No, ese vacío es ocupado por los narcos. Los narcos aparecen porque son los que construyen las escuelas que el Estado no construye por tener que aplicar las políticas de ajuste de los organismos multilaterales"

Más allá del triunfo y la crisis, de la caída y el resurgir de la democracia en Honduras, este 2022 todavía augura giros fundamentales para toda la región. Las elecciones presidenciales de mayo en Colombia y de octubre en Brasil donde Gustavo Petro y Lula Da Silva encabezan con mucha solvencia las encuestas, podría determinar el inicio de una mayoría de gobiernos progresistas y populares en el continente.

La postpandemia, el endeudamiento, la crisis ambiental y el empobrecimiento son los desafíos de esta época para quienes sueñan con la unidad de la Patria Grande.