Luego de que se arrojara la posibilidad de creación de un nuevo espacio político entre el PRO de Macri-Bullrich y La Libertad Avanza (LLA) se terminó de comprobar lo que ya se mencionaba de forma superficial: Juntos por el Cambio (JxC), la coalición que en 2015 logro interrumpir el ciclo de gobierno kirchnerista en Argentina, no existe más.

Uno de los motivos de este resquebrajamiento, fue el ascenso y caída de ley ómnibus enviada por Javier Milei al Congreso de la Nación, donde algunos sectores, pero sobre todo los diputados del PRO, se presentearon como “dialoguistas” y colaboradores hasta para la confección del documento.

Aunque podría decirse que la partición de la coalición empezó antes, con el apoyo incondicional de la fórmula Patricia Bullrich-Luis Petri, quienes pasaron de ser virtuales opositores de campaña de Javier Milei y Victoria Villarruel, a posicionarse para buscar garantizar una transferencia directa de votos de un espacio conservador a otro.

Ahora, la nueva confección PRO-LLA parece hacerse en función de lo que se plasmó en la votación de la ley ómnibus, que, según dijo el propio presidente en una reciente entrevista: “sirvió para terminar de ordenar el espectro político y ver quiénes tienen los dedos sucios”.

A su vez, con la apertura de un nuevo espacio y el cierre de otro, hay quienes deben ver dónde quedan, si afuera de la fiesta, o adentro. Sin dudas un sector que debe revisarse es el radicalismo, que también se dividió entre dialoguistas y opositores al proyecto de la "Ley de Bases", siendo estos últimos los menos.

De las 35 bancas que cuenta la Unión Cívica Radical (UCR), sólo dos votaron en contra del proyecto: Facundo Manes y Pablo Juliano, ambos de Ciudad de Buenos Aires.

Pero más allá de los números, hacia adentro de la corriente que encontró en Raúl Alfonsín su último gran dirigente, existen disputas acerca del venidero destino de la corriente política, por lo que aquí comenzaron a asomar algunas nuevas referencias, que ven necesario correrse de las filas del gobierno nacional debido a la marcha que está teniendo. Uno de ellos es el presidente de la UCR, Martín Lousteau.

Mientras tanto, en Córdoba -provincia cuyo electorado votó en un 74% a Milei-Villarruel- al igual que Lousteau, un legislador provincial busca hacer su aporte para darle un nuevo rumbo al radicalismo. Se trata de Dante Rossi, quien actualmente trabaja dentro de la Unicameral desde el espacio Construyendo Córdoba y también es crítico del oficialismo provincial que encabeza Martín Llaryora.

Hace una semana, Rossi presentó una nota al titular del máximo órgano de su partido, Gastón Manes, para que la UCR convoque a una Convención Nacional, y de esta manera “se determine que no tenemos nada que ver con la marcha del gobierno nacional, que se ha terminado formalmente la herramienta que construimos durante años luego de Gualeguaychú llamada Juntos por el Cambio, y marque el camino de la construcción de una alternativa distinta para la argentina”.

De este modo, Rossi se convirtió en el primer radical cordobés en intentar imponer un rumbo del partido centenario y salvarlo del costo político que implacará cada vez más el brutal ajuste que lleva a cabo el gobierno nacional, con Luis Caputo a la cabeza como ministro de Economía.

Para conocer más de cerca la opinión de Rossi en este contexto, así como para profundizar en algunos puntos de conexión entre la realidad nacional y provincial, desde Enfant Terrible nos pusimos en contacto con el legislador. Hablamos con él sobre el destino del radicalismo y el fin de JxC, acerca de los impactos de ciertas políticas a nivel nacional en lo local, como el recorte a los subsidios al transporte y la eliminación del Fondo de Incentivo Docente (FID), así como su visión respecto del actual gobernador Llaryora.

“Nosotros no vamos a estar en esa coalición”

-Enfant Terrible (ET): En el marco del reciente tratamiento de la ley ómnibus, dentro del radicalismo se dio un parteaguas en lo que fue la posición de Rodrigo De Loredo, quien hasta se mostró emocionado y llorando porque la ley caía ante la vuelta a comisiones, y por otro lado, el sector representado por la figura de Facundo Manes que se mantuvo más firme en el rechazo a la ley, ¿cómo queda configurado el radicalismo ante este escenario?

-Dante Rossi (DR): Yo creo que el radicalismo tiene un debate pendiente y hay que darlo de manera urgente, que es si nosotros tenemos o no tenemos nada que ver con el gobierno nacional. Nosotros estamos hoy en una estructura que es Juntos por el Cambio (JxC) que ya no funciona como tal. A mí me entusiasmó más la posición de Facundo Manes. Yo creo como dijo el presidente del partido Martín Lousteau, nosotros no tenemos nada que ver con la marcha del gobierno, lleva más de 60 días y al que piensa distinto lo ve como un enemigo y no como un adversario en la democracia.

Hay un riesgo institucional producto de esta actitud que tiene el presidente de perseguir al que no piensa igual que él. Entonces, eso marca que nosotros tenemos que rediseñar cuál es nuestro espacio de actuación. Pongo un ejemplo, Bullrich y Macri están proponiendo hacer una coalición con el gobierno nacional, el mismo Petri también lo ha dicho. En pocos días Macri seguro va a ser el presidente del PRO y eso hace que nosotros tengamos que romper la alianza con el PRO, porque nosotros no vamos a estar en esa coalición.

ET: Macri ha sido un dirigente de JxC, el radicalismo se ha referenciado en él, ¿cómo ves ahora esa figura? Sobre todo mirándolo en su participación con el actual gobierno. 

-DR: Él va a ser el responsable junto con Bullrich de haber roto JxC y haber terminado con una herramienta que generó esperanzas en su momento, que no las supimos concretar en su llegada al gobierno producto de los internismos y exacerbar ese internismo en las PASO. Pero es el principal responsable del quiebre porque resolvieron sin ningún tipo de consulta el apoyo a Milei en la segunda vuelta. Y aparte porque están planteando una coincidencia con La Libertad Avanza y el radicalismo, insisto, no tiene nada que ver con un gobierno que cree que el que piensa distinto es un enemigo.

Yo cuando me refiero a riesgos institucionales digo, si el presidente hoy se la agarra con una cantante, al otro día se la agarra con el radicalismo y dice barbaridades, como que el radicalismo es la putita del peronismo, que quienes no le votan la ley tal cual había expresado son chorros, corruptos, delincuentes, después se la agarra con un periodista y lo trata de ensobrado. Lleva a mostrar un concepto de una democracia absolutamente restringida en sus valores. 

ET: ¿En dónde se ubica el radicalismo en esta nueva configuración de las fuerzas políticas en Argentina?

-DR: Creo que primero hay que fortalecer el radicalismo. Tenemos cinco gobernadores, tenemos diputados nacionales y muchos intendentes. El radicalismo tiene que ser el que abra los brazos, convoque y entusiasme a los argentinos para que sepan que es posible hacer las cosas de manera distinta. Que no es necesario hacer un ajuste salvaje que deje al 50% de la población bajo la línea de bienestar, que se puede reordenar las cuentas de manera progresiva, que se puede tener un plan de mayor exportación e ir acomodando los números internos a partir de mayor productividad.

Para eso por supuesto no hay que cerrarse sólo en el radicalismo, y hay que hablar con otros sectores que están en desacuerdo con la marcha del gobierno, como Horacio Rodríguez Larreta (HRL) y Graciela Ocaña.

-ET: ¿Es posible que esa alianza y amplitud pueda ser pensada con otros sectores del peronismo? Pensando por ejemplo, al revés de lo que hizo Llaryora con la actual vicegobernadora Myrian Prunotto, que proviene del radicalismo.

-DR: Acá en Córdoba lo que el gobierno ha hecho es tratar de construir un partido único comprando dirigentes a fuerza de cargos públicos. No hay un acuerdo programático, no hay un diálogo con las distintas fuerzas políticas. Al radicalismo no lo llaman para ver si podemos consensuar algunas cosas, le trata de robar dirigentes. A nosotros nos parece que ese no es el camino para fortalecer la institucionalidad en Córdoba.

Lo que sí, acá en Córdoba la ruptura con el PRO no pega de la misma manera que en Buenos Aires porque acá tenemos una alianza muy sólida con Luis Juez. Después la mayoría del PRO responde a la visión que tiene HRL.

“Hay un riesgo institucional producto de esta actitud que tiene el presidente de perseguir al que no piensa igual que él”

-ET: ¿Qué opinas de la centralidad que ha tenido Llaryora respecto a la referencia que le otorgan sus desencuentros con Milei tras la caída de la ley ómnibus y su presencia en los canales de televisión porteños?, ¿qué de lo que dice Llaryora en los canales de televisión realmente se plasma en lo que está haciendo en Córdoba?

-DR: A Llaryora le recomendaría que se dedique a gobernar la provincia y que no esté pensando en alguna candidatura nacional, porque recién arranca su gestión y su futuro político va a depender de si gobierna bien o gobierna mal en la provincia. Creo que el gobierno provincial ante este escenario de revanchismo y no respeto hacia el federalismo, tiene que tratar de reordenar las cuentas para mitigar los efectos de la crisis, para que no recaiga en la gente.

Por ejemplo, hay que ver de dónde se sacan los recursos para pagarle mejor a nuestros docentes por el bache que va a haber ante el 10%, porque se elimina del FID. Hay que ver cómo inyectamos fondos para que el transporte no cueste $1000. Hay que tirar distintas ideas. Yo he presentado un proyecto para que se congelen los fondos de las Agencias al presupuesto de 2023, entonces con eso se sacarían 250mil millones de pesos.

-ET: Justamente te quería preguntar sobre qué hacer ante un contexto de ajuste, donde no se distribuyen los ingresos y hay un tema muy puntual con el transporte porque Córdoba lo viene arrastrando hace tiempo. No se resuelve y hay muchas quejas respecto de su funcionamiento, ¿qué opinas de este tema, cómo se debe afrontar y cuál es el futuro de esto?

-DR: Hay gente que no puede soportar un nuevo aumento, el bolsillo de los trabajadores no soporta. Ante esta medida irracional, de quitar los subsidios al interior del país hemos tirado algunas propuestas, como aplicar la tarjeta SUBE para que puedan ser direccionados los fondos a la tarjeta. Yo he propuesto también que para aumentar el salario docente, por encima del acuerdo que hizo el SEP (Sindicatos de Empleados Públicos) con la Provincia, se puede aumentar la alícuota del juego y sacar de ahí para mejorar la educación pública, que es la que genera movilidad social ascendente. Hay formas de generar un ajuste que no recaiga en la gente.

“En pocos días Macri seguro va a ser el presidente del PRO y eso hace que nosotros tengamos que romper la alianza con el PRO, porque nosotros no vamos a estar en esa coalición”

-ET: Hablando de ajuste, a nivel nacional se ajustó a los comedores, al transporte, a los docentes. Entonces, hay una tendencia propia de las crisis, sobre todo a los extremos a los que estamos llegando, de aumento de la conflictividad, que se traduce en la protestas en las calles, porque es el medio de la gente para expresarse. Pero es un tema que hace de parte aguas en la sociedad cordobesa porque por ejemplo, la gente quiere llegar rápido a sus lugares, ¿cómo se resuelve esto?, ¿Cómo evitar que esto se transforme en un escenario de violencia ante el malestar que prevalece hoy?

-DR: Yo no estoy de acuerdo en que se resuelva a los sablazos y las amenazas como plantea Patricia Bullrich. A ella se le ocurrió decretar que una reunión de tres personas era prácticamente subversiva o quería violentar el orden. Después se dieron cuenta que eso no podía ser y lo han aumentado a 30. Pero me parece que no va por ahí, no va amenazando con quitar planes ni amedrentando a la gente. Yo sí creo que se debe resolver con el diálogo.

Te pongo un ejemplo propio. Yo tengo presentado un proyecto para tratar de reglamentar y regular las marchas, que tiene que ver con sentar a través de la convocatoria que hay de partidos políticos a los sindicatos, a las organizaciones sociales que hacen las marchas, para ver si de común acuerdo se pueda tal vez resolver una zona de prohibición donde hacer las marchas, que tendría que ser el micro centro. Nosotros estamos viviendo un momento de tensión, con ajuste, con gente que no aguanta más la situación, se cortaron los fondos a los comedores y merenderos… me parece que si alguien se prepara para reprimir en una situación así es un gravísimo error.

-ET: Alfonsín ha sido un referente para muchos en Argentina, incluso indistintamente de ciertas ideologías y ha marcado referencias en cuanto a valores en militantes y dirigentes, ¿cuáles son esos principios que debería recuperar el radicalismo para poderse volver a posicionar como en su momento lo hizo Alfonsín?

-DR: El legado de Alfonsín, que lo transmitió antes de morirse, está hoy más vigente que nunca, porque él decía que para recuperar la libertad para siempre, lo que había que trabajar era para garantizar la igualdad para mejorar la calidad de vida los que más sufren la crisis. Hoy tenemos más de 50% de pobres, una sociedad desgarrada con gravísimos problemas, incluso de alimentación. Pero aparte de eso, lo que creíamos que estaba garantizado, el respeto por la libertad hoy está puesto en duda, porque si alguien no se puede expresar porque es tachado por la máxima autoridad de la Argentina como “enemigo de la patria” y se lo pone en un tweet para que la gente tome reacción contra esos dirigentes, me parece que hoy hasta la libertad está cuestionada.

Creo que vamos a una sociedad que baje los números de la inflación, pero que sea en base a la falta de consumo y eso trae más pobreza, más hambre, más resignación.

-ET: Se dice que ese estaría siendo el camino para la dolarización.

-DR: Bueno, eso lo prometió Milei en la campaña y creo que el radicalismo tiene la obligación de intentar que eso no se lleve adelante en Argentina.