Tras dos elecciones y una sesión de investidura fallida, por fin el PSOE y Unidas Podemos han asumido el gobierno de España. La coalición de centro-izquierda se presenta como una salida de pactos y acuerdos a la crisis política que atraviesa el país. Los presos políticos, el reclamo independentista catalán, la reforma laboral y el sistema previsional, o el combate político de la extrema derecha son algunos de los desafíos que el nuevo gobierno deberá enfrentar. Por la Constitución y el Rey juraron comunistas y socialdemócratas.

Casi dos años ha tardado el estado Español en volver a la "normalidad democrática" tras la moción de censura que terminó con el gobierno del conservador Mariano Rajoy en julio de 2018, en medio de acusaciones de corrupción. Desde entonces el socialdemócrata Pedro Sánchez pilotó la tormenta con el aval de la monarquía y la anuencia del los Populares, partido hegemónico de la derecha y eterno rival del PSOE.

Tras ganar una primera vuelta electoral en abril de 2019, el partido de Sánchez inicia negociaciones para poder armar gobierno, ya que en el Estado Español no basta con la victoria nominal en la ronda electoral para poder gobernar; además es necesario contar con mayoría parlamentaria -propia o pactada- y el beneplácito del Rey. La otra novedad en esas elecciones fue la irrupción de la extrema derecha de VOX, quienes instalaron sus 24 diputados en el Congreso a costa de agitar las aguas contra el independentismo catalán.

Al no poder armar grupo parlamentario mayoritario, el Rey Felipe VII disolvió las cortes (las dos cámaras) en octubre y llamó a una nueva elección que se celebró el pasado 10 de noviembre, donde resultó nuevamente vencedor el PSOE con el 23% de los votos. Tras la victoria se aceleraron las negociaciones con Unidas Podemos y su secretario general Pablo Iglesias para constituir el primer gobierno de coalición de izquierda de la democracia española. Párrafo a parte merecen las negociaciones con regionalistas catalanes, vascos, cántabros y canarios que aportaron su granito de arena absteniéndose en la votación o apoyando la investidura del flamante Sánchez.

Así pues quedó constituido el gobierno con el beneplácito de SM el Rey Felipe VI a quienes los y las 18 ministros y ministras, los y las 4 vicepresidentas y vicepresidentes han jurado lealtad esta mañana en el Palacio de la Zarzuela. Con el desafío de derogar la reforma laboral, subir el salario mínimo y las pensiones, ampliar derechos para las mujeres y el colectivo LGBT, combatir a la extrema derecha y dar una solución política al reclamo de independencia de Catalunya, el fino pacto que dio lugar a este gobierno necesitará, nunca mejor dicho, mucha mano izquierda.