Chile: cuarentena selectiva y neoliberalismo

El gobierno de Sebastián Piñera ha demostrado que la pandemia es también una cuestión de clases. Trabajadores y trabajadoras cruzan medio Santiago para no quedar desempleados, exponiéndose al virus que ya suma casi 2500 contagiados y 8 muertos. En las comunas populares no hay cuarentena y, hasta el momento, sólo el 40% de las familias de menores ingresos han tenido algún apoyo del Ejecutivo, que también extendió la mano al empresariado, permitiéndole no pagar salarios durante la crisis

Por Narayan Vila para Enfant Terrible

La diferencia entre tener un mal gobierno y uno bueno incidirá directamente en el número de contagios y personas muertas por Coronavirus. En Chile, quizá esa disyuntiva no sea tan dramática como en Brasil, donde el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro ha hecho todo lo posible para que la pandemia avance; o como en México, donde el peso de la economía fue mayor que salud de sus habitantes, al menos para Andrés Manuel López Obrador.

En Chile, la respuesta a la propagación del Covid-19 ha estado marcada por la irresponsabilidad del gobierno de Sebastián Piñera, que también manifestó preocupación por el impacto que tendrá la crisis sanitaria -y una posible cuarentena- en la economía, que exhibe hace años un bajo ritmo de crecimiento (2% en promedio los últimos 4 años).

Sólo eso explica las medidas timoratas que el Gobierno diseñó en materia económica. Para los sectores más vulnerables hay un bono de 50 mil pesos por carga (60 dólares), que se entregará sólo una vez; y la postergación del pago de luz y agua, además de un plan “solidario” de conexión a Internet. Para proteger el empleo se determinó garantizar el pago de salarios (aunque no de manera íntegra) para trabajadores y trabajadoras con contrato que no puedan cumplir con teletrabajo, siempre que exista mutuo acuerdo con el empleador. También hay algunas suspensiones de pago para empresas medianas y pequeñas, lo que busca inyectar liquidez.

Esto obliga, empuja, a miles de trabajadores y trabajadoras a seguir desplazándose a sus puestos, repletando estaciones de Metro y paradas de micro, y corriendo el riesgo de contagiarse. Los más desprotegidos son aquellos y aquellas que no tienen contrato, que representan cerca del 40% de la fuerza de trabajo ocupada. Ellos simplemente no pueden parar.

“De qué sirve que nuestras familias estén en cuarentena, si tenemos que trabajar igual” señalan muchas personas, con resignación.

Desde el punto de vista sanitario, distintos actores (legisladores, expertos, el gremio de médicos y los funcionarios de los centros de salud) piden hace días una cuarentena total, para evitar que el coronavirus avance. Pero es tan neoliberal la mirada de Piñera, que su administración elaboró un dictamen que autoriza a los empleadores a no pagar salarios en caso de confinamiento total. Es decir, la clase trabajadora en el absoluto abandono.

En Chile los contagios se acercan a los 2 mil y los pacientes muertos ya son 6. Hasta ahora solo 7 comunas de Santiago (5 de ellas del sector acomodado de la ciudad), además de Temuco y Padre las Casas, en el sur del país, están con cuarentena. Alcaldes de otras zonas (más populares) piden extender esta medida de encierro, asegurando que las y los ciudadanos que representan “tienen los mismos derechos a ser protegidos por el Estado”.

Mientras, muchos calculan el impacto que tendrá la crisis en la actividad. Son varios los que plantean que el consumo (sobre todo de hogares) será clave para dinamizar la economía. Pero, ¿cómo? Hoy la clase trabajadora no está recibiendo la ayuda que requiere. Al contrario, los incentivos están en que sigan saliendo de sus casas. La crisis hoy es sanitaria, pero mañana será de paro y desempleo.

Etiquetas
Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

Te puede interesar

El aguante

Bancá el periodismo de base, cooperativo y autogestivo

Para hacer lo que hacemos, necesitamos gente como vos.
Asociate
Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Urquiza 1740 7A, Córdoba.