Diez años de trayectorias colectivas en defensa de la Salud Mental

Pasaron diez años desde que el Observatorio de Salud mental y Derechos Humanos se tejió como expresión colectiva ante la grave situación que se vivía -y vive- en los hospitales psiquiátricos de Córdoba y Argentina. Distintas propuestas y acciones, desde leyes, informes, encuentros y movilizaciones acompañan este recorrido en defensa de la salud mental y los DDHH. Dialogamos con Jashele Burijovich, integrante del Observatorio sobre esta década de lucha y de cara a la 8ª Marcha por el Derecho a la Salud Mental.

En el año 2007, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) publicaba el informe Vidas arrasadas: la segregación de las personas en los asilos psiquiátricos argentinos, donde se denunciaba la cruda situación en los internados psiquiátricos del país. El paradigma manicomial del encierro sin regulación legal alguna, la sobremedicación, que se sumaba condiciones de insalubridad, violencias físicas y sexuales, eran algunos sucesos prevalecientes que caracterizaban el escenario en estas instituciones sostenidas, en palabras simples, como espacios de tortura y violación de los derechos humanos.

Con ojos sobre este escenario, ese mismo 2007 en Córdoba, profesionales, organizaciones e instituciones del campo de la salud mental (SM), conformaron la Mesa de Trabajo Permanente en Salud Mental y Derechos Humanos, que desde entonces insistió sobre la necesidad de una legislación que sirviera como marco normativo para revertir el grave escenario descrito en el informe Vidas arrasadas.

La salud mental está en los derechos

Una de las integrantes de la Mesa en aquel entonces, era la psicóloga Jashele Burijovich quien, hablando con Enfant Terrible, recordó que: "Esa Mesa impulsó una proyecto que se presentó en la Legislatura de Córdoba en 2009, una Ley Provincial de Salud Mental y Derechos Humanos, esa era la consigna". Este proyecto finalmente fue aprobado en octubre de 2010, un mes antes de la Ley Nacional de Salud Mental (LNSM), aunque algunos puntos claves fueron descartados: "El anteproyecto incluía un órgano de monitoreo permanente para la plena implementación de la ley, incluía un fondo de financiamiento específico para los municipios, e incluía la necesidad del 10% de presupuesto en Salud para Salud Mental. Salió, pero sin estos tres aspectos" explicó Jashele.

A partir de aquí comienzan a orientarse los capítulos hacia el surgimiento del Observatorio de Salud mental y Derechos Humanos: "Como Mesa nos pareció importante sostener el monitoreo del cumplimiento de la ley, entonces presentamos un proyecto al Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia, que tenía ese objetivo junto con la producción de indicadores e información que lo permitiera". Esta propuesta inicialmente académica, después comenzaría a girar junto a la participación política de distintos sectores, con incidencia específica en el desarrollo de la política pública en salud mental.

Por su parte, la LNSM sí cuenta con un órgano específico de Revisión Nacional de Salud Mental y Derechos Humanos, el cual tiene posibilidades concretas de actuar sobre los Estados -nacional, provinciales, municipales- aunque aquí en Córdoba aún no ha sido implementado: "Como Observatorio hemos peleado muchísimo porque se cree en Córdoba este Órgano, y también hemos luchado por crear un mecanismo local de prevención de la tortura. En eso nos hemos sumado a otros colectivos que trabajan por la creación del mecanismo local de prevención de la tortura en todos los lugares de encierro en Córdoba. Hasta ahora, venimos fracasando con todo éxito".

10 años de trayectorias y aportes

A pesar de los fracasos que mencionaba Burijovich, lo aportes que el Observatorio convida, contienen una línea de trabajo que ha enriquecido los modos de abordar el escenario local -tanto provincial como nacional- de la Salud mental de cara a la sociedad civil y las perspectivas de derechos: "Como objetivo tenemos la producción anual de un informe sobre avances y retrocesos en relación a la Ley, que inicialmente eran los informes Mirar tras los muros, coordinados con la Comisión Provincial de la Memoria y donde escribíamos el capítulo ligado a SM". De estos informes específicos hay solamente cuatro, pero aún se continúa con la tarea de producción anual.

Según continuó contando Jashele, desde el Observatorio también se ha acompañado la realización de los Encuentros de Usuaries de Salud Mental, así como la participación en la Marcha por el Derecho a la Salud Mental inaugurada en Córdoba. Además, algunas integrantes del Observatorio participan en el Consejo Consultivo Honorario de Salud Mental. También se articula con el CELS, produciendo investigaciones sobre el acceso a los derechos sociales, económicos y culturales de les usuaries de SM.

La realización de informes y actividades de incidencia para la creación del Órgano de Revisión, así como el trabajo con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, con un proyecto de mapeo de actores que participan del campo de la salud mental y el fortalecimiento de las organizaciones de usuaries. También elaboran informes internacionales llamados Informes Sombra, con producciones para evaluar y monitorear el estado de la salud mental en Argentina junto a otras organizaciones y de manera colectiva.

Fuente: Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos

A diez años de su conformación, este 2021 como Observatorio decidieron hacer una pausa para repensar el campo de la salud mental y reflexionar acerca de esta trayectoria de trabajo. Según continuó contando Jashele: "La idea este año es poder hacer una evaluación sobre el impacto de nuestras acciones. Más allá que no hemos logrado lo que se pretendía en 2020, que era el año más icónico para la SM porque suponía el fin de los manicomios en Argentina, hemos aportado desde el movimiento saludmentalista a visibilizar la situación de los usuarios y usuarias, a plantear disputas culturales, en la opinión pública, en los medios, en la manera en que se piensa el padecimiento, el sufrimiento psíquico y nos parece que eso es un aporte importante. Avanzar en cambios no sólo de las políticas públicas, sino también culturales".

Estos cambios que plantea Jashele, se fueron dando tanto hacia afuera, como hacia adentro: "El año pasado hicimos un análisis de cómo fuimos orientando los informes, las consignas de la Marcha. Fue cambiando desde una visión muy sectorial, en el sentido de mirar solamente las políticas de SM, los servicios de SM, a tener una mirada más intersectorial y más ligada a un campo más amplio de la salud mental, la lucha de las mujeres, el ambiente".

"Hemos podido transformar desde nuestra lucha, hasta nuestras concepciones".

Palos en las ruedas: ciclo de vacíos y pandemia

La avanzada del macrismo sobre distintos ámbitos de la política, lo económico, lo judicial, lo laboral, las jubilaciones, entre otros, consolidaron un período de Gobierno que hizo muy difícil concretar avances. Fue más un período de regresión, de ajuste y vaciamiento, donde la Salud Mental no estuvo exenta de embates, todo lo contrario. Para Jashele, la estrategia del macrismo, en los dos primeros años, fue vaciarla de contenido, apuntando en principio a las leyes de Salud Mental: "Puso una persona que era claramente anti Ley de SM, que no convocaba al Consejo Consultivo Nacional, el Comité Interministerial pasó de la Jefatura de Gabinete al Ministerio de Salud. Distintas acciones que quitaban sentido a la LNSM, sin plantear la derogación directa". En este sentido, "armaron un proyecto que hablaba de trastornos y no de padecimiento subjetivo, sacaba la injerencia en el control judicial de las internaciones, muchos cambios que dejaban sin el contenido inicial de una ley, que es de salud mental y derechos humanos. La dejaba en una reforma sanitaria completamente lavada".

Pero, ¿qué implico para el Observatorio este proceso, entre leer la situación, posicionarse y reaccionar ante ese contexto, siendo un espacio de vanguardia en defensa de la salud mental como derecho? Sobre este interrogante, Jashele planteó: "Tuvimos muy buenos reflejos en ese momento, sacamos un documento rápido que se nacionalizó y se sumó a documentos de otras organizaciones a nivel país, y logramos que no se cambiara la reglamentación y finalmente, logramos que renunciara el secretario de Salud Mental y Derechos Humanos, Andy Blake.

Después del macrismo llegó el cambio de gobierno, pero pronto también comenzaron los primeros casos de Covid-19 en el país. La pandemia no dejó espacio para que la SM tenga lugar frente a este fenómeno tan nuevo, implicando un nuevo escenario también para el Observatorio de Salud Mental: "Durante la pandemia plantemos trabajar sobre la urgencia de lo necesario, se hacía todavía más importante la transformación, porque las condiciones en que viven los usuarios y usuarias de Salud Mental en los internados psiquiátricos, con hacinamiento, con pocas posibilidades de aislarse, con falta de visitas, hacía mucho más urgente la necesidad de avanzar en la desmanicomialización. Esto no sucedió, salvo en la Provincia de Buenos Aires, el resto de las provincias no avanzaron en esa dirección".

"La centralidad del Covid, no permitió ver todas estas desafiliaciones e inequidades y faltas de acceso".

Como cuenta Jashele, durante la pandemia y el contexto de aislamiento, las dificultades en Salud Mental se profundizaron, aunque desde el Observatorio todavía está pendiente una evaluación a fondo sobre lo que sucedió: "Nos parece que hubo una gran cantidad de usuarios y usuarias de SM que se sintieron desafiliados del sistema, porque además de lo que recién te comentaba sobre las personas internadas, muchos dependen de la medicación que se entrega en los hospitales psiquiátricos, de las actividades que ahí se realizan, incluso de la comida que se reparte. Se cortaron tratamientos, además de todas las dificultades de acceso a los derechos, incluida la conectividad.

Pero además de una evaluación, también deben pensarse estrategias e implementar políticas que apunten a una reparación: "se debe evaluar lo que significó para los usuarios y usuarias de salud mental estos dos años, revincular a muchos usuarios que seguramente siguen necesitando de acompañamiento, de escucha. Eso en relación a los usuarios intensivos del sistema de salud mental, pero también en relación a la salud poblacional, ha habido muchas pérdidas, mucho dolor, mucha ruptura de lazos sociales. Esto no implica psicólogos para todos y todas, sino una elaboración colectiva, algo que a nivel provincial no se está pensando".

"Hay que abrir espacios, hablar, poder poner en palabras lo que pasó, una propuesta que hay que impulsar colectivamente. En este caso también la salida es colectiva".

La salud mental y un movimiento colectivo

La propuesta de lo colectivo, tiene que ver con una posición sostenida a lo largo de estos años de trabajo desde el Observatorio, lo que ha permitido intensificar la participación desde distintos sectores en su implicancia por la Salud Mental: "hay un movimiento saludmentalista que tiene grupos muy activos, pero también cercanos, recoge mucha simpatía política, eso es un aspecto que se debe profundizar".

Uno de los espacios para la construcción y fortalecimiento del movimiento, es el Colectivo por el Derecho a la Salud Mental, que se mantiene firme hace 7 (con este 8 años) impulsando la Marcha por el Derecho a la Salud Mental: "Nuestra participación en el Colectivo tiene que ver con sumarnos a la organización de la Marcha y a todas las denuncias. Ayer por ejemplo, hubo un intento de blanquear los murales (como ya blanquearon las paredes del Neuro) que habíamos hecho en la Casa del Joven el 24 de marzo del 2018, cuando organizamos la actividad para trabajar Salud Mental y Terrorismo de Estado. Rápidamente nos sumamos a la acción para parar esa barbaridad que es poner todo gris, para que no se expresen las voces de usuarios y usuarias y de los colectivos".

Fuente: Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos

El cordobesismo anti-desmanicomialización

El blanqueamiento de los murales en el Hospital Neuropsiquiátrico Provincial de barrio Juniors, demuestra el paradigma que las autoridades provinciales, en este caso el ministro de Salud de la Provincia, Diego Cardozo, sostienen sobre las instituciones psiquiátricas. Un blanqueamiento en todo sentido, del espacio político que responde al gobernador fundamentalista del cordobesiamo, Juan Schiaretti.

Entonces, ¿qué pasa con la Salud Mental en Córdoba?¿Qué diagnóstico hace el Observatorio? Las consideraciones de Jashele no son positivas: "El presupuesto en Salud Mental en pandemia es uno de los más bajos en los últimos años; osea no llega al 5%, con todo lo que hablamos de la necesidad de atención en Salud Mental. Además, hemos perdido una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras, se van jubilando, van renunciando, no se incorporan nuevos trabajadores en SM, lo cual va en la línea del vaciamiento".

Cuando hablamos de desmanicomialización del sistema de salud, las corporaciones psiquiátricas aliadas a los medios hegemónicos, cargan con todos sus prejuicios, hablando del "peligro de los locos sueltos", negando las propuestas que impulsan las leyes de Salud Mental y organismos como el Observatorio: "No planteamos el cierre de las instituciones manicomiales en el aire, sino la sustitución definitiva de los manicomios, lo cual implica dispositivos alternativos que permitan cerrar manicomios pero abrir múltiples instancias que tengan que ver con Casas de Medio Camino, Hospitales de Día, Hospitales de Noche, equipos en los barrios".

"Siempre la pregunta es, ¿Qué hay que abrir para poder cerrar?"

Por el contrario, en la Provincia de Córdoba lo que están haciendo es ir cerrando: "El Neuro por ejemplo ahora sólo tiene 20 camas. También están planteando el cierre del Hospital Santa María en Punilla, que lo plantean como avances en la Ley de Salud Mental, cuando en realidad es puro ajuste, porque no están abriendo todos los dispositivos necesarios para considerar las necesidades y los derechos de los usuarios y usuarias de Salud Mental".

Porque tenemos Ley, exigimos Dignidad

Como siempre, más allá de las dificultades y aún con un pie adentro de la pandemia, la colectividad se continúa tejiendo como estrategia política para continuar peleando para que algún día, la Salud Mental sea un derecho tenido en cuenta por el Estado, los gobiernos, las corporaciones y la sociedad.

Luego de siete años consecutivos: "Ahora estamos organizando la octava marcha que se va a hacer en noviembre, porque se reúne el Consejo Consultivo Nacional en Córdoba, y nos parecía muy oportuno invitarlo para participar de la Marcha" cuenta Jashele. "Queremos visibilizar la situación de Córdoba y pedir acompañamiento del CCN". Porque "Tenemos Ley, exigimos dignidad" como expresa la consigna de esta octava edición de la Marcha.

Foto de portada extraída del Observatorio de Salud Mental y Derecho Humanos

Otras fuentes:
-
Una pausa para pensar el campo de la salud mental. Reflexiones desde el Observa-torio de salud mental y Derechos Humanos
-CELS - Vidas Arrasadas: La segregación de las personas en los asilos psiquiátricos en la Argentina

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