Hoy, 2 de septiembre, Sonia Torres, “la Choni”, cumple 95 años. Un año después de su partida, su pregunta eterna, “¿dónde está el hijo de Silvina y Daniel?”, sigue retumbando ante una democracia partida que le debe una respuesta. Sonia nos enseñó que la memoria y el amor trascienden el tiempo.
Hoy, Sonia Torres cumple 95 años. La recordamos con la ternura de quien conoció el verdadero sentido de la esperanza y la lucha. Se fue el año pasado, pero en cada rincón de Córdoba queda un pedacito de ella, un eco de sus pasos, un susurro de su incansable búsqueda.
Sonia no solo era una luchadora incansable, también era una mujer de vida rica y plena antes de la tormenta. Nacida en Villa Dolores, vivió una infancia y adolescencia llena de música y baile. Luego se trasladó a Rosario para estudiar Farmacia, donde conoció a Enrique Parodi. Fue la primera mujer universitaria en su familia, y su vida, llena de logros y amor, se transformó en un testimonio de esperanza. Pero la tragedia golpeó su puerta el 26 de marzo de 1976, cuando su hija Silvina Parodi, embarazada de seis meses, fue secuestrada junto a su compañero Daniel Orozco. Aquella fecha marcó el inicio de una búsqueda que no tuvo fin.
Cada día, desde el 26 de marzo de 1976 hasta el 20 de octubre de 2023, Sonia vivió con la certeza de que su amor podría cambiar el destino, y se aferró a esa fe con la fuerza de quien no conoce el desánimo.
En el local de Abuelas en Rivadavia 77, Sonia es una presencia constante. Su rutina diaria era casi sagrada y se repartía entre las oficinas del local de Duarte Quiroz y la nueva sede frente a la Plazoleta de la Basílica Nuestra Señora de la Merced. Allí, en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, entre papeles, carpetas, y la mirada atenta de quienes compartían su misión, Torres no solo buscaba a su nieto, sino a los 300 que aún faltan encontrar.
Era conocida como "la Choni", un apodo que encarnaba su esencia cálida y su cercanía genuina. Sonia no solo llevaba ese nombre con orgullo, sino que lo vivía con cada gesto, cada palabra, cada sonrisa. Su sonrisa, siempre presente, era una fuerza en sí misma. Aunque sus días estaban marcados por noches en vela y un dolor profundo que solo una madre y abuela en su búsqueda podrían conocer. Su risa era un faro de luz, una chispa de rebeldía en medio de la tormenta.
Cada vez que Sonia se presentaba, su sonrisa brillaba con una autenticidad que era imposible de ignorar. Era la sonrisa de quien había aprendido a batallar y convivir con la ausencia. En las reuniones y asambleas, su presencia era un abrazo invisible, un pilar de esperanza que sostenía a muchas familias. Su alegría era el faro que alumbró el camino en la oscuridad, el refugio de quienes buscaban fuerzas para seguir adelante.
Así, "la Choni" se convirtió en un símbolo de fortaleza y amor, una presencia que nunca dejaba de irradiar esperanza, incluso cuando las circunstancias parecían sombrías. Su sonrisa era la promesa de que, a pesar de todo, la vida y la lucha por justicia podían y debían seguir adelante.
Antes de partir, Sonia dejó 15 carpetas de archivos repletas de documentos, un legado de amor y esperanza para su nieto, que dan cuenta de su incansable búsqueda hasta el 20 de octubre de 2023. En una carta escrita en 2023, Sonia le dijo: "Tengo tatuada en el corazón la esperanza". "Hace tanto tiempo que estoy buscándote. Han pasado 47 años sin poder estar a tu lado en los momentos lindos y en los difíciles. Sin tu sonrisa y sin tus caricias." Estas palabras reflejan la esencia de una vida dedicada a la búsqueda de justicia.
Hoy, mientras celebramos su cumpleaños, recordamos a Sonia no solo por su lucha, sino por su vida de amor, valentía y resistencia. En cada flor que brota, en cada rincón de Córdoba, sentimos su presencia y su amor eterno. Sonia sigue siendo una luz que guía, una madre y abuela que nunca dejó de buscar, y cuyo legado de esperanza y resistencia seguirá inspirándonos.
Ser como Sonia, es ley
En marzo de este año, la Legislatura provincial aprobó la "Ley Sonia Torres", que establece la capacitación obligatoria en Derechos Humanos para quienes se desempeñan en la función pública de Córdoba, en todos sus niveles y los tres poderes del Estado. Esta normativa no solo honra la memoria de Sonia Torres, sino que también se promueve en un contexto de negacionismo y cinismo que reivindica la última dictadura cívico-militar.
La aprobación de la ley tuvo lugar en el Refugio Libertad de José de la Quintana, un ex-Grupo de Artillería 141 en Villa San Isidro, que funcionó como Centro Clandestino de Detención y Tortura durante el genocidio.
Desde entonces, diversas instituciones públicas y privadas han sumado su adhesión, y las centrales obreras celebraron un acto en la Casa Histórica de la CGT para firmar un "convenio marco" para la promoción y articulación de la ley. En ese acto, María Ana Madakovic, representante de la CTA Autónoma y actual Secretaria General del CISPREN, proclamó:
“Somos los guardianes de la memoria de Sonia y de los 30.000 compañeros desaparecidos que luchaban por otra sociedad”.
Todo indica que al momento de votar la adhesión al RIGI en la Legislatura de Córdoba no habrá inconvenientes, y que los sectores concentrados del agro, inmobiliario y de la obra pública tendrán vía libre en la provincia mediterránea para continuar favoreciéndose.
En este momento, la seguridad jurídica, condición necesaria que nos da la capacidad de prever qué pasa con nuestros derechos, se ve enfrentada al modelo de gobierno propuesto por Javier Milei y su equipo, ya que su eje principal es -la reforma del Estado-.
La detención de Alejandro Mercado, quién asumió el pasado diciembre, fue en el marco de una investigación sobre una red de corrupción que involucra una financiera ilegal. ¿Quién es Mercado?
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