La Contra-Exposición de los Surrealistas

En la primera mitad del siglo XX se organizó en París una Exposición Colonial Internacional, con el objetivo de sumar apoyos para mantener el dominio francés en decenas de territorios sometidos. El grupo de Artistas Surrealistas organizó una Contra Expo para denunciar la brutalidad del imperialismo francés y exigir la independencia de las colonias. ¿Las vanguardias sirven para pensar la decolonialidad?

En 1931 se organizó en Francia la Exposición Colonial Internacional un evento de magnitudes faraónicas en el parque parisino de Vincennes. La muestra incluyó exposiciones de indígenas traídos a la capital francesa mediante engaños y exhibidos como "caníbales" y obligados a bailar desnudos, extensas colecciones de arte robado de África y otros países subordinados, miles de momias y objetos de culto e incluso una enorme reproducción a escala natural del Templo Angkor Wat, del reino jemer del siglo XII.

El objetivo de la Exposición, organizada por el general Hubert Layutey y respaldada por el gobierno del Partido Radical, era exhibir el poderío imperial de la III República de Francia conseguir apoyos para mantener el dominio colonial intacto, frente a la creciente lluvia de críticas que presionaban por la independencia de las colonias y fin de la política imperialista francesa.

Para señalar y denunciar los graves crímenes que Francia -y el resto de países imperialistas- cometieron durante el dominio colonial que comenzó a mediados del silgo XIX y se mantiene hasta nuestros días, un grupo de artistas vanguardistas organizó una Contra-Exposición titulada "La verdad de las Colonias".

Así, los surrealistas, encabezados por Louis Aragon y André Breton, con apoyo de la CGT y el PC francés impulsaron su propia Expo en un auditorio de la rue de la Grange–Batelière. En una vitrina se exhibían pasaportes franceses, impresos burocráticos, estampitas del Sagrado Corazón y estatuillas de Lourdes bajo el cartel de “fetiches europeos”.

Una vanguardia politizada

Un aspecto fundamental de la lucha contra las colonias en las propias metrópolis coloniales fue la existencia de grupos artísticos vinculados al Surrealismo. En 1931, Breton publicó el "Manifiesto del Surrealismo", en el que expresó su solidaridad con las luchas anticoloniales y condenó la opresión colonial. Además, en 1934, los surrealistas publicaron un periódico titulado "Le Surréalisme au service de la révolution" (El surrealismo al servicio de la revolución), en el cual abordaron cuestiones políticas, sociales y anticoloniales.

Varios artistas surrealistas utilizaron su arte como una forma de crítica social y política. Por ejemplo, el pintor español Salvador Dalí, asociado con el movimiento surrealista, exploró temas como el imperialismo y la guerra en algunas de sus obras. Otros artistas surrealistas también abordaron la cuestión de la colonización y la resistencia en sus creaciones.

La importancia del arte y las vanguardias en los procesos políticos transformadores no deja de ser una mirada eurocentrada y blanqueada sobre los problemas de los países periféricos y las consecuencias de la colonialidad, sin embargo son un aliado estratégico para abrir discusiones sobre cómo, cuánto y hasta qué punto, las cicatrices de los imperialismos han dejado huella en los territorios del sur político.

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