En la zona norte de la ciudad hace años viene gestándose un germen rimas, un entramado de poesía y una síntesis de rap cordobés de la mano de Lautaro y Matáas Racedo, quienes componen el dúo de Zona de Cuarentena desde hace casi 10 años.

Con el comienzo de septiembre, el cambio y la calidez que tiñe al clima, floreció su nueva canción: "Déjate Llevar". Desde Enfant hablamos con Matías sobre cómo fue el proceso que derivó en una canción compuesta e interpretada por una gran cantidad de afectos, en la búsqueda de compartir las emociones y vivencias con la gente que los acompaña día a día: Su familia, vecinos, amigos y amigas del barrio.

“Toda la gente que enriquece nuestro existir está participando haciendo lo que siempre hacemos: juntarnos, disfrutar, comer algo, reírnos. Era muy importante para nosotros que este video fuera así, totalmente natural”.

La canción nace de la mano, la idea y la escritura de Lautaro, quien, en su afán de esbozar rimas, compuso un estribillo invitando a “dejarse llevar”. Sin titubear y apelando a esa complicidad de hermanos y raperos, la idea fue abrazada por Matías, a quien también le atravesaron sus sentimientos: “Uno busca el camino de la felicidad. La vida es un vaivén entre los problemas y las responsabilidades, y en nuestro caso, también entre el arte”.

-Contanos, ¿qué significa el tema para ustedes?

-Es la necesidad de dar un mensaje simple: buscar la felicidad en las pequeñas cosas, más allá de que siempre estemos entre responsabilidades, problemas, la vida, la economía, el estudio y el trabajo, un montón de cosas. Debemos buscar en esas pequeñas cosas esos momentos de felicidad y aflojar un poco esa maratón que tenemos todos de andar corriendo detrás de lo material, lo estético, lo económico que siempre en este país nos pega un baile.

“Es descontracturarnos y ver lo bueno que tenemos, lo que nos hace felices realmente”.

-En una parte del tema decís “quiero ser un niño otra vez”, ¿Qué recordas de tu infancia?

-Ese fragmento me parece importante. Creo que para todas las personas el hecho de querer sentirnos o ser como éramos cuando éramos niños, sin preocupaciones aparte de divertirnos y estudiar, viviendo de una manera más inocente la vida. Creo que, como adultos y seres humanos, todos buscamos ese rincón donde encontrábamos la felicidad; no importaba el dinero ni el lugar. Con pocas cosas éramos felices, nos divertíamos y reíamos, de ahí surgen innumerables anécdotas para recordar cómo era la infancia.

-¿Qué se viene para ustedes después de este lanzamiento?

Se viene un EP, que es como un disco, pero con un par de temas. Creemos que son las canciones perfectas para liberar, con la potencia y esencia adecuadas para expresar lo que estamos viviendo actualmente como artistas, personas y como parte de esta sociedad. Considero que es nuestro golpe más fuerte hasta ahora.

“En este momento, esto es realmente poderoso y estamos muy conformes por cómo quedaron las canciones y el disco. Esperamos lanzarlo antes de que termine el año”.

En un campo que se extiende como un lienzo entre los confines de Argüello, la Padre Lucchese y el aeropuerto, tejieron sus sueños y “grabamos nuestro video”. Este lugar está enraizado en su esencia porque “fue el patio de nuestra niñez, un rincón de aventuras, el lugar de encuentro. Siempre íbamos a jugar a las escondidas, a cazar a ese campo y significa mucho para nosotros”, agrega Matías.

La voz que entona los coros es Gloria Flores, “la Ma”, quien es portadora de una llama ardiente de la música folklórica, y aunque Matías asume que hoy la música que hacen no es precisamente de ese género, agrega: “Bebemos de la fuente que ella nos legó, como la Mecha Sosa y Charly García, que tejieron el tapiz del rock nacional, junto al folclore contestatario. En nuestras letras, esas corrientes de pensamiento se reflejan, como un tributo a una influencia que perdura”.

Así, en el acto de heredar locuras, Matías no se corre del lugar de hijo ni artista y cerró la nota diciendo que: “ella -'a Ma- le pone un plus muy hermoso con el coro a nuestras canciones”.