Las personas necesitamos estar comunicadas. Prestamos nuestros sentidos a quienes saben construir relatos y narrativas de la vida cotidiana. Incluso podemos no conocer siquiera sus rostros y aún así sentir como si le conociéramos de toda la vida, ¿Es esa la magia de la radio? ¿Cómo se produce un programa? ¿Da igual comunicar desde un medio hegemónico que uno comunitario? ¿Cuál es la democratización dentro de los medios cuando hay corporaciones que acaparan más del 90 por ciento de las emisoras radiales, televisivas y ahora de streaming? ¿Da igual que lo conduzca un hombre, una mujer, una travesti o una lesbiana?

Para conocer cómo se produce un programa radial hecho por y para la población LGBTIQ+, Enfant Terrible dialogó con Casandra Sandoval, travesti, periodista y fundadora de Territorio Diversidad que retoma el aire en su sexta temporada, esté sábado dos de marzo de 9 a 12hrs. Por la 100.7 de Villanos Radio o la web www.villanosradio.com.ar, en la localidad de Carlos Paz.

“Lo fundamental de haber creado y sostenido un espacio radial fue la necesidad concreta de hacernos escuchar”, comparte Casandra al momento de presentar Territorio Diversidad.

Casandra cuenta con más de 20 años de trayectoria como periodista y locutora de radio. Comenzó participando de espacios comunitarios en la localidad de Tartagal, al norte de la provincia de Salta, produciendo durante quince años el proyecto radial y cultural llamado “La Voz del Pueblo Indígena”.

A mediados del 2017 se muda a Tanti, localidad de la provincia de Córdoba. En la feria del libro conoce a las operadoras y periodistas parte de la cooperativa de Villanos Radios, Jorgelina Quinteros y Evelina Ramirez. Ellas le ofrecen el espacio radial y Casandra junto a Emiliano, su pareja, terminan de dar vida al proyecto de Territorio Diversidad que comenzó siendo una columna informativa y actualmente es un programa de tres horas de duración.

Desde el año 2023 el equipo se encuentra conformado por Casandra como conductora y Kali Padilla, Clari Campos Uran y Agustina Demelchori como co-conductoras y productoras. Además de lxs columnistas Marce Butierrez, Lucia Ceresole, Luisite Barrios y Mercedes Fernández Tío (la Yunga).

“En lo personal entiendo que intervenir en la construcción radiofónica proponiendo narrativas desde un lenguaje TLGBIQ+, podía caracterizar y significar hacía donde queríamos llevar la agenda. Con el paso del tiempo el programa fue mutando, respondiendo a las necesidades del contexto político y social. Sin darnos cuenta se transformó en una escuela de formación” comenta Casandra.

Hay ciertas premisas fundamentales dentro de la teoría de los mass media, específicamente al momento de hacer radio: la construcción de una agenda; lo que se pretende comunicar, es decir, “¿Cuál es la intención del mensaje que se busca transmitir?” Principalmente, si la finalidad es la producción de nuevos sentidos o la reproducción de mensajes “slogan” impactando de manera efímera y emocional en lxs oyentes.

“En la actualidad hay mucha teoría puesta en discusión de lo que debería ser la radio e inclusive nos animamos a creernos gurúes al plantear cómo 'instalar agenda'. La única forma de aprender es haciendo radio o como Ricardo Haye decía: la radio “es lo que la gente cree que es”, relata la conductora.

Un programa con identidad propia:

Al momento de armar la propuesta, Casandra tenía en claro que quería un programa con identidad propia. Un espacio pensado para que las voces de la población LGBTIQ+ tomen el protagonismo y como decían en el movimiento disca de los años 80’s “nada sobre nosotrxs sin nosotrxs”

“Territorio es más que un programa, es una herramienta que potencia las voces del colectivo. Tejiendo con otra red de radios comunitarias, populares y contrahegemónicas. No es casual que salgamos en Villanos y no en grandes medios hegemónicos donde minimizan nuestras intervenciones”, comenta Casandra.

La militante feminista, comediante y conductora Malena Pichot, se expresó por la red X sobre como la brecha de género en los medios hegemónicos continúa produciendo programas de entretenimiento informativo, conducido en su mayoría por varones y dirigido hacía un público hetero-cis.

Un informe realizado en 2020 por la organización “Nos quemaron por brujas”, demostró cómo el 80% de los programas están conducidos por varones hetero-cis, es decir que la problemática sigue siendo estructural. Ya que si bien es una realidad que el acceso a espacios de conducción para mujeres y personas trasvesti-trans se ha permeado mucho más a partir de los movimientos feministas y la promulgación de leyes como la de Equidad de Género N°27,635 (2023), la brecha de representatividad y económica sigue siendo alta.

“Sabemos que los grandes medios tienen mayor alcance y llegada al público por la concentración no sólo de capital económico, sino de emisoras a su disposición, lo que les permite sostener y amplificar una ideología, a contrapelo de quienes luchamos por mantenernos día a día en el aire. Sin embargo, vale la pena hacer el ejercicio de la experiencia con medios comunitarios porque vienen de la lucha y la resistencia como nosotrxs”, comenta Casandra.

Crónica anunciada:

El 27 de agosto de 1920, cuatro amigos, estudiante de medicina, decidieron colocar antenas en edificios con un equipo rudimentario y transmitieron la ópera "Parsifal", de Richard Wagner desde la terraza del Teatro Colón. La primera transmisión abierta en vivo. Sin querer, los “locos de la azotea” habían descubierto la amplitud modulada (AM) y la radio como medio masivo de comunicación llegaría a todos los hogares.

Cien años después la estructura de la radio como medio de comunicación mutó de diferentes maneras. Primero con la televisión y ahora con los medios multiplataformas como el streaming, pero el objetivo sigue siendo el mismo: informar, entretener y concentrar el mayor número de audiencia.

“Hoy tenés la posibilidad de elegir el tiempo: se puede escuchar un programa cuando está al aire y poder participar con llamados o mensajes de WhatsApp o hacerlo en otro momento desde otras plataformas como Spotify, la web de la radio o podcasts. Creo que estos nuevos formatos contribuyen a sumar oyentes, generar nuevas audiencias”, comenta Ana Da Costa periodista y coordinadora de prensa.

Ahora, que las maneras de comunicar muten porque los avances tecnológicos van presentando nuevos gadgets para llegar por diferentes mecanismos a la audiencia, no significa que todos tengan el mismo alcance, porque quienes concentran la mayor cantidad de emisoras de difusión (radio, T.V, streamings), reciben la mayor cantidad de pauta pública, teniendo la posibilidad de instalar la agenda en la sociedad con mayor rapidez.

Caso concreto es el Grupo Clarín que concentra el 25% de todas las audiencias del país: 6,84% en radio, 10,62% en televisión y 7,82% en diarios, siendo uno de los mayores beneficiarios respecto a la pauta pública, apercibiendo un total de mil millones de pesos durante el 2023. Entonces ¿qué tan democrática es la comunicación cuando es tan desigual la distribución de la pauta? ¿Cómo es posible sostener medios comunitarios y autogestivos y ser competitivos con los medios hegemónicos?

“Ni siquiera en la radio donde estamos cobramos por producir y hacer el programa porque la cooperativa se encuentra cada vez más desfinanciada, lo cuál es un problema considerando la situación política y económica del presente”, comenta Casandra.

Territorio como trinchera:

Una de las propuestas por parte del equipo de Territorio Diversidad para el 2024 es hacer del programa un espacio de encuentro, contención y resistencia. Invitando a compañerxs maricas, travestis, tortas, bisexuales y no binaries para que aprendan del oficio del periodismo.

“Es necesario que estemos dentro de los medios porque si no tenemos un lugar para hablar por nosotrxs y nuestras problemáticas, le dejamos esos espacios a quienes cometen errores básicos sobre nuestras realidades” concluye Casandra.

Foto de portada: Rayogamma