De cara al festival "Sabor ft Tropicante", Enfant entrevistó a Marta "la negra" Rodríguez, multi instrumentista y una de las cantantes de Sabor Canela y Un Poco de Café, con quien conversamos sobre la historia de la cumbia, lo que implica integrar una cooperativa de trabajo y el oficio dentro de la música.
Para cada momento una canción, para cada día un temón y un cumbión. La síntesis de todo lo que puede representar un momento de distensión y baile puede encontrarse en “Sabor Canela y Un Poquito de Café”. Así como la música canta y refleja el contexto social, político, cultural y económico, la cumbia siempre estuvo ahí para los sectores menos favorecidos dentro de las clases sociales.
El género, que la clase media y alta argentina denominó “música de negros”, paradójicamente guarda dos verdades. La primera es su herencia de raíz africana; la segunda es que con el paso del tiempo, terminó también por ser consumida por las clases acomodadas, que pasaron del fetiche al arrogarse que “ellos también escuchan cumbia”.
Proveniente de los galpones donde se reunían los inmigrantes en la primera mitad del siglo XX, la cumbia -cómo así también el cuarteto- encuentran su punto de convergencia al cantarle a los suyos: trabajadores que salían de las fábricas e iban a mezclarse entre el calor de los techos de chapas, la humedad y las piezas aledañas que hacían de burdel.
Para la multi instrumentista y una de las cantantes de Sabor Canela, Marta “la negra” Rodríguez, la cumbia es parte del ADN argentino.
“De las cosas que compongo, no tienen que ver con la cumbia, y al mismo tiempo me identifica porque es un ritmo alegre. Tiene mucha profundidad de las raíces que traemos, muy del folclore. La cumbia es una especie de folklore”, comenta.
Foto cortesía de la negra Marta Rodríguez
Cooperativa cumbiera cordobesa
A mediados de los años 60’, la industria de la música encuentra un negocio redituable en la cumbia durante los cobros de aguinaldo del proletariado. Mismo momento en que suceden los recesos de invierno y de verano.
Esto posibilita no sólo generar un mercado interno, sino que además, produce la fusión de ritmos, introduciendo instrumentos electrónicos como pedaleras de sonido, guitarras eléctricas y teclados. Asimismo, durante el regreso de la democracia, los productores de cumbia pretenden ampliar la promoción de bandas como Los Palmeras o Los del Fuego a las “bailantas” porteñas, dando inició a la “movida tropical”.
Ya para mediados de los 90’s, la excesiva oferta de artistas “bien presentables” para las clases acomodadas que querían pizza con champagne, con cantantes como Ricky Maravilla, llevó a la saturación del género. Entre tanto, de la emergencia social y política, producto de la reforma del Estado por parte del ex presidente, Carlos Saúl Menem, emergió la cumbia villera.
El rechazo por el estigma a quienes representaba fue inmediato. Sin embargo, el movimiento cultural que produjo desde las bases, guardaba cierta impronta de rebeldía, un ‘hacelo vos mismo’. Fue el mercado quien renegó del público cumbiero; las bandas, en cambio, siempre supieron a quienes les cantaban y por qué razón.
Esa raigambre también la trae consigo Sabor Canela: un mensaje claro, con un sonido característico. Hijos e hijas de las crisis políticas, supieron entender al público que querían que los acompañe. “Me parece que un poco es pechar entre todos. Es muy de la banda independiente organizarse de esta manera, sino, te come el capitalismo”, comenta Marta.
El año pasado cumplieron 10 años de trayectoria. Con dos álbumes de estudio, dos en vivo, un EP y 3 cambios de gobierno, la banda cordobesa siempre apostó a lo cooperativo por sobre el starter pack de la industria. Los “Canela” lo prefieren así, reinventarse antes que repetirse.
“Me parece que va más allá del estilo. Hay algo que se produce cuando uno se entrega al resto. En la cumbia sucede que el armatoste produce que uno se mueva. Necesita corazón y vísceras. Es dar lo mejor que tengas al público que pagó una entrada. Ese ida y vuelta se siente y es como que te carga la batería, viste”, comenta la negra.
Los Canela. Foto cortesía de la negra Marta
Del after en Hong Kong a Córdoba
Luego de asentar las bases de su nuevo sonido en el álbum “After en Hong Kong” (2022), la banda emprendió la gira federal de carnavales, arrancando por Unquillo, Córdoba; después por La Topada, Chilecito, La Rioja; Villa Dolores, Traslasierra, Córdoba; Fiesta del Río, Playa Unión, Chubut; y la última parada es el próximo lunes 3 de marzo, a partir de las 23:30h, en el Comedor Universitario.
Sabor Canela y Un Poco de Café, es de esas bandas que sobrevive al paso del tiempo porque no se limita a lo que ya le funciona. Es lo que a la negra Marta la cautivó desde antes de formar parte, cuando los vio tocar en “La Fábrica”, ubicada en Caseros 988, espacio cultural que marcó a distintas bandas emergentes.
Para ella, esa entrega no es sin la pasión y el deseo de crecer en conjunto, de manera colectiva. Ojalá que quede canela, cumbia y sabor para rato.
“Soy una de las más grandes y agradezco poder vivir de lo que quise para mí, que es hacer música. A veces, no es tan espectacular y hay que aguantarla. Y aprender que la vida es eso, un día está más arriba, a veces sobre la meseta; o más abajo, pero hay un deseo vivo que te empuja y te mantiene en movimiento”, concluye.
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