Paula Maffia: “la política se cuela en lo cotidiano”

La cantante, productora y compositora, Paula Maffia, estuvo en contacto con Enfant, previo a su gira por Córdoba. Los destinos: Puerta 276, hoy 21h; mañana 22h, en Otilia, Tanti; Sábado 22h, en Sidrería Cultural, Villa General Belgrano; y domingo 21:30h, en Titiriseres, Villa de las Rosas. Un intercambio sobre la autogestión, romanticismo en el rock, docencia y proceso creativo.

El rock podría considerarse como un estilo de vida marcado por la rebeldía y la creatividad que, llegado a un punto, se transformo en un producto más de la cultura. Lo que era un concepto con un mensaje, una ética-estética y política contracultural que discutía con los parámetros normativos de una época, se quedó solo en la estética del motoquero con campera de cuero y un parche en la espalda que decía: sexo, drogas y rock n roll.

Pareciera una generalidad y lo es. La historia de la música es también parte del sistema. Andy Warhol decía que hacer dinero es todo un arte; C. Tangana presume que su talento es hacer del arte un producto rentable. Eso no es un inconveniente o una problemática, todos necesitan capital para subsistir. Cuánto y qué cosas de su humanidad está dispuesto el artista a relegar en pos del beneficio económico, es la discusión que pocos artistas dan dentro de la industria.

Otras discusiones que no se dan y, que sin embargo los sellos lucran de ello, es el de la parodización estética pura y dura del “Pride”. No orgullo, no maricas, no queers, “Pride”. Así como toda música que hace la comunidad negra o latina es catalogada en lo “Urbano”; todo aquello que quiera parecer 'disruptivo' tendrá sus tintes Pride.

Sin embargo, hubo y siempre habrá, quienes han logrado llegar a comercializar sin parodizarse a sí mismos, ni tranzar su humanidad, en pos del bienestar económico en la fábrica de “estrellas” que puede resultar la industria de la música. Mucho menos dejar de ser coherente con el mensaje estético y político que proponen. Ejemplo de ello fueron: David Bowie, Prince, Freddie Mercuri, Miguel Abuelo, Federico Moura, Maria Elena Walsh, Gabriela Epumer, Barbi Recanati, las hermanas Bertoldi y/o la cantante entrevistada por Enfant, Paula Maffia.

Previo a su show en Puerta 276, hoy 21h, estuvo en conversación con el medio. Un intercambio necesario y ameno sobre la autogestión, romanticismo en el rock, docencia y proceso creativo.

Autoría a quien corresponda / Paula Maffia en plena entrevista, acompañada de su gato.

E.T: primero que nada, ¿Cómo estás? Y ¿Cómo te estás preparando para está gira?

Paula Maffia: Estoy en un buen momento. El año me agarró con estrenos, voy a estar sacando un libro y un adelanto de mi próximo disco. La cercanía de esos eventos me van dando un panorama de cuándo y cómo serán los lanzamientos. Luego, girando. Tocar sola con la guitarra es algo que hago hace 20 años.

E.T: llevar un proyecto independiente y girar en estos tiempos, ¿Cómo es?

P.M: Es mucho más rendidor para todas las partes, incluso para el público salir a tocar sola que con banda. Me gusta mucho salir a tocar sola. Con la banda puede ser un formato mejor en la medida que me acompañan grandes músicos, pero las canciones las compuse pensadas como una totalidad. En formato solista podría ser la obra acabada. El resto es una tridimensionalidad que le doy con la banda de turno.

El material es coherente, se entiende, gusta, engancha, no suena a un pesado. Girar con la guitarra me hace sentir completa. Salvo que un privado me invite, voy con la banda, sino depende de muchos eventos y situaciones. Girar como solista es una comodidad muy grande.

E.T: escuchando y leyendo entrevistas, además de tus composiciones, hay un mensaje claro con una estética clara, ¿Tu interés por la música y la política vinieron juntas o fue algo que se dió en el camino?

P.M: Mi interés es la música, la política fue una consecuencia y una urgencia en una época en que no quería estar siendo cómplice de situaciones horrorosas, retrogradas, cínicas y agresivas de sectores del gobierno .

No escribo desde el aquí y el ahora. Me interesa que la obra puede ser interpretada de acá a 40 años y no dependa de un contexto específico. Ahora, como persona que se comunica con los medios de expresión, muchas veces me veo en la necesidad de dar mi punto de vista.

En eso, la política se cuela en lo cotidiano. Se cuela cuando veo una familia en situación de calle y pienso: ¿Qué hago? ¿Sigo de largo o les doy una mano? ¿Les pregunto cómo están y que puedo hacer o soy indiferente a que estás personas hasta hace un tiempo tenían un techo y ahora no? Eso es política.

Autoría a quien corresponda / Paula Maffia en vivo

E.T: también algo que fui notando es esa sensibilidad y rebeldía genuina ¿Cómo es hacer convivir el romanticismo de nuestra comunidad dentro de una escena que tiempo atrás estaba cooptada por el rock chabón?

P.M: Para mí hay dos cosas que no se le puede sacar a las canciones y son la política y el amor. No digo que tengan que hablar explícitamente de amor o de política, pero son dos aspectos constitutivos de las canciones. Cualquier persona que lo niegue, no conoce la historia de la canción. La historia de la canción propiamente dicha, y la historia de cómo empezamos a cantar. No saben de la canción de ritual, de batalla, no saben de la composición de la música medieval, no saben como funcionaba la música en la corte. No entienden la historia de como la canción acompaña la humanidad.

Yendo a la pregunta, me parece un doble trabajo a la hora de escribir una canción disidente. Por un lado porque nos hemos criado con música muy paki, pero siempre hubo alguna referencia en algún momento histórico, incluso en la hegemonía tuvimos figuras muy queers, desde Prince, Diana Ross, Barbra Streisand, hasta Bowie. Personajes que no se ajustaban quizás a la norma que su género les asignaban en su época, de alguna, fueron salvoconductos. Las comunidades en su momento en su momento y lugar histórico encontraron un referente, siempre. Y, si ellos/as eran vivos, se acercaban y así lo hicieron.

En resumen: el doble trabajo es poder hablar sin pelos en la lengua de que le estoy escribiendo una canción a una mujer, pero que la historia no pase solamente de que es una canción para una mujer, sino de que es una canción de amor.

E.T: ¿Te pasó que se te acerquen y te digan, gracias?

P.M: Sí y me gusta que la pregunta venga por ese lado y no por el “te pasó de sufrir” que siento que es la pegunta que te hace el heterosexual, la hegemonía. Quieren entender desde el daño, desde donde somos diferentes y lo somos, y no desde la virtud. Valoro la pregunta.

Sí sucedió y de mamera extraña. No sé si mi música es para una marcha del orgullo pero lo abordo con tanta naturalidad a mi identidad y sexualidad que está ahí manifiesta, es clara, se sabe. Extrañamente sentí y me llegó el agradecimiento de parte de padres que me dicen que sus hijas o hijos están conmovidos por mi música; hombre de 50 a 60 años que se sienten impactados y después sí, chicas jóvenes, disidencias jóvenes que encontraron una voz para darle forma a lo que sienten y a su mundo, desde mí música. 

Sé que no es la misma experiencia la disidencia hoy, que cuando yo era niña, donde, bueno, no estaba prohibida pero tampoco había un circuito cuidado. Si yo a mis quince quería ir a bailar a un lugar “disidente” era a un boliche gay y todo era muy cuero, muy el túnel. No era un lugar ideal para ir a los quince, pero fui y lo pase bárbaro. No por hacer algo disidente tenemos que estar expuestos a la clandestinidad.

Entonces sí, recibí ese mensaje amoroso “gracias tu música me acompañó en un momento muy dificil”. Lo entiendo porque también me refugio en la música y sé lo que es caerse adentro de un disco, escucharlo una infinidad de veces y desmenuzar las letras como un mantra que rezas. Y, que alguien tenga el coraje de venir y decirme que también le pasó, es de las cosas más hermosa que me regaló la vida.

Fotografía por Catalina / Paula Maffia

E.T: ¿Qué significa el proceso creativo? Y ¿Qué tanto afecta que hoy el mainstream venda más una estética para levantar algoritmos, por encima de lo lúdico que puede ofrecer la música y el arte?

P.M: Es una pregunta que encierra una especie de esperanza milenaria, por así decirlo. No milenaria, pero si de un tire y afloje que tiene el arte con la vidriera, en este caso, el mainstream musical. Me cuesta pensar la música como un fenómeno por fuera de las disciplinas. La música ahora se apoya los fenómenos audiovisuales como en los 80's y 90's. En los 00's se expandieron las plataformas musicales y del 2010, para acá, volvió el video.

Por un lado, eso. Me parece que una busca una llegada más genuina y extensa posible, pero en esa búsqueda de extensividad se tranza. Siempre fue así. Yo creo que en la interdisciplina, de alguna manera, y en el ingenio, hay un poco de salvoconducto para llegar al mainstream, sin pasar por los eventos esperados de “como llegar a la fama”. No es fácil conjugar la exposición con genialidad, con identidad, medio que se contradicen. 

Estamos en un momento donde casi que, no editar música, me parece un acto político superior a estar sacando canciones todo el tiempo. Hay mucho exceso de exposición. Nunca me pasó de estar corriendo la fecha de lanzamiento porque hubo una cripto estafa. Se superpone todo con todo. Es un fenómeno muy novedoso.

Estamos asistiendo a fenómenos que están moldeados por el mainstream, pero el mainstream moldea conductas y vamos a ver gente creando desde esos parámetros. Es la era del comentario donde si no me pronuncio no existo. Quizás llamarse al silencio o a la reflexión es una manera muy productiva de crear, de ser más cauta y dar lo mejor de sí y no operar desde la desesperación.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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