Milagro Sala, 9 años presa política en democracia
Se realizarán distintas actividades en el país para exigir la liberación de la dirigente política privada de su libertad desde el 2016.
Este 7 de agosto, en el Día de San Cayetano, las y los trabajadores de la economía popular nucleados en la UTEP (Unión de Trabajadorxs de la Economía Popular) realizarán una jornada de lucha en unidad con la CGT histórica, la CGT Córdoba, CTA de los Trabajadores, CTA-Autónoma y demás espacios sindicales, colectivos y organizaciones que conforman el plenario multisectorial en Córdoba.
La actividad de mañana iniciará a las 10:00 horas con una concentración y acto por "Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo" en plaza Agustín Tosco, frente al Patio Olmos, en donde se realizará una bendición de herramientas de trabajo y una oración. Luego continuará con un feriazo y festival hasta las 15:00.
A su vez, el contenido del encuentro tendrá un fuerte carácter opositor al Gobierno Nacional por parte de las organizaciones, ya que el evento será “en contra del plan económico y modelo político que expresa Milei”, según indica la convocatoria.
Por su parte, Iván Córdoba, referente de UTEP y Secretario de Economía Popular de la CGT, planteó que "visibilizar esta situación es de vital importancia: la emergencia alimentaria, social y laboral está agudizándose y los sectores vulnerables son siempre la variable del ajuste. En Argentina actualmente 7 de cada 10 niñas y niños se encuentran bajo la línea de la pobreza y en un contexto en donde esa situación tiende a agravarse es imposible quedarse de brazos cruzados.".
Y agrega: "como un conjunto organizado en un gran marco de unidad vamos a enfrentar la persecución a las organizaciones populares a nivel nacional, la quita de derechos laborales y sociales, la pérdida de patrimonio, la nefasta gestión económica, el desfinanciamiento de la educación, la pérdida del poder adquisitivo, el negacionismo explícito y todas las medidas tomadas por el gobierno que representan un detraimiento en la calidad de vida de los habitantes de este país.".
En este marco, desde Enfant dialogamos con Melchor López, cura de la Arquidiócesis de Córdoba y también encargado de la Vicaría de los Pobres, creada en la segunda mitad de año de 2023 por disposición del Arzobispado de Córdoba, a cargo del padre Ángel Rossi. Hablamos acerca de la jornada de mañana, la importancia de celebrar a San Cayetano, la visión y la labor de la Iglesia Católica de Córdoba en el actual contexto, la participación política y la articulación con los movimientos sociales, y sobre la vinculación entre religiosidad y política.
-Te pido una breve presentación sobre el trabajo de la Vicaría de los Pobres.
-Al crear una vicaría, el arzobispo Rossi está indicando una opción prioritaria, transversal, en el caminar ordinario de la pastoral de la Iglesia de Córdoba. Como Vicaría de los Pobres buscamos acompañar, estar presentes en la vida de los más pobres, concretamente, cuerpo a cuerpo, uno a uno, en todo lo que tiene que ver con sus necesidades. Particularmente, acompañar a los pobres organizados, en la búsqueda de trabajo, en la búsqueda de dignidad y en todo lo que es la experiencia popular de la fe, en la devoción, en la experiencia popular del pueblo, en este caso cordobés, que al igual que el latinoamericano, cuando se acerca a rezarle a la Virgen o a Cristo Crucificado, en esa experiencia de fe, de devoción, pide por cuestiones muy concretas, que serían los derechos. Pide por la salud, por la tierra, por el trabajo, por los hijos, por los alimentos. Desde la Vicaría buscamos alimentar, sostener y acompañar esa experiencia popular creyente.
-Mañana es un nuevo aniversario del 7 de Agosto, Día de San Cayetano, ¿qué importancia tiene en el actual contexto esta fecha?
-La particularidad más general de celebrar un 7 de Agosto es que la fe no está alejada de la vida real y concreta de todos los días, especialmente de los más pobres y los trabajadores, sino que está muy incrustada en la historia concreta, y desde su riqueza espiritual y simbólica alienta y sostiene, alimenta, empuja, todo lo noble de las luchas populares por una vida digna y abundante. Entonces, en este sentido, seguimos celebrando a San Cayetano por ser conocido él como patrono de la paz, del pan y del trabajo, realidades por las que estamos hoy atravesados, así que tiene un valor, una significatividad muy grande.
Hoy no es posible tener paz en la violencia, en la injusticia en la que viven tantos trabajadores y trabajadoras pobres, porque esa paz es posible a partir de una justicia, de un equilibrio en la vida social, política, cultural, que no estamos teniendo, por eso pedir la paz al Santo, es fundamental. El pan, porque está siendo para muchas personas una dificultad tener la comida diaria garantizada, y el trabajo, que hace muchos años hay mucho trabajador y trabajadora precarizado, y hoy aún los que no están precarizados y son formales, también padecen la situación de que la plata no alcance.
San Cayetano fue un hombre de Europa del siglo XV que se dedicó a asistir a gente enferma y personas con hambre. La espiga y el pan son signos concretos de que estos amigos de Jesús y amigos del pueblo de Dios no están lejos de las necesidades y las realidades concretas, sino que están alentando y luchando por esas mismas situaciones existenciales.
-¿Cuáles son las principales problemáticas que le preocupa y ocupa hoy a la Iglesia, y cuál es su rol frente a esto?
-En primer lugar es acompañar a la persona en todas sus dimensiones incluyendo por supuesto la espiritual, en su dimensión histórica y material concreta. Personas que están solas, sea por las enfermedades que padecen y las dejan muy abandonadas, por su edad o condición económica. También es una gran preocupación la pobreza, o la del empobrecimiento, mejor dicho, la de una estructura, un sistema de vida que descarta, que excluye, que deja gente afuera del sistema de la vida, y que se desata en una cantidad de consecuencias negativas para la persona y para el conjunto social. Me refiero concretamente a la falta de trabajo, a la falta de comida, a la ruptura de los vínculos humanos, sociales, barriales, de contención, a las problemáticas de salud de todo tipo, con una contención muy limitada de resolver la complejidad de la vida pobre.
Una problemática de mucha preocupación y ocupación es el consumo problemático de drogas, de jóvenes, adultos y casi niños diríamos hoy también, generando una cantidad de problemáticas personales, familiares y barriales, como tiene que ver con el abandono de la escuela, el abandono del espacio de trabajo, la ruptura de los vínculos familiares y sociales; por lo tanto una expulsión permanente y una violencia por el delito que se desata a partir del consumo problemático. Las personas quedan cooptadas por un sistema organizado que es el del narcotráfico, a gran y baja escala, que termina manejando la vida personal y la vida social. En muchos de nuestros barrios la droga atraviesa todas las realidades sociales, no solo a los pobres, pero a los pobres los castiga muy significativamente.
En este momento también estamos trabajando y denunciando la ludopatía.
También es una preocupación el pensar que niños de 11, de 12, de 13 son los únicos y los principales responsables de sus delitos, y que no queda otra que condenarlos como un adulto y meterlos en una cárcel común. No es la primera vez que la Iglesia se expresa en relación a esto, pero hoy estamos en continuidad en esa ubicación que es pensar que la penalización a estas edades no es la solución al problema del delito o de menores violentos, sino que más bien, hay que prevenir, yendo a causas más de fondo y desde allí abordar la realidad compleja, integralmente, invirtiendo todo lo que haya que invertir para el desarrollo humano integral.
-La jornada de mañana va a ser compartida con los movimientos sociales, ¿cómo ven la construcción política con las organizaciones?
-El evento de mañana no está organizado por la Iglesia, sino por los movimientos y organizaciones sociales que están fundamentalmente agrupados en la UTEP y también por los sindicatos, gremios y organizaciones reunidas en la CGT, las CTA y otras tantas. Juntos, hace muchos años, organizan este 7 de Agosto, que consistirá en una feria para mostrar el trabajo y vender, porque la economía popular se desarrolla de esa forma, instalando como se puede los productos y los servicios que informalmente se organizan para sostener la vida. Habrá un acto central donde se nos ha pedido una oración y una bendición. Vamos a ir a rezar curas y diáconos presentes en los barrios populares, acompañando la vida de los trabajadores; también a pedirle a San Cayetano por el pan, la paz, el techo, la tierra y el trabajo.
Entendemos que el acompañamiento nuestro es político, porque la Iglesia como realidad histórica, social, todo lo que dice y hace, como cualquier persona, por estar en un entramado social tiene repercusión o una concreción, una interpretación política. Lo entendemos como participación en el conjunto social, eso es lo político, y valoramos y entendemos que es necesario estar en ese entramado. Luego, el mismo pensamiento social de la Iglesia, la misma palabra de Dios coincide con modos de pensar, prácticas concretas de organización comunitaria, donde el mismo pueblo, en este caso cordobés, argentino, ha tomado desde la misma fe o se inspira en la fe, para organizar su acción política también en un sentido partidario. En ese sentido, hay coincidencias o intereses comunes, pero no es que la Iglesia se va a posicionar en un lugar partidario, porque eso sería condicionar la libertad de los fieles, de los creyentes, sino más bien alimentar y sostener desde la fe las luchas del pueblo general y del pueblo organizado.
Acompañar al pueblo y responder de esta manera a una insistencia del Papa Francisco y del Arzobispo Rossi, de estar cerca de los que sufren, de estar cerca de los movimientos y las organizaciones sociales. Ellos son los que están plantando las semillas de los árboles del futuro que vamos a necesitar. Mientras un sistema consume y descarta, el trabajo de muchos y muchas consiste en reciclar, recuperar, restaurar la vida, en recomponer todo lo desarmado que deja un sistema de descarte.
-Ya que mencionas la relación entre lo partidario y lo religioso, últimamente se ha introducido de manera abrupta el discurso en la política nacional, con alusiones a las "fuerzas del cielo" o a las santas escrituras, ¿qué lectura hacen de esto?
-Podemos hacer interpretación de por qué o cómo se usa el lenguaje religioso o la simbólica religiosa. El actual presidente no es el primero ni el único que utiliza lo religioso para alentar o sostener cierto posicionamiento partidario-político-ideológico. Diría también como Iglesia no somos dueños del lenguaje y de la simbólica religiosa, entonces cada uno lo utilizará según su conciencia. Entendemos que sería bueno tener una visión integral de la palabra de Dios o de lo religioso para no ser manipulado. No es que la utilización del lenguaje aplicado directamente a un posicionamiento ideológico quiere decir que lo religioso lo está acompañando, en absoluto. Más bien habría que ver si ese posicionamiento ideológico o esas tomas de decisiones políticas responden a las necesidades concretas del pueblo y especialmente del pueblo pobre, y allí vamos a tener los criterios claros para ver si eso coincide o no con el contenido de la revelación, en este caso cristiana o judeo-cristiana.
El principio de discernimiento no es la utilización de un lenguaje o una simbólica religiosa, todo lo contrario, podríamos empezar por lo más terrenal, por lo más encarnado, lo más aterrizado, lo material, y si la realidad que describo puede ser leída por la fe, por la palabra de Dios, por lo religioso, ahí vamos a encontrar si hay cercanía o no.
Foto de portada: Lautaro Palacios (ET)
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