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No inicio de clases: ¿qué hay detrás del conflicto universitario?
En su primera colaboración para Enfant, Bahía De Palma dialoga con la nueva presidenta de la FUC, Cecilia Alfano Villalba, mientras analiza la problemática universitaria nacional y su repercusión a nivel local
El sábado 10 de agosto, la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), órgano máximo de representación gremial estudiantil, renovó sus autoridades. La victoria la obtuvo el Frente Deodoro Roca, comandado por Franja Morada. La nueva presidenta, Cecilia Alfano Villalba, estudiante de Ciencias Económicas, inauguró su mandato con un cuatrimestre que no inicia y que anuncia próximos paros docentes y no docentes.
El Frente Sindical de Universidades Nacionales decretó, para la tercera semana de agosto, 72 horas de protesta con paros y actividades de visibilización, en el marco del plan de lucha que empezó con la suspensión de las mesas de exámenes. La medida fue confirmada luego de que el Gobierno nacional presentó una oferta con un aumento del 3% para agosto y un 2% para septiembre.
Según la nueva presidenta de la FUC la cancelación de mesas de exámenes provocó una respuesta negativa: “Hubo enojo, porque la situación se convirtió en un desquite con los estudiantes y creo que ahí está el defecto, no es una lucha entre nosotros, tenemos que buscar acciones colectivas que involucren a todos los claustros y no que nos pongan en contra”. Además, reforzó que las acciones que no siguen un lineamiento a nivel nacional “no sirven”,porque “afectan solamente a los estudiantes y no adquieren visibilidad”.
Consultada respecto a posibles acciones que surjan de la FUC, declaró que el organismo no discute propuestas para difundir el conflicto universitario.
El conflicto entre trabajadores de las universidades públicas y el Gobierno nacional, que a finales de julio cumplió nueve meses, no parece tener una salida fácil. La Marcha Federal Universitaria del 23 de abril, donde concurrieron estudiantes, docentes, no docentes, y organizaciones sindicales y políticas de todo el país, se recuerda como la máxima expresión de unidad.
Sin embargo, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello y el secretario de Educación, Carlos Torrendell, no hacen más que desoír los reclamos y decretar aumentos mínimos. Una táctica distractora para desactivar las medidas de fuerza y desalentar el apoyo de la ciudadanía.
Mientras tanto la adhesión al paro fue masiva y la Universidad Nacional de San Luis capturó la atención con una permanencia pacífica, encarada por estudiantes, docentes y no docentes, en el Rectorado. La toma, que tiene aires de 2018, fue decidida en una asamblea. “La situación es tan desesperante que hay que hacer algo ahora ya que juntamos un poco de fuerza” manifestó Mara Campellana, docente de la Facultad de Humanidades de la UNSL. Además destacó que las y los estudiantes presentes “son principalmente independientes, los Centros de Estudiantes no están poniendo el cuerpo”.
Foto: Julio Pereyra/Enfant Terrible
La tensión sobre esa Universidad no se debe solo a que fue la única tomada sino que, además, su rector Víctor Moriñigo, es el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, organismo reprochado por “no estar a la altura de la situación”, según un sector del claustro docente.
En la Universidad Nacional de Córdoba la Asociación de Docentes e Investigadores (Adiuc) presentó la “profundización del plan de acción” tras el fracaso de las negociaciones paritarias. El gremio docente propuso un cronograma que busca abrir el diálogo con el estudiantado, con clases públicas, radios abiertas y un Festival en Defensa de la Educación Pública.
Durante una clase pública en inmediaciones del Patio Olmos, Juan Balussi docente de la UNC expuso: “Los sujetos activos de cada facultad que tenemos que disputar el presupuesto somos los docentes, estudiantes y no docentes, no hay otro sector dentro del sistema universitario que pueda pelear por el presupuesto”.
Pero ¿por qué las y los trabajadores universitarios decidieron profundizar los reclamos?
Caída libre
Un grupo de docentes de la Facultad de Ciencias Económicas difundió una carta que detalla la situación actual del salario docente. Los datos, que surgen del Observatorio de Salario y Presupuesto Universitario que elabora ADIUC, muestran que entre noviembre de 2023 y junio de 2024, el salario real de un Profesor Asistente con dedicación Semiexclusiva cayó un 26%. En solo siete meses, la caída en el poder adquisitivo del salario docente fue 2% mayor que la de todo el gobierno de Mauricio Macri. Y es 5 veces más grande que la del gobierno de Alberto Fernández. “La universidad está sobre las espaldas de los profesores”, explicó Balussi frente a un centenar de estudiantes.
También hay una amenaza concreta: la reforma educativa, que plantea la declaración de la educación como servicio esencial, lo cual cercena el derecho a huelga y el arancelamiento de las universidades para los extranjeros no residentes. Se trata de un capítulo impulsado en el primer proyecto de la Ley Bases, que luego fue retirado pero no olvidado. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, declaró que la reforma educativa está presente en la agenda oficialista.
La propuesta va en contra de, por lo menos, dos derechos contemplados en el artículo 14 de la Constitución Nacional. El derecho a huelga que puede ejercer toda persona que trabaje y el derecho aprender y enseñar, que prevé que el Estado garantice la gratuidad, laicidad y acceso a todos los niveles educativos.
La comunidad universitaria en crisis: ¿y les estudiantes?
El estudiantado, que tiene representantes en cada facultad y a su vez en el Honorable Consejo Superior de la UNC, forma parte del cogobierno, conformado por los demás claustros: docente, no docente y egresados. Que las y los estudiantes tengan voz y voto en las problemáticas que atañen a la vida universitaria es una conquista de la Reforma Universitaria de 1918, el histórico levantamiento estudiantil que cambió para siempre la educación superior. Durante la gesta se fundó la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) una herramienta clave para organizar las demandas de las y los estudiantes.
Estudiantes reformistas tomando la oficina del Rector.
Actualmente la nueva conducción de la FUC asume en medio de una crisis declarada. La presidenta del organismo destacó que las y los estudiantes “tienen empatía con los docentes” y que el organismo entiende que la calidad de la educación se ve desmejorada si los sueldos de las y los trabajadores universitarios están en la línea de indigencia.
“Las acciones que podemos realizar tienen que mostrar lo que la universidad da, algo que cuente lo que la UNC hace y por qué hay que defenderla. Una acción que llame a la sociedad”, dijo respecto a una alternativa a las medidas de fuerza que realizan las y los trabajadores universitarios. La FUC tuvo un rol central durante el primer gran conflicto universitario. La cursada de 1918 no estuvo exenta de tensiones, las y los estudiantes declararon una huelga general, escribieron el histórico Manifiesto Liminar, organizaron movilizaciones, derribaron estatuas, tomaron el Rectorado, corrieron la discusión y transformaron la realidad. El objetivo era claro: democratizar la enseñanza.
Un siglo después la organización estudiantil corre por cuenta de algunas asambleas independientes, que resurgen después de las tomas del 2018. En la última marcha universitaria circuló una frase perteneciente al Manifiesto Liminar que invita a pensar el rol de las conducciones estudiantiles: “Si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección”.
¿Hasta dónde las élites revolucionarias estuvieron dispuestas, exigidas por las circunstancias, a modificar las jerarquías sociales y plasmar un igualitarismo difundido a partir de la retórica revolucionaria?
¿Qué se discute cuando se habla de una EPEC como posible Sociedad Anónima? ¿En dónde se pone el foco del tema energético frente a la actual coyuntura? ¿Qué nos dicen la historia y la experiencia de otras SA?