La Poderosa presentará la muestra fotográfica “El revelar de las ollas: cocineras comunitarias”

“El revelar de las ollas: cocineras comunitarias” se presentará este sábado 7 a las 16:00 horas en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres (Rivera Indarte 55, Córdoba), donde habrá un panel de cocineras comunitarias referentas y artistas en vivo. Enfant entrevistó a Susana Zaccaro, vecina de barrio Yapeyú e integrante de La Poderosa, quien habló sobre el objetivo de la muestra, la histórica lucha de las cocineras comunitarias que decantó en un proyecto por reconocimiento salarial y cómo repercute este tema en la agenda feminista.
Foto: La Garganta Poderosa

Mañana sábado 7 de octubre a las 16:00 horas en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres, (Rivera Indarte 55, Córdoba), se llevará a cabo la inauguración de la muestra “El revelar de las ollas: cocineras comunitarias”, realizada por el movimiento social, villero y latinoamericano La Poderosa, con un panel de cocineras comunitarias referentas y artistas en vivo.

“Los trabajos se inspiran, y buscan visibilizar, el trabajo cotidiano que realizan las más de 70 mil cocineras comunitarias en todo el país, trabajadoras de la triple jornada laboral (en sus propios hogares como jefas de familia, en el mercado laboral y el del trabajo comunitario)”, explican desde la organización villera.

En Argentina hay un aproximado de 135 mil cocineras comunitarias que trabajan en los 35 mil comedores y merenderos, alimentando a un estimado de 10 millones de personas, en miles de barrios populares. Esto se encuentra atravesado por un crecimiento de la pobreza en el país, donde el 66% de las infancias se encuentra en situación de vulnerabilidad y necesita asistir a estos espacios comunitarios para sobrevivir.

A pesar de esta tarea tan importante, que garantiza nada más y nada menos que la alimentación adecuada, un derecho humano básico, el trabajo de las cocineras se encuentra todavía invisibilizado, siendo denigrado e incluso estigmatizado, recayendo sobre esta labor la figura de la “planera” que han construido los grandes medios de comunicación.

Sin embargo, las cocineras comunitarias no quieren “planes”, quieren el reconocimiento que busca cualquier persona que realiza una labor. Por eso, el año pasado las cocineras se pusieron a escribir un proyecto de ley que busca que ese reconocimiento empiece por lo salarial y que escale hacia otros derechos.

Por la muestra de mañana y por el trabajo que vienen impulsado las cocineras comunitarias en las ollas, en las calles y en el Congreso, entrevistamos a Susana Zaccaro, vecina del barrio Yapeyú de la ciudad de Córdoba, integrante de la asamblea de La Poderosa en este barrio popular.

-¿A qué hace referencia el título “El revelar de las ollas”?

-En esta muestra fotográfica ponemos en vista, para toda la gente, nada más y nada menos que todo el trabajo de las cocineras comunitarias que viene siendo históricamente invisibilizado. Venimos de una lucha enorme hace años sobre reconocimiento salarial para todas las cocineras comunitarias que están en cada comedor y en cada merendero, y que ningún gobierno de turno pudo, o no quiso dar cuenta al reconocer ese trabajo que se sostiene para la comunidad empobrecida, para las familias que no tienen trabajo, o que con dos o tres changas no consiguen sostener el alimento básico.

Al centro Susana Zaccaro, vecina de barrio Yapeyú e integrante de La Poderosa en Córdoba. Foto: La Poderosa.
“‘El revelar de las ollas trae que hay cientos de cocineras en todo el país.

Esta muestra la presentamos en marzo en Capital Federal y ya recorrió 7 provincias la muestra (Buenos Aires, Formosa, Corrientes, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y ahora Córdoba). Nuestra idea es que vaya por todo el país para que no queden dudas en ningún lugar el trabajo de las cocineras, porque no son sólo de La Poderosa, hay de otras organizaciones y también cocineras que no están organizadas. Un montón de feminidades abren las puertas de sus hogares para sostener la olla popular y darle de comer a la comunidad. Son trabajadoras de la triple jornada, en nuestros hogares, en el mercado informal y en trabajo comunitario.

El año pasado fue una de los ejes principales que llevamos al Encuentro Plurinacional de Mujeres. En función de que parece que algunas voces no se oyen, nos pusimos a redactar un proyecto de ley y el #8M lo expusimos frente al Congreso, fuimos haciendo el camino con diputados y diputadas, y el 5 de Junio lo pudimos presentar. Seguimos pujando con las reuniones, con las comisiones

“Queremos que las trabajadoras cocineras tengan un ingreso mensual, con un piso del Salario Mínimo, Vital y Móvil, más los derechos de trabajadora: vacaciones, obra social, el acceso a la salud”.

-En qué situación está la presentación del proyecto y qué interés ven ustedes de parte de legisladores en involucrarse en la aprobación?, ¿qué posibilidades hay de que ese reconocimiento se convierta en una ley?

-Está siendo y ha sido un año complicado porque es un año electoral y todo se complica mucho más. Igualmente nos jugamos todo, porque entendemos la urgencia y la necesidad de este derecho. Hoy en día, el proyecto tiene que ser tratado en las Comisiones de Mujeres y Trabajo. Si se trata, luego pasaría a la Comisión de Presupuesto y de ahí se vota en Diputados. No estamos tan lejos, pero los tiempos son complicados y siempre esto va quedando un poco postergado.

Foto: La Garganta Poderosa

-Al principio mencionaste que se trata de una lucha histórica, ¿Cuándo comienza esa historia?

-Para cada una la historia es distinta. Hay algunas que iniciaron en los comedores en 2020 por la pandemia, otros sectores iniciaron con la crisis del 2001, en otros lugares también las mujeres instalaban ollas para frenar las topadoras y después hablamos de mujeres del Cordobazo.

En este tiempo y en este camino también hemos perdido cocineras. Podemos hablar en lo propio de Ramona Medina, que la perdimos en la pandemia, que es también nuestra bandera para seguir todos los días. Pero también hay un montón de cocineras que perdieron su vida, que perdieron derechos y eso también tiene que significar mucho para la sociedad, pero sobre todo para los gobiernos.

“Este 24 de Marzo, planteamos que hace 40 años estamos alimentando a la democracia”.

Cuando un gobierno tiene un ente como ReNaCOM (Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios) que reconoce que hay comedores y merenderos en todo el país, y abastece con un mínimo de alimentos no perecederos, tiene que entender que detrás de esos paquetes hay mujeres, feminidades, hay personas revolviendo la olla, gestionando la verdura, la carne, que no alimentamos a la comunidades con lentejas, con polenta y con harina. Eso no se ve, y quién mejor que nosotras, las que estamos en los barrios poniendo el cuerpo, para decir que hay mujeres organizadas poniéndole el alma y el corazón, y todo lo que no tiene también.

“Más de una vez somos las cocineras las que sacamos nuestros propios puré de tomate o las cebollas del cajón para garantizar la olla”.
Foto: La Garganta Poderosa

-Dentro de lo que contaste también mencionaste el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias. Ciertos temas, como en su momento el aborto, van marcando la agenda. Reconociendo la cantidad de cocineras que hay y que alimentan a millones de personas, ¿Cómo ven este tema hacia adentro del movimiento feminista, la urgencia que tiene, o no, la discusión, si se da y en qué medida?

-La urgencia de esto lo marca una agenda propia desde este lado del feminismo, el feminismo villero y popular. Historizando y yendo un poco atrás, en cuanto a Encuentros y el feminismo, me vuelvo al 2015 cuando nació el Ni Una Menos, cuando nuestro feminismo empezó a organizarse y salir a las calles, porque el feminismo tradicional, que también tiene un montón de aciertos y de luchas, no nos incluía. Está claro que hay un montón de sectores de la sociedad que tiene un montón de derechos garantizados y nosotras históricamente no. Entonces, tuvimos que organizarnos y así fuimos creciendo un montón.

La urgencia hoy y de este reconocimiento marca nuestra agenda, pero también queremos que el resto del feminismo sea parte, que nos escuche, que se involucre y que levante esa bandera. Ya que mencionabas el aborto, desde siempre las villeras y las empobrecidas también abortamos, y tuvimos que generar discusiones de que quienes terminamos pagando con nuestra vida en un aborto clandestino, éramos las que no tenían los recursos necesarios para pagar uno. Hasta que el aborto fue ley levantamos la bandera y hoy también lo defendemos. Por eso, la lucha feminista tiene que ser una unidad y un fortalecimiento para todas las conquistas, sobre todo en estas épocas tan difíciles para el país.

-Por último, proponerte una especie de juego, que consiste en cambiar el título de la presentación de hoy, ¿qué pasaría si en lugar de revelar con “v” fuera con “b”?, ¿qué sería el rebelarse de las ollasy de las cocineras comunitarias?

-Creo que somos rebeldes, que llevamos un montón de dolores y de injusticias en nuestras vidas, y eso nos hace ser un poco rebeldes. Pero no de las rebeldes malas, sino de las que luchan hasta el cansancio por conquistar derechos, por tener un poco más de dignidad en lo cotidiano, todos los días y en todos los lugares.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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