Familias organizadas ante la represión: una comunidad afectiva parte 1

Esta semana tuvieron lugar dos acciones políticas por parte de familiares de víctimas de la represión estatal con el fin de visibilizar la complicidad político-judicial-policial que se padece en estas causas. ¿Quién era Damián Pérez?
Fotos: Juan Cristian Castro/Enfant Terrible

El pasado martes 13 distintos medios de comunicación fuimos invitados a participar de la conferencia de prensa sobre el “caso de gatillo fácil de Damián Pérez” en el Museo de Antropología, espacio universitario que se convirtió en un lugar recurrente tanto para las familias víctimas de represión estatal como para diversas víctimas de la opresión patriarcal, crímenes viales y ambientales. Un refugio para la denuncia, la contención y la lucha en pleno corazón de Nueva Córdoba.

La conferencia fue organizada por el Núcleo de Antropología de la Violencia, Muerte y Política, la Facultad de Filosofía y Antropología de la UNC y la Mesa de Trabajo por los DDHH y tenía como objetivo difundir un caso hasta entonces desconocido para la mayoría. Damián Pérez, joven cordobés de Barrio Güemes fue fusilado por la Policía de Córdoba en el año 2014, quedando hemipléjico hasta marzo del 2022, cuando finalmente falleció luego de intentar recomponer su salud durante ocho años.

En Córdoba, según la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), desde la recuperación democrática hasta la actualidad, las fuerzas de seguridad provinciales han asesinado a más de 400 personas. Detrás de esas cifras, hay familias enteras atravesadas por el dolor y el olvido y no todas ellas emprenden de la misma manera sus procesos de denuncia y visibilización. Hay gran cantidad de casos que no llegan a los medios de comunicación y ni siquiera al radar de las familias organizadas y organizaciones antirrepresivas.

Damián ahora tiene rostro para quienes no lo junábamos. En la remera de su padre, Omar. En la de su madre, Blanca, quienes lucen el agotamiento en sus cuerpos. En 2019, el Juez Daniel Ferrer Vieyra absolvió en sala unipersonal al policía que disparó contra Damían, cabo Mariano Andrés Martínez; la defensa de la familia presentó un recurso de Casación que fue admitido por el Supremo Tribunal de Justicia (TSJ). En 2021 el máximo tribunal provincial dejó sin efecto la absolución y ordenó la elevación a juicio, que se está realizando actualmente en la 11º Cámara del Crimen.

Ni la familia de Damián, ni su defensa esperaban que el TSJ ordenara un nuevo juicio. Sistemáticamente estas causas quedan archivadas o reciben un tratamiento indebido muchos años después. Por este motivo, la familia tiene un mínimo grado de esperanza de encontrar justicia. Saben, por lo que han vivido en estos días de audiencia, que la condena a perpetua no será fácil de lograr, por eso hacen lo que antes -por amenazas y por cuidados a su hijo- no pudieron: denunciar a viva voz que un policía responsable de homicidio podría quedar en libertad otra vez.

Damián, el jugador descalzo

Esta vez tienen compañía. Si bien sólo asistimos cuatro periodistas, las organizaciones contienen a la familia junto a Soledad Lasciar, madre de Blas Correas y Viviana Alegre, madre de Facundo Rivera Alegre, quienes compartieron el micrófono brindándole su pleno apoyo. Omar tomó la palabra y agradeció la compañía. Blanca, mira a su lado y ve a Viviana y a Soledad, su rostro cambia, ahora está con dos madres que comparten su dolor y repite su agradecimiento para con ellas, a lo largo de toda la conferencia.

“A mi hijo le pegaron en el 2014 y se fue apagando, no pudo salir adelante, era un guerrero, jugador de fútbol, pero se fue apagando poco a poco y no lo pudimos sacar adelante”, expresa afligida Blanca. “Ese día había ido a jugar al fútbol con su hermano y un amigo en auto. Los detienen en un control policial y él sale corriendo, y a pocas cuadras el policía que lo persigue le tira por la espalda” continúa el relato.

Blanca cuenta que Damián era constantemente detenido por la Policía. Sufría persecusión y hostigamiento por “ser de la villa”. Cuando la bala del oficial Martínez impactó en la región paravertebral de su toráx izquierdo, le fracturó la vértebra toráxica y le produjo paraplejia flácida, que le disfuncionó la vegija y lo imposibilitó sentir sus piernas hasta el día de su fallecimiento.

Aquel día Damián quedó mal herido -pero consciente- en las intersecciones de la calle Emilio Achával y Marcelo T. de Alvear. Fingiendo estar en estado de inconsciencia, él escuchó como los oficiales organizan la búsqueda de un arma para plantarle, según le expresó a su mamá al otro día del hecho cuando ya se encontraba internado en el Hospital Misedicordia, ubicado justo frente a su hogar.

-¿Por qué corriste hijo?
- Ma, siempre me llevaban, no quería caer de nuevo. Tuve miedo.

Ese fue el diálogo que tuvo Blanca con Damián en el Hospital y que recreó en la conferencia: “Mi hijo corrió por miedo y murió por esa bala”. Omar y Blanca vendieron la gomería en la cuál trabajaba gran parte de la familia para construirle una pieza especial al joven. La familia Pérez está compuesta, además, por siete hermanos varones y recuerdan a Damían como “trabajador, honesto y alegre”.

“Siempre jugaba al fútbol descalzo, desde chiquito decía que con las zapatillas o botines no podía. No le importaba que los demás tuvieran botines, empezaba el partido y él se sacaba todo. Le gustaba mucho el fútbol, lo disfrutaba”, relata Omar recordando.

Los controles policiales, el miedo a que te detengan, la permanente violencia sobre los cuerpos racializados, conforman dispositivos socioterritoriales que el Estado ubica con objetivos específicos, para el imponer temor en la sociedad. La criminalización de una forma de ser y existir en la ciudad, la reproducción de lógicas racistas y fascistas y la sensación de “seguridad”, son sólo para quienes creen que la institución policial está para cuidarnos.

Madres del dolor en lucha

Luego del aplauso y los abrazos, tras animarse después de mucho tiempo a la exposición frente a otras personas, Soledad y Viviana toman la palabra. Ambas expresan que la institución policial debe ser reformulada por completo bajo una perspectiva de los DDHH. Lasciar lamenta la poca presencia de público y admite que por su condición de clase, el caso de su hijo fue mucho más visibilizado. En este sentido, la madre del joven fusilado por la policía en agosto del 2021 expresó:

“Yo quiero que todas las familias usen el caso de mi hijo, nos agarremos de la visibilización que tuvo para que se sepa que hay muchos más pibes asesinados por la Policía. Usénme. Yo me pongo a plena disposición de ustedes. Este Gobierno es enteramente responsable de nuestro dolor y no vamos a parar hasta obtener justicia para todos y para que nunca más pasen estos hechos”.

Por su parte, Viviana Alegre expresa: “la represión estatal, y lo digo así por que la entendemos así, no 'violencia institucional' como dicen algunos lavándole la cara al Estado, viene desde la dictadura genocida. Yo tengo un hermano desaparecido en dictadura y un hijo desaparecido en democracia. Entonces el problema persiste. Luchamos por quitar las células dictatoriales que tienen las fuerzas de seguridad. Tengo la esperanza de que la unión de todas las familias que estamos atravesadas por la represión logre que, el Nunca Más, algún día sea realidad”.

Prohibido sentir, prohibido ser, prohibido estar

Luego toma la palabra el abogado querellante, Nicolás Turturro, quien advierte sobre las hipótesis que los jueces del Tribunal de la Cámara 11º del Crimen llevan adelante con el fin de dictaminar a favor del policía: “El presidente del Tribunal, Horacio Carranza, induce que el oficial recibió una orden de arriba para perseguir y disparar a Damián, quiere hacerlo pasar como si fuera un caso de obediencia debida. Por su parte, la jueza María Susana Frascaroli hizo hincapié en el estado del agua en la casa de los Pérez, aduciendo que Damián falleció por tomar agua no potable y no por su grave estado de salud provocado por el disparo del oficial”.

Tuturro señala que las audiencias han sido violentas para la familia de Damián y relata que Carranza se burló de los jóvenes que acompañaron al fallecido el día de la detención arbitraria, cuando éstos le dijeron que tenían antecedentes y sumo esto como agravante en contra de Pérez, a favor del oficial y su “legítima defensa”. También que le prohibió llorar a Blanca en la útlima audiencia. Tuturro finaliza su testimonio remarcando que en el juicio hay un solo policía acusado, que los demás policías que plantaron el arma y modificaron la escena del crimen están libres y con suerte serán juzgados en un juicio aparte, en el transcurrir de los siguientes años.

“La justicia pone el foco en investigar a la víctima y su familia, los policías son los últimos en ser investigados. Es tremendo lo que hemos tenido que vivir en las audiencias, que no le permitan llorar a Blanca, expresar su dolor, es un hecho nefasto que nunca había visto”.

La conferencia finaliza con un abrazo entre todas las madres. Ahora Blanca y Omar lucen con menos agobio, conversan con otros familiares y agradecen la compañía. Tienen fé que el acompañamiento y la presencia de personas como Viviana, Soledad e integrantes de la Secretaría de DDHH de la Nación, hagan presión y difusión para que se logre justicia por Damián y se siente jurisprudencia para con los sobrevivientes de los “gatillos fáciles”.

En cuanto al juicio, seguirá con una audiencia con la reconstrucción del crimen, luego tendrán lugar los alegatos el día 22 de junio y el 3 de julio se dictaminará sentencia. La querella pide que sea condenado a cadena perpetua por homicidio calificado.

Técnico y profesor en Comunicación Social (UNC). Periodista. Guevarista y peronista.

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